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Los reclamos se siguen sumando a partir de la presencialidad plena. Ahora le toca a la EP N°57, madres, padres y familiares de los alumnos exigieron a Sonia Beltrán, directora de ésta escuela y actual presidenta del Consejo Escolar, que explique porqué son pésimas las condiciones de infraestructura.

“Estamos en un patio de una escuela secundaria que está al lado. Los chicos no tienen patio, el patio de los 400 alumnos de los container donde daba clases es para el recreo, de 7, 8 metros por 3 de ancho, ahí están todos los alumnos cuando salen al recreo. Segundo, últimamente estábamos con filtraciones, la luz fallaba, no sé si estarían los cables cortados, pelados. También es un riesgo porque eso es de chapa. Como tenemos la luz prestada del colegio secundario del lado, al igual que el agua”, comenta a Desalambrar una de las madres.

El colegio secundario que presta sus servicios se encuentra con reformas por lo tanto, la escuela sin luz ni agua, no tiene habilitados los baños. Los alumnos siguen en sus casas sin poder asistir plenamente 4 horas diarias. La lucha por una escuela digna viene desde hace 6 años, anteriormente se estaba realizando una obra que por un tiempo paralizaron. Actualmente no hay edificación terminada, sino columnas, loza, techo y yuyos que tapan el primer piso, signos del abandono total.

“Según Sonia Beltrán que es directora de ese colegio, de nuestro colegio. Presidenta del Consejo Escolar desde hace un año y medio, dos, recién nos da la cara, recién nos da una respuesta”, señala una de las familiares de los alumnos de la escuela 57. Muchos padres no están enterados que Sonia Beltrán es presidenta del Consejo Escolar, ya que, según nos cuentan nunca dio la cara, ni se convocó a los padres, familias y directivos para darles alguna explicación de lo que estaba sucediendo.

Una de las madres finaliza su reclamo: “Supuestamente ella informaba a los directivos y los directivos nos tenían que informar a nosotros. No sé dónde está el teléfono descompuesto, no sé dónde está el conflicto. No sé si uno quiere pisarle la cabeza al otro, no nos interesa esa interna a los padres”.

En esta institución hoy en día la presencialidad plena no existe, las clases se dictan en aulas container. Los reclamos se siguen sumando, y son muchas las escuelas que se encuentran en condiciones muy precarias. Se podría decir «Mucho ruido y pocas nueces«, una obra que comenzó a realizarse y luego se paralizó. Seis años de lucha, seis años y todavía continúan esperando para poder estudiar en una institución habitable. A estas alturas los alumnos y alumnas deberían sentirse seguros y cómodos a la hora de estudiar y no continuar teniendo clases desde sus casas.