El Estado no puede «decirle a un argentino ‘no te podemos atender'» porque no hay camas, ni tampoco exigir tanto a «médicos, terapistas, enfermeros, camilleros» que atienden a los enfermos, dijo el Presidente en un nuevo llamado a la población a cumplir con los cuidados sanitarios indicados.

Autoridades y trabajadores de clínicas, sanatorios y hospitales públicos del AMBA coincidieron este lunes en describir como «explosiva» y «muy alarmante» a la situación sanitaria generada por la segunda ola de coronavirus en la región metropolitana, al tiempo que expresaron su temor ante la posibilidad de «tener que elegir entre dos personas» para tratar si sigue el aumento de casos.

La situación fue considerada este lunes por el presidente Alberto Fernández, quien en un acto público advirtió que «no podemos darnos el lujo de decirle a un argentino que no lo podemos atender».

El Estado no puede «darse el lujo de decirle a un argentino ‘no te podemos atender'» porque no hay camas, ni tampoco exigir tanto a «médicos, terapistas, enfermeros, camilleros» que atienden a los enfermos, dijo el Presidente en un nuevo llamado a la población a cumplir con los cuidados sanitarios indicados.

En ese contexto, el infectólogo del Hospital Pirovano Ricardo Teijeiro afirmó que la «todas las camas de terapia intensiva» de ese establecimiento del barrio de Coghlan «están ocupadas» y «alrededor de un 75 por ciento» de los pacientes tienen coronavirus.

«La situación de los hospitales es alarmante; estamos al límite no sólo por las camas», dijo Teijeiro, para quien «la cuestión no es abrir (nuevas) camas; el problema es que a ellas hay que designarles kinesiólogos, médicos y enfermeras».

De acuerdo con Teijeiro, se «pusieron más camas en la unidad coronaria como camas de terapia, que se sumaron a las 20 del total».

Ante el aumento de casos de coronavirus, el médico señaló que «se están dejando de lado las otras patologías» y no se están realizando operaciones.

Por su parte, el director del Hospital Evita de Lanús, Javier Maroni, aseguró: «Vemos el sistema privado colapsado, nuestro hospital está lleno (con pacientes) de las más caras prepagas de nuestro país; están aquí las obras sociales clásicas».

Para Maroni, «la única manera de disminuir la circulación de un virus potente, agresivo, híper contagioso es disminuyendo la circulación de las personas».

«Los pacientes -agregó en diálogo con Radio 10- vienen solos al hospital porque el sistema privado está colapsado».

Y advirtió que «la situación es muy delicada», para luego apelar la «responsabilidad social» como una medida para frenar el avance de la pandemia.

Emmanuel Alvarez, director del Hospital Mariano y Luciano de la Vega de Moreno, escribió a su turno en su página de Facebook un artículo bajo el título «Un grito desesperado desde el conurbano».

«Es grito porque no se oye la voz de la mayoría, es desesperado porque no hay calma donde reina la muerte, es desde el conurbano porque trabajo en Moreno, tierra ´africanizada´ desde donde la comunidad y el equipo de salud es ejemplo de lucha contra el COVID», sostuvo.

«Es el grito de los que estamos en la trinchera del hospital público o clínica de este u otro lado de la General Paz, de todos los que perdimos seres queridos, rezamos por un hermano o una madre enferma, de todos los que tememos el contagio», explicó.

Y agregó que nunca pensó «en estar de acuerdo con Claudio Belocopitt (titular de la Unión Argentina de Salud, UAS), pero tiene razón en su analogía del ‘pelotudeo en la cubierta del Titanic’. Lo que podría resumirse en que ya embestimos al iceberg y sólo nos queda organizar de la manera más rápida y ordenada el descenso a los botes».

Para Alvarez, «quizás ya sea tarde para evitar el colapso, pero sí puede menguarse y evitar que la segunda ola se sostenga alta… Argentina está entre los países con una campaña de vacunación permanente en medio de una disputa global. Aún así, a pesar de este mérito innegable, y con el 60% de la población mayor a 60 años con al menos una dosis, el colapso es imparable», aseveró.

En tanto, Marcelo Aulespiarte, enfermero del Hospital Bernardino Rivadavia, de Buenos Aires dijo que el 80 por ciento de las plazas de la Unidad de Terapia Intensiva está ocupada por personas afectadas de modo grave por la Covid-19.

«Estamos en víspera de una explosión. Hoy había muchísima gente para realizarse hisopados, casi todos jóvenes menores de 40 años», advirtió Aulespiarte.

Añadió que las salas donde no se atendían pacientes con coronavirus pasarán a «ser Covid» y aseguró que «hay oxígeno» y que hubo entrega de insumos.

«Las cirugías comunes no se realizan», agregó, y explicó que otro de los problemas que atraviesa ante esta situación compleja es que el nuevo personal que está ingresando al hospital no tiene experiencia.

En tanto, fuentes del Hospital de Clínicas señalaron a esta agencia que «la ocupación de camas llegó al 100 por ciento», y aclararon que, de ese total, el «70 por ciento son pacientes» que contrajeron coronavirus.

Afirmaron que no hay faltante de oxígeno, y que «en terapia intensiva se bajó el promedio de edad de internación», pero que esto no quiere decir «necesariamente» que las camas se desocupen más rápidamente, porque se está «viendo más gente joven con complicaciones».

«El hospital lanzó un protocolo de última cama -protocolo de bioética- por el cual se decide quién necesita más la cama, que no significa decidir quién vive y quién muere», advirtieron.

En tanto, desde dos ámbitos claves del sistema de salud, la Sociedad Argentina de Emergencias (SAE) y el área de cuidados intensivos del Sanatorio porteño Anchorena, hubo coincidencia en señalar que «no es lejano» el tiempo en que los establecimientos se vean ante «la situación desesperante de tener que elegir entre dos personas» afectadas por coronavirus ante la falta de camas para ser hospitalizadas y atendidas.

El presidente de la SAE, Gonzalo Camargo, afirmó que «no parece para nada lejano» el momento de tener que elegir a qué paciente atender con un respirador y dijo que para tomar esa decisión «regida por códigos de ética, se elige a la persona que tiene mayores posibilidades de sobrevida, lamentablemente».

«Lo que estamos viendo en emergencias es que cada vez más hay pacientes esperando en una guardia para tener una cama o esperando en ambulancias para tener un lugar donde los puedan atender. Esto genera mucha tensión en general», explicó.

En tanto, la jefa de Terapia Intensiva del Sanatorio Anchorena, Daniela Vázquez, aseguró: «No es para nada lejana la situación desesperante de tener que elegir entre dos personas al punto que este año tuvimos que desempolvar y sentarnos a releer el Código de Ética del Ministerio de Salud, que el año pasado no tuvimos que utilizar pero que esta vez sí y armar un Comité de Crisis para definir estas cuestiones, de seguir este número de casos».

La presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, Rosa Reina, consideró que «el sistema de salud está tensionado, con instituciones que tienen el 100 por ciento de sus camas (de cuidados intensivos) ocupadas y otras que todavía tienen un margen de ocupación del 17 al 30 por ciento».

Consultada sobre los motivos de la suba de casos confirmados de Covid-19 entre los jóvenes, Reina señaló: «En estos momentos, es la población que más está circulando en la Ciudad (de Buenos Aires) por motivos laborales, además de que lamentablemente persisten las aglomeraciones y las fiestas clandestinas, y, a la vez, es la población que, salvo excepciones por factores de riesgo, todavía no se está vacunando».