ABRIR LAS PUERTAS, ENCONTRARSE CON EL OTRO –

Un volante informativo alcanza para convocar a los que esperan ser vistos, reconocidos, visibilizados. Ese papel es distribuido en los lugares donde hombres y mujeres, de diferentes edades, pernoctan dialogando con la intemperie y el abandono. Ahora van a la calle Independencia, entre España y Belgrano donde hay clima de grupo, de pares viviendo pequeños sueños de «real inclusión». La vivienda que aloja a cerca de 700 alumnos /as del Plan Fines se convierte en un «estar» de puertas abiertas y normas de consenso ni bien se inició el receso escolar.

Marisa Ayala recibe a Desalambrar en su casa. Es martes por la noche y los «habitantes de la Asociación Civil La Abanderada» se aprestan a compartir el festejo de cumpleaños del hombre que asume el trabajo de cocinar para todos y todas. La entrevista alcanza los veinte minutos, todo un tiempo donde el eje central no es el hambre sino el trabajo: «Empezamos a mirar un poquito más allá de nosotros, vamos a acercarnos e intentar hablar con ellos como parte de un proyecto que estábamos trabajando, que tenía que ver con la inclusión, y la culminación era llevar ropa y comidas como un objetivo chico, no teníamos un interés mayor pero si el amor a la gente. Tiene que ver con un proyecto institucional interno, cuando finalizaba el taller nos acercamos, llegamos a cumplir con este objetivo y cuando volvimos, muchos llorando, nos empezamos a replantear que es lo que hicimos, una de las compañeras, Mónica dijo “podemos un poco más” y fuimos capaces de llegar, de charlar con ellos, conocer sus historias. Y podemos más, más que llorar y lamentarnos diciendo “pobre gente”, podemos hacer un poco más y ser mejores personas haciendo algo por el otro.

AUDIO 1 MARISA

¿Podés profundizar qué tiene esta búsqueda de inclusión?

Que ese otro que me construye a mí, también tenía una vida similar a la que yo tengo, cuando Cristian nos contaba que tiene cuatro años de abogacía, que a Rubén le faltó un año para terminar el secundario o Francisco que tiene un proyecto que venía trabajando, les falta tan poquito para seguir haciendo lo que estaban haciendo. Fue saber que podíamos apostar. El 90 por ciento de los que están acá están trabajando con un proyecto a corto plazo para poder desempeñarse y es tan poquito lo que hacía falta, sobre todo los que buscaban ser incluidos, ellos hablaban y hablaban cuando compartíamos mates y hace sólo 48 horas que abrimos el espacio.

AUDIO 2 MARISA

Abrir la casa a familias o personas en situación de calle representa algo más que un desafío, ¿cómo diseñaron velozmente el sistema de compartir el espacio, contener e incluir?

Ellos tienen este lugar que es abierto, por ahí hay un control en la noche que permanece cerrado más que nada porque estamos todos descansando. Durante el día ellos se levantan y no se tienen que ir a dar vueltas, los que se van lo hacen por trabajo y vuelven. Todos y todas compartimos la comida todos, excepto los que trabajan todo el día. Encontramos este espacio que nos condimenta. Los horarios son bastante flexibles. Esta es una instancia de vacaciones, de receso invernal por eso el espacio está cerrado para los estudiantes y abiertos para ellos, y estamos pensando de acá a 30 días, va a mermar un poco el frío, que vamos a seguir construyendo. La idea es que no salgan de acá como vinieron cuando pasen 30 días, la idea es que salgan de acá a un lugar mejor.

AUDIO 3 MARISA

¿Me describís el momento en que llegan acá las personas que se encuentran en situación de calle?

A algunos los fuimos a buscar y otros ya estaban en la puerta. Esto sucedió el sábado pasado. Cuando llegamos del hospital había cinco familias y hoy estamos en 22 personas que se encuentran con nosotros y que duermen acá. Quiero destacar que las personas con menos recursos económicos son las que más ayudaron a levantar esto, acercándonos ropa y colchones.

AUDIO 4 MARISA