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Por Jesica Calcagno / Izquierda Diario.- Una semana de furia. El FMI y “los mercados” aprietan en un mar de dificultades a pesar de la bandera blanca en el Frente de Todos. Cristina llama a acordar con la oposición: ¿cuáles pueden ser esos consensos?

El Frente de Todos se fue convirtiendo en una bomba de tiempo paralelamente al desarrollo de una crisis que sigue ajustando a los de siempre. Todavía con un año y medio a cuestas de mandato, se proponen reordenar lo que hasta ahora fue una misión imposible. La bandera blanca que parece flamear en la interna de la coalición oficial volviendo a reunir a sus tres socios principales, está a destiempo.

La velocidad de los poderes económicos les saca ventaja, por lejos. Diego Genoud en La Política Online describe el recibimiento de Silvina Batakis al frente del ministerio de economía: “la sucesora de Guzmán debutó con una brecha que se disparó, un festival de remarcaciones de precios que escalaron hasta 50% en una semana y faltante de productos debido a la dificultad para reponer mercadería”. Leandro Renou en Página 12 complementa las remarcaciones de precios con “los silobolsas de los sojeros están de fiesta a la espera de una devaluación y esa demora podría afectar no sólo el ingreso de divisas a futuro sino a los precios domésticos”. Lo grafica con un dato sobre los productores de soja que “Tienen 33 millones sin vender y sin precio”, mientras en lo que va del año entregaron apenas 11 millones de toneladas. El mismo agropower que especula y acopia para doblegar con sus pedidos de devaluación, son los mismos que llaman a una protesta este miércoles 13 de julio.

Para completar el panorama, Marcelo Di Bari en Tiempo Argentino suma las nuevas estimaciones de inflación que releva el Banco Central para este año: volvieron a subir y están en 76%. Son “3,4 puntos porcentuales más que en el relevamiento del mes anterior”, aclara. La sombra del FMI se hizo escuchar. Aunque esta vez, dio un mensaje más amenazante: Kristalina Georgieva habló de las necesarias “acciones dolorosas” para la Argentina.

Mientras el hermetismo del Frente de Todos se rodeó toda la semana de rumores, operaciones y especulaciones, habló primero la nueva ministra de economía. El mensaje fue de continuidad con su antecesor. Así fue leído hasta por los propios. Juan Grabois escribe este domingo en El DiarioAr “algunos creímos que el cambio de funcionarios podía traer cambio de políticas. La esperanza duró poco. Hasta ahora, todo indica que no es así. Incluso hay señales en sentido contrario”Silvina Batakis y la vocera presidencial se encargaron de aclarar que no hay lugar para ningún salario básico universal como pide el dirigente del MTE. Sí hubo lugar para reafirmar que el acuerdo con el FMI sigue, aún con el ajuste más fuerte que exigen para la segunda parte del año. Grabois, luego de incomodarse en un diálogo con Alejandro Bercovich en Radio Con Vos que le preguntó por su ausencia en la calle, anuncia que lo están obligando a evaluarlo. “Nos autoconvocamos el 13 de julio en todo el país para discutir con las bases un plan de lucha en los barrios y los espacios de trabajo”, dice.

Los tiempos de la crisis obligan a poner en agenda la ayuda social tan necesaria en un país donde todos se jactan de una recuperación económica que convive con más del 37% de pobreza. Es lo que vienen reclamando en las calles varias organizaciones sociales y la izquierda. Debería ser el punto de partida para debatir cómo crear trabajo genuino, porque sería una concesión peligrosa llamarle salario a una ayuda social de emergencia de $14.400 (que fue el monto de la Canasta Básica Alimentaria en mayo).

Martín Rodríguez en El DiarioAr es otro de los que ve que la nueva ministra Batakis hizo un “primer discurso a tono con el de su antecesor”. Algo que le crea otros interrogantes, al notar que “Muchos de los cristinistas que le pegaban ante la mínima inflexión ortodoxa a Guzmán, de golpe se sintieron contenidos en el discurso pragmático de la nueva ministra”. Un punto certero que hace flaquear las palabras de la propia vicepresidenta cuando exigió desde El Calafate “dejar de discutir a las personas y comenzar a discutir las políticas».

¿No fue acaso Cristina Fernández quien impuso desde el vamos el debate sobre las personas desde la definición de la fórmula presidencial? Diego Genoud complejiza esta pregunta al señalar que la cúpula del Frente de Todos no discutió a fondo un programa económico cuando se postuló a la Casa Rosada aún con la herencia que dejaba Macri. “Un verdadero acto de irresponsabilidad, a esta altura casi imperdonable” sentencia. El rumbo económico se fue haciendo igualmente con los pies, al compás de la expectativa de cerrar un acuerdo con el FMI. Algo que sí estuvo en los planes desde sus inicios. No hay que olvidar que ese sendero empezó con el cambio de la movilidad jubilatoria antes de la pandemia, y con el aval de todos sus socios. El ajuste se fue imponiendo y agravando.

Hay otras preguntas que aparecen cuando habla Cristina Fernández. En su esperado discurso en El Calafate, tildó la renuncia de Martín Guzmán de un “acto de irresponsabilidad y desestabilización institucional”. En la misma sintonía se expresó un día antes Máximo Kirchner ¿No era acaso esa renuncia la que venían reclamando en público? ¿Alguien puede creer que esos dardos constantes en público no preveían ese desenlace como opción? Sobre esto, Genoud reconstruye los vínculos estrechos de la vice con el ex ministro durante más de dos años. Desmitifica algo del relato del sector kirchnerista cuando cuenta que “Cristina recibió los detalles de la negociación con el Fondo casi hasta que el acuerdo se materializó: cuatro días antes, dejó de atenderle el teléfono y desde entonces el funcionario quedó atado a la debilidad del Presidente”.

La imagen que nos trae Martín Rodríguez calza con esta dinámica: “El Frente de Todos es el gran meme del hombre araña… todos se señalan y todos cargarán con este fracaso. Irresponsable es el otro”. Otra forma de decir: responsables son todos.

¿Cuál es el plan?

Después de Silvina Batakis, Cristina y Alberto hablaron. Desde Santa Cruz y Tucumán. En ambos casos hubo un tono conciliador y de unidad. Pero no solo interno: estuvieron como interlocutores los empresarios y Juntos por el Cambio. La pregunta que sobrevuela es ¿para hacer qué?

Las reiteradas menciones de la vicepresidenta a “la economía bimonetaria” y su encuentro con el ex funcionario de Macri, Carlos Melconian, son interpretadas en la búsqueda de un “plan de estabilización’’ como analizamos el domingo pasado. ¿Un Plan Real a “la brasilera”? ¿Un Plan Austral “a la Alfonsín”? ¿«Un mix de la convertibilidad de Domingo Cavallo con la UF chilena» como se preguntó Alejandro Bercovich en BaeNegocios?

Bercovich explica que la lógica que está detrás de esas variantes es “Un ´peso fuerte´ que funcione como refugio de valor y que conviva con un ´peso débil´ que haga de medio de pago transaccional”. Pero también aclara “La dificultad para aplicarlo es que no hay reservas en el Central y tampoco una híper que haya licuado los pesos en poder del público”José Natanson en Revista Anfibia bucea entre esas experiencias, y señala un patrón común: “Los planes de estabilización suponen siempre un ajuste (…) En el largo plazo está bastante comprobado que las reformas estructurales que requieren para sostenerse inducen la quiebra de los sectores productivos menos competitivos y achican la base económica”Christian Castillo en La Izquierda Diario, analizó el discurso de la vicepresidenta de este viernes y coincidió en que ese tipo de planes son contra el pueblo trabajador.

Habrá que ver si se concretan anuncios económicos esta semana. Pero en el discurso de la vicepresidenta se traslucen algunas pistas, aunque no termina de ser clara en sus propuestas. Con estas pistas hay que leer su llamado a “encontrar un punto de coincidencia común sino no va a haber Argentina para nadie»Vuelve la idea de un “acuerdo nacional” en boca de Cristina Fernández. Su encuentro con Melconián fue parte de este mensaje para decir que tiene la apertura para encontrar coincidencias con los paladines de las recetas neoliberales. El mismo mensaje dio Eduardo De Pedro al reunirse con grandes empresarios esta semana, que lo elogiaron como el titular de la UIA, Funes de Rioja. De Pedro fue explícito, se dirigió con nombre y apellido a Horacio Rodríguez Larreta del PRO, que estaba presente. “Quiero convocar a Larreta, también, a consensuar la estrategia productiva” dijo el Ministro del Interior frente a los aplausos del establishment. Pablo Ibáñez en El DiarioAr analiza que “volvió a ser mencionado en un discurso de la vice, una especie de bendición de los movimientos que hace el mercedino para interactuar con actores que están afuera del dispositivo FdT”.

El mensaje de Cristina entusiasmó hasta a Eduardo Van Der Kooy de Clarín, que aprovechó para tirar algunas ideas. Dice que “El Frente de Todos, con certeza, y quizá también Juntos por el Cambio podrían replantear la manera en que están conformadas. Preguntarse si, en algún lugar, no existe posibilidad de convivencia entre sectores de ambos grupos. Antes que asistir siempre a conflictos internos que entorpecen la gobernabilidad”. Presenta como idea lo que está haciendo el presidente electo de Colombia, que “parece comprender la exigencia de este tiempo” según Van Der KooyGustavo Petro viene de anunciar puestos claves de su gabinete: a un liberal del mundo de las finanzas como ministro de Economía, y a otro conservador en Cancillería. Ambos provenientes de partidos opositores a Petro, como parte del “gran acuerdo nacional”. Algo de esto, y la dinámica en América Latina, analizamos en el podcast de política de La Izquierda Diario, acá y acá.

Horacio Verbitsky insiste en El Cohete a la Luna, en sintonía con Wado De Pedro: “Horacio Rodríguez Larreta es el único dirigente opositor relevante que podría recoger ese guante, pero eso requeriría un coraje que aún no ha demostrado poseer”.

Un dato que no puede pasar desapercibido es el mensaje de Mauricio Macri este sábado en sus redes sociales. Con una foto de Rodríguez Larreta en el centro escribió “A 20 años del nacimiento del PRO, hoy tiene que ser más que nunca el representante del cambio que necesita la Argentina y mantenerse al lado de la gente en este momento crítico”.

¿Se empieza a correr Macri de una candidatural? Claudio Mardones en Tiempo Argentino habla de un Macri en “modo ultra rosca” que va desde reuniones con sus pares empresarios, Javier Milei, Domingo Cavallo, hasta “con gobernadores importantes del peronismo”. Aunque la definición que saca en limpio es que se consolida el eje Gerardo Morales de la UCR y Larreta. El ala identificada como más “dialoguista”. Según La Nación, en la coalición opositora “temen una jugada del kirchnerismo para buscar sostén en JxC y compartir costos políticos”. Lo mismo decían cuando se debatía el acuerdo con el FMI, y finalmente lo terminaron votando. Si el establishment toma el guante de la propuesta de Cristina de un “acuerdo nacional”, ¿cómo va a repercutir en Juntos por el Cambio?

Las incógnitas sobrevuelan y faltan definiciones de los distintos jugadores. Pero lo que se ve hasta el momento, es que las intervenciones de Cristina Fernández tienen claros efectos en el tablero económico, político y judicial. Habló contra las organizaciones sociales, y desató la furia del radical Gerardo Morales con allanamientos, detenciones y persecuciones. No fue el único: hubo alrededor de 40 allanamientos contra organizaciones sociales en todo el país. Los dardos que eyectaron a Martín Guzmán, desataron una nueva oportunidad para los especuladores financieros,remarcadores de precios y apretadas del FMI. Llama a un “acuerdo político”, y Juntos por el Cambio se reordena y apura su propio programa económico. Invitados a un acuerdo, están habilitados a instalar más sus propuestas “de máxima”.

Cristina habló de una anhelada “paz social”, pero que solo aplica a las conducciones sindicales de la CGT y la CTA. Los demás poderes siguen en pie de guerra. Nicolás Balinotti en La Nación cuenta que “el jueves próximo la CGT volverá a reunir a su consejo directivo en plenitud”, pero duda -lógicamente- que de ahí pueda salir alguna medida de paro o movilización.

Los grandes medios hacen su colaboración con esta agenda. Como dijo Myriam Bregman del Frente de Izquierda “El banderazo de la derecha es 1/10 de la movilización que realizamos hoy contra el FMI. Adivinen cuál está en todos los medios”. Es que cientos de organizaciones en todo el país se movilizaron este sábado contra el ajuste y el acuerdo con el FMI, donde también se escuchó la exigencia de paro nacional a las conducciones sindicales. Defender el salario, las jubilaciones y planes sociales, que se actualicen mensualmente según el índice de inflación, es el punto de partida. Desde este agrupamiento de la izquierda, organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles, vienen peleando para que la clase trabajadora y los sectores populares ganen protagonismo con su propia salida en esta crisis.

Independencias

Como suele ocurrir cada 9 de julio, la política tradicional se embandera de celeste y blanco para festejar el “día de la independencia”. Una imagen de “soberanía” que no resiste ningún archivo. Vivimos un pacto de coloniaje con el FMI. Macri nos endeudó, y el Frente de Todos legitimó ese fraude que pesa sobre las espaldas del pueblo trabajador. ¿Qué independencia festejan?

La dependencia que sigue marcando la historia del país se expresa en la persistente fuga de dólares, que acrecienta el saqueo con más voracidad. No solo por los pagos de deuda pública, también por el giro de ganancias a sus casas matrices de una economía extranjerizada. A lo que se suman las conocidas maniobras de evasión y elusión que fugan divisas, operaciones de sobre o subfacturación de quienes participan del comercio exterior con exportaciones e importaciones.
La propia Cristina Fernández lo mostró en un gráfico el viernes, donde estaba la constante formación de activos en el exterior, bajo su gobierno, pasando por Macri, hasta el presente. La fuga no para. Que se haga con “dólares genuinos” o con “endeudamiento” como diferenció en su discurso, lo que demuestra en todo caso es que las condiciones para permitir el saqueo se mantienen a lo largo del tiempo. Sin cambiar esas condiciones, la dependencia y el atraso están garantizados, y las riquezas del país seguirán siendo doblemente expropiadas por un puñado de grandes empresarios. De las manos de las y los trabajadores que la producen, y del país.

Hablar de “economía bimonetaria” o evaluar “planes de estabilización” sin tocar esas condiciones, impiden cualquier defensa nacional elemental. ¿Cuántas experiencias históricas más se necesitan para corroborar que así se va a nuevos senderos antipopulares? Si es la hora de discutir políticas: ¿por qué no cuestionar que el comercio exterior es un monopolio privado que manejan unas pocas empresas? ¿por qué no hay un monopolio estatal que le ponga fin a las maniobras que nos siguen saqueando? ¿Cuándo vamos a hablar de los bancos que organizan esa fuga legal e ilegal mientras especulan día y noche en los mercados? ¿Por qué no hablamos de nacionalizar el sistema bancario y su fusión en un único banco estatal?

Discutamos políticas, pero también quién las tiene que llevar adelante. Porque la clase capitalista nacional e internacional, nos sigue llevando al desastre. Porque este sistema político no hizo más que representar sus intereses, liderando la decadencia que lleva a la pobreza y la precariedad de la vida. La verdadera independencia está en manos de la clase trabajadora.