Espacio Publicitario

publicidad
publicidad
publicidad

La Vanguardia.- El 24 de abril de 1731 moría Daniel Defoe, comerciante inglés, espía, politólogo, periodista económico y novelista. Fue el autor de la novela más traducida de la literatura universal después de la biblia.

Pero el personaje central no fue exclusiva invención de Defoe sino que se inspiró en la desventura de un marino escocés. ¿Quién fue el verdadero Robinson? Sobrevivió casi cinco años solo en una isla desierta. Su historia inspiró a Daniel Defoe para escribir las aventuras de Robinson Crusoe.

Todos nos hemos preguntado alguna vez cómo sobreviviríamos en una isla desierta. En nuestra imaginación siempre contamos con que regresaremos a nuestro hogar porque nos rescatará un barco que navega por la zona. Con algunas diferencias y grandes dosis de acción, esta es la historia de Robinson Crusoe, el personaje creado por el inglés Daniel Defoe.

Para quien no esté familiarizado con la novela, esta cuenta las aventuras de un marinero que sobrevive al naufragio de su navío en una isla caribeña en la que pasará veintiocho largos años. Descubre que una tribu indígena acude a la isla de vez en cuando para celebrar ritos caníbales. Robinson rescatará a uno de sus prisioneros, a quien llamará Viernes y al que, naturalmente, cristianizará y enseñará inglés, convirtiéndolo en su fiel sirviente.

Retrato del escritor inglés Daniel Defoe.

Con este argumento, The Life and Strange Surprizing Adventures of Robinson Crusoe (el título original sigue y sigue e incluso hace un spoiler ) se convertiría en una de las obras más traducidas de la literatura universal. Publicado en abril de 1719, el libro tuvo un éxito rotundo. Al terminar el siglo, Robinson Crusoe era uno de los personajes de ficción más célebres de la época.

Las aventuras de Robinson Crusoe son una de las novelas más traducidas de la literatura universal.

Para construir el relato, Daniel Defoe se inspiró en las vivencias de Alexander Selkirk, un marinero escocés abandonado en una isla. Sin embargo, la historia real dista mucho del relato inventado por el escritor.

Estatua conmemorativa del náufrago escocés Alexander Selkirk. Foto: Vía Wikimedia Commons

El precio de un motín

Alexander Selkirk se había hecho a la mar con diecisiete años para huir de sus problemas con la justicia. Diez años después estaba navegando a bordo del Cinque Ports, un navío con patente de corso que llevaba un año asolando las costas españolas en América.

Alexander Selkirk fue abandonado en la isla de Más A Tierra por amotinarse contra el capitán de su navío.

En 1704, el barco llegó a la isla deshabitada de Más A Tierra, a seiscientos kilómetros de la costa chilena. El buque estaba roído por la carcoma, y los agujeros en el casco, fruto de los combates, obligaban a achicar agua casi constantemente. Además, la tripulación se hallaba exhausta, castigada por las fiebres y sin apenas víveres. Continuar navegando era una imprudencia. Sin embargo, el capitán Thomas Stradling no opinaba lo mismo.

En esas circunstancias, el rebelde Alexander se enfrentó abiertamente a los planes del capitán y decidió quedarse en la isla. Esperaba que sus compañeros de penurias se le unieran, pero se equivocó. Alexander Selkirk iba a pagar un alto precio por amotinarse. Stradling lo abandonó en Más A Tierra. Solo, con escasa ropa, una pistola, pólvora, algunas herramientas y un poco de tabaco, debía afrontar la soledad y la muerte. Por suerte, le acompañaba su Biblia.

Woodes Rogers (dcha.) era el capitán del navío que rescató a Alexander Selkirk

En esa isla pasó cuatro años y cuatro meses. En febrero de 1709, el navío de Woodes Rogers, futuro gobernador inglés de las Bahamas y encargado de erradicar la piratería en el Caribe británico , arribó al archipiélago de Juan Fernández para aprovisionarse. Allí rescataron un Alexander Selkirk desaliñado, vestido con pieles de cabra y con dificultades para comunicarse. Le contaron que el Cinque Ports había naufragado poco después de abandonarlo, y que unos pocos supervivientes, entre los que se encontraba el capitán Stradling, habían sido apresados por los españoles y se pudrían en prisión.

Selkirk se incorporó a la tripulación de Rogers y regresó a Inglaterra en 1711. De repente, se había convertido en una celebridad. En esas fechas aparecieron diversos libros relatando su experiencia, uno de ellos escrito por el propio Woodes Rogers.

Al regresar a Inglaterra, proliferaron los libros contando las vivencias de Alexander Selkirk.

Un filón literario

El testimonio de Alexander Selkirk pronto se extendió por toda Gran Bretaña. La historia llegó a oídos de Daniel Defoe, que decidió basarse en ella parcialmente para escribir su novela.

Las aventuras de Robinson Crusoe se sitúan en una isla del Caribe, mientras que Alexander Selkirk estuvo en un archipiélago del océano Pacífico.

Situó las aventuras del náufrago Robinson Crusoe en una isla del Caribe, aunque en realidad Alexander Selkirk estuvo en un archipiélago del océano Pacífico. Otra importante diferencia es que Robinson permaneció veintiocho años en la isla, acompañado de su fiel amigo Viernes, mientras que Selkirk sobrevivió casi cinco años completamente solo. En esto, su peripecia guarda más semejanzas con la del protagonista de Náufrago (2000) que con Crusoe.

El público recibió con entusiasmo la obra de Defoe. Apenas unos meses después de su publicación, la novela se encaminaba ya hacia su cuarta edición. En aquel entonces, Selkirk servía en la Royal Navy a bordo del HMS Weymouth. En 1720, navegaba las aguas frente a la costa africana de Guinea a la caza de piratas. Al año siguiente, en diciembre, moriría a causa de la fiebre amarilla. Su cuerpo, como era costumbre, era arrojado al mar.

La antigua isla de Más Afuera hoy se denomina isla Alejandro Selkirk.
Foto: Vía Wikimedia Commons.

El mito de Robinson Crusoe fue devorando progresivamente a Alexander Selkirk hasta el punto de que, en 1966, la isla en la que el escocés malvivió durante cuatro años y medio no lleva su nombre, sino la del personaje creado por Defoe. Eso sí, otra isla del archipiélago, la antigua Más Afuera, pasó a denominarse isla Alejandro Selkirk.