La tragedia azota y no da respiro. Una familia de Francisco Álvarez perdió todo luego que el pasado domingo se le incendiara la vivienda.
Dos niños, madre y un bebé en camino se refugian en una habitación, que momentáneamente le prestaron. Lo provisorio llegará a su punto final, pero esta familia saldrá a flote porque la resiliencia y la supervivencia los caracteriza.
Un llamado de solidaridad a la comunidad para que los recursos empiecen a florecer… porque la vida no se detiene.
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