AJUSTE QUE NO LO TAPA EL COVID -19 /LA IZQUIERDA DIARIO –

“Me llamo Gonzalo Herrera, estuve un año trabajando en La Farola de Moreno. Tuve un accidente el 9 de marzo y estuve 10 días internado, me dieron 20 sesiones de kinesiología, me hicieron 2 sesiones y me dieron el alta. Teniendo 17 años estuve trabajando en negro, no me pagaban, cobré dos bonos de $1000 nomás que me dieron dos semanas y me echaron por el tema de la cuarentena porque no podía pagar. Nos tienen parados así sin pagar sin nada”.

Así, al caerse de una escalera en el trabajo, Gonzalo tuvo un trato miserable: “La ART no se hace cargo, yo estoy con problemas en la cintura y me tengo que pagar los medicamentos. No me alcanza la plata y si no tomo los medicamentos me duele la cintura. No me hicieron terminar las sesiones de kinesiología, me tienen retenida la carta documento de despido, no me la quieren dar ni hacer retirar. Fui a buscarla, no me la dieron y ahora estoy esperando sin paga sin nada, me dejaron así sin trabajo.” Y continúa Gonza: “Yo estaba trabajando en turno noche desde las cuatro de la tarde hasta la una de la mañana, teníamos que esperar el colectivo hasta las tres de la mañana que era cuando empezaba porque no nos dejaban salir temprano. Si te sentías mal te tenías que quedar hasta terminar el horario, no te dejaban salir, no te daban un medicamento si te sentías mal”.

Así comienza el testimonio de Gonzalo y Claudio, su hermano, quienes con mucha bronca nos relatan a La Izquierda Diario lo que pasaron el año trabajando en uno de los tantos locales de los empresarios Benjamín Cuadra y Francisco Galicchio, socios de Silvio Ezequiel Laceiras, cabeza del grupo empresario. Dueños de reconocidas pizzerías como La Intendencia, Tokio, La Vaca Lechera o la propia Camoron que viene de un triunfo cobrando los dos meses de sueldo adeudado que les correspondían a sus trabajadores y sin perder sus puestos de laburo ante el intento de vaciar el local que los dejaba en la calle.

“Nosotros queremos hacer este video para poder defender nuestro derecho, nosotros lo reclamamos nuestro derecho” plantea sencillamente Clau. “Queremos que nos paguen y nosotros estamos trabajando hace un año en La Farola y no tuvimos recibo de sueldo. Cuando Gonzalo tuvo el accidente recién nos blanquearon a los dos y nosotros queremos que nos paguen lo que trabajamos en negro”.
Esta realidad es la realidad de millones de jóvenes que tienen que salir a trabajar para mantener a sus familias soportando condiciones de trabajo de mierda, sin recibo de sueldo, trabajando 10 horas o más por sueldos bajos que no alcanzan y sin cobertura médica ante posibles accidentes.

Lo que nos cuentan es la realidad de millones de trabajadores precarizados, sobre todo jóvenes en condiciones de informalidad, que ni siquiera los reconocen los sindicatos dirigidos por gente que hace décadas no se mueven de sus sillones. Así nos llegan testimonios de jóvenes que desde que laburan tienen que soportar este trato por parte de los empresarios que no les importa su vida ni su salud más que sus ganancias. Trabajamos en lugares donde nos rompen, literalmente para ellos somos descartables. Gonzalo y su hermano se acercaron a la Red de Trabajadorxs Precarizadxs y pelearemos por su reincorporación con tareas livianas y que se le cubran todos los gastos médicos para su recuperación.

Hoy se movilizarán miles de jóvenes a las 11 de la mañana en varios puntos del país para reclamar por sus derechos, de restaurantes, las app, de call centers, de comercio, manteniendo la necesaria distancia y con todos los elementos de protección necesarios. Con la necesidad enorme de que se escuchen la voz de tantos como Gonzalo y Clau para organizarse en una amplia Red de trabajadores precarizados.

Este grupo empresarial demuestra lo miserable que es en cada comentario y denuncia de los trabajadores que nos llega. Y por ello estamos del lado de Gonza y Clau, de las y los jóvenes que trabajamos en forma precaria e informal que como decimos en La RED: Si tocan a uno nos tocan a TODOS!!!!

El silencio no puede ser nuestro idioma frente a la crisis que quieren descargar sobre nuestras espaldas, es por eso que desde La Izquierda Diario nos ponemos a disposición para levantar la voz de los que no tienen voz. Si te despidieron, suspendieron o redujeron tu salario, acercarnos tu testimonio para reflejarlo de manera anónima. Al mismo tiempo, venimos impulsando reuniones virtuales para organizarnos frente a este tipo de situaciones. Esa es la única manera de pelear una salida de los trabajadores en esta crisis. Si querés participar, ¡escribinos!