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El pasado 29 de junio, la provincia de Neuquén se vio afectada por la explosión en la escuela N°144, de Aguada San Roque. En la misma, fallecieron dos operarios, mientras que la docente Mónica Jara, falleció tiempo después a causa de las lesiones producidas por el mismo detonante. El hecho, vuelve a traer al dentro del debate el abandono del Estado en el ámbito educativo.

Walter Cravero, de ATE Moreno, expresó a través de un comunicado, la solidaridad hacía los compañeros y compañeras de Neuquén, expresando que: “consensuamos un documento para expresar la solidaria activa, para con las comunidades educativas en Neuquén, principalmente San Roque. Los compañeros fallecidos, los que como hemos caracterizado, entendemos que podemos designar […] como otro asesinato laboral”.

El comunicado que sacó la Asociación de Trabajadores del Estado de Moreno, detalla que: “es lamentable que a casi tres años de la explosión de la escuela primaria N°49, en el partido de Moreno, Bs As; y el asesinato laboral de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, tengamos que lamentar la muerte por causas evitables y reiterar la responsabilidad del Estado ante un nuevo asesinato laboral”. Además, expresan que: “pareciera que las autoridades de gobierno, cualquiera sea su nivel de responsabilidad, siguen sin escuchar y atender de manera urgente una problemática que pone en riesgo la seguridad de todxs. La salud y la seguridad de las y los trabajadorxs es el piso mínimo para garantizar escuelas dignas y seguras, de esta forma se dignifica todo acto educativo”.

Desde ATE, sostienen que hay que mantener la memoria viva e ir sembrándola colectivamente. “Sembrar memoria, porque, en la escuela nadie va a morir, se va vivir y contagiar proyectos de vida, proyectos transformadores, porque hay que cuidar lo que crece, ese compromiso. No olvidamos y vamos a seguir exigiendo justicia”.

La educación sigue siendo el último orejón del tarro y los accidentes relacionados con problemas de infraestructura se repiten. La peor parte se la llevan quiénes son trabajadores de la educación, no solo porque las condiciones para dictar clases no están dadas, sino por qué además en algunos casos, como el de Sandra y Rubén, terminan en tragedia.