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Ojalá fuera el susurro, vestido de canto, de aquel arroyito que vi nacer en una tarde de otoño. Es un hilo de agua que serpentea desde la salida de la Escuela 42 (calle Ozanam), que viaja seguro hasta la calle Paraguay, gira a la derecha y culmina su periplo a menos de sesenta metros cuando toca la arteria Robert Fulton. Las ramas y postes cortan el tránsito desde hace una semana. Por sentidos, la vista permite confirmar la decisión vecinal: «Así no se aguanta más». San Cayetano, paz, pan, trabajo y arreglo de calles y cloacas.

El olfato detecta el olor de ese hilo de agua servida que brota de la escuela pública.

El color ocre pinta los árboles. Las ramas ayudan luego de la poda. Dos vecinas, dos mujeres, detallan el abandono, la ausencia y la naturalización que rechazan.

Mónica dice: «Acá sólo vienen cuando es para votar, para las elecciones después no aparece nadie. El colegio hace años que está así y toda esa agua que nosotros tenemos acá es de los baños.

En la primaria 42…

Sí, se rebalsa y los nenes están en el patio, a veces pisan todo eso, pero nunca nadie viene hacer nada. Y hace años esto que está así y ahora se rompió la calle por ahí de eso.

El agua, la cloaca, rebalsan los pozos de la Escuela 42, viene para acá, filtra por la calle Paraguay y terminamos con esto que es el corte, con ramas, una forma de decir ¡Basta, se terminó!

Se terminó, porque ya no da más. Aparte algún día que lo solucionen el tema de los baños. El año pasado hubo chicos que estaban enfermos, les agarró como diarrea en el verano por este tema, antes de terminar las clases. Nadie viene, nadie da bolilla. Así siempre.

¿El corte es por la calle o por las cloacas?

Por las cloacas, por la mugre del agua esta. Yo salgo a mi vereda y tengo que pasar todos los días pisando eso.

Porque se siente el olor

Sí, esto es todos los días y en el verano peor. Ahora porque es invierno, pero en verano es insoportable.

El corte de la calle ¿desde cuándo?

Hace una semana, porque seguían pasando los autos y el agua se estanca ahí. El barro no lo deja pasar. Y aparte no tiene la salida y del otro lado está todo tapado, en la esquina donde está el kiosco está todo tapado, entonces todo vuelve para acá.

Julia toma impulso y camina desde el umbral de su vivienda hasta la reja:

¿Cómo es vivir así?

¿Qué te parece? Vivir en medio del pantano, en medio de la mugre. Pagamos la municipalidad uno por uno y eso llega. Eso no se olvidan.

¿Vos pagás la tasa? ¿Alumbrado, barrido y limpieza?

¿Y que limpieza? ¿Vos ves limpieza acá? No puedo salir ni a la vereda porque es un desastre todo.

¿Hicieron el reclamo? Aunque ahora están las imágenes

Y sí, porque si no se reclama no te llevan el apunte. De vicio, gastar boleto, remis, más que yo no me puedo mover, no puedo andar. Si van los vecinos igual, no le llevan el apunte.

El olor se percibe, ¿se acostumbraron a vivir así?

Yo hace poquito que volví a mi casa, pero sí, es lógico. Imagina todo eso larga olor, porque viene de allá y para todo acá.

¿Qué le pedís a la Intendenta, a la mujer que está realizando y prometiendo muchas obras?

Julia: Le pedimos que haga el favor, que venga a San Cayetano, al Barrio de San Cayetano y que se fije las calles cómo estamos viviendo.

Mónica: y también el tema de los robos, porque acá salimos a tomar un colectivo. Todos los días, los chicos toman el colectivo y le quitan la mochila, los teléfonos, todo. O si vienen acompañados es lo mismo, acá ya no se puede, cada vez es peor. Hubo un tiempo que te entraban a las casas. A ella un montón de veces le saltaron por atrás, decí que gracias a Dios no le hicieron nada pero acá no hay un control. Llamás a un patrullero y no te viene, capaz que te aparece a los veinte días.

A San Cayetano que se le pide paz, pan y trabajo. Le vamos a pedir al santo algo más, ¿qué le vamos a pedir al gobierno?

Que se haga responsable por lo menos de este barrio y de arreglar la calle. Al menos es lo que más nos interesa.