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Por Paula Schaller (Licenciada en Historia) / Izquierda Diario.- La docencia cordobesa paró y se movilizó de manera contundente en toda la provincia. Junto a Santa Fe y otras provincias muestra un camino contra los ajustes a la educación y sus trabajadores y trabajadoras. Qué escenario se abre y cómo continuar.

Desde temprano las radios anunciaban que el paro docente era contundente: un acatamiento de más del 90 %. La opinión de los periodistas en los noticieros reconociendo la sensatez de los reclamos docentes ya anticipaba una solidaridad que, horas más tarde, se iba a hacer activa. En el centro se veían llegar las banderas de las escuelas. Las seños en grupos con sus pintorcitos. Docentes secundarios con estudiantes apoyando. Pancartas y carteles de todos los colores con cada una de las demandas que armamos en las asambleas de la semana, dónde el día de la movilización se esperaba con ansias.

Se fueron llenando rápido las más de 13 cuadras con las más de 10 mil personas que hicieron de esta movilización un hecho masivo. Delegaciones del interior, de distintas escuelas de la provincia. Un clima de mucha bronca contra el gobierno que ataca a las y los jubilados con haberes de miseria, que precariza cada vez más las condiciones de trabajo y que impone salarios que dejan a la docencia por debajo de la línea de pobreza. La dirección Celeste arrancó rápido encabezando la movilización, pero atrás, más del 80 % de los manifestantes nutrían las columnas de la oposición combativa y las escuelas que marcharon diferenciadas de la conducción.

La bronca contra las entregas permanentes de la Celeste se tradujo en cantos contra la alianza de la conducción con el gobierno, en exigencias de plan de lucha real y que no haya ninguna negociación con descuentos a la docencia. Monserrat se tuvo que retirar masivamente abucheado luego intentar dar un discurso lleno de cinismo para posar de combativo. La bronca expresaba que las y los docentes saben muy bien que este paro y esta movilización, los más importantes de los últimos años, no surgieron de la voluntad de la conducción. Fueron arrancados por las bases. Surgieron de cada escuela donde las y los docentes defendimos las asambleas, salimos a las calles, hicimos asambleas zonales, semaforeadas. Porque sabemos que la sobrecarga y la precarización laboral no se aguanta más. La sentimos en el cuerpo como la sentía Karina.

Este paro y movilización también están hechos de la pelea que dieron las compañeras suplentes que se quedaron sin trabajo en la pandemia, de las maestras de inicial que el año pasado se rebelaron contra la precarización y ahora denuncian el maltrato laboral expresado en el brutal caso de la seño Karina, de la pelea de las y los jubilados contra la reforma jubilatoria del Gobierno de Schiaretti.

Todas esas peleas a las que la conducción Celeste les dio la espalda y que en condiciones muy difíciles se dieron por separado, pero que hoy se unieron en este enorme paro. Es una lucha que no es solo de las y los docentes sino de toda la comunidad educativa. Por eso hoy, en apoyo al paro docente, pararon solidariamente las trabajadoras de PAICOR Río Tercero, las que le dan de comer a los estudiantes en las escuelas y sienten esta lucha como propia. Como también la sienten las familias de nuestros estudiantes que sufren el ajuste, el desempleo, la inflación, las condiciones más duras que golpean en los barrios populares.

Uno de los momentos más emotivos de la movilización fue el paso por Av. Olmos, donde las columnas de los miles de compañeros y compañeras del FOL, junto a la Asamblea por Trabajo y Vivienda, saludaban a las columnas docentes al grito de “son los maestros de nuestros hijos”, “su lucha es nuestra lucha”, “unidad de los trabajadores”, “defendamos juntos la educación.” Esa solidaridad no registra antecedentes en una movilización docente de los últimos tiempos. Más de uno encontró ahí, entre esas familias, a algún estudiante, y se fundió en un abrazo: el sentido más profundo de la defensa del derecho a la educación.

También se sumaron a la movilización trabajadores de ATSA, (sanidad), un sector también muy golpeado por el ajuste del gobierno, y trabajadores de distintas áreas de discapacidad que vienen peleando contra la precarización y el recorte de fondos del Gobierno nacional. Todos vieron en el paro y la movilización docente un canal para sumar sus reclamos y fortalecerse en la unidad. Pero el paro y la movilización impactan subjetivamente en decenas de miles de trabajadores más. Como los miles de trabajadores precarizados, que no llegan a fin de mes y con la lucha docente ven que se puede pelear; como las y los trabajadores estatales, cuyas conducciones sindicales como el SEP firmaron la misma paritaria a la baja que la docencia rechazó masivamente en las calles. Porque el Gobierno provincial cuenta con los recursos que le da la recaudación récord: sólo hasta mayo, la recaudación había subido un 62,4% más que en el periodo enero-mayo del 2021; pero está defendiendo un modelo de salarios y jubilaciones estatales bajos y precarización laboral extendida. La lucha docente pone en cuestión ese modelo y plantea la perspectiva de un paro general provincial por el triunfo de las y los docentes y la reapertura de las paritarias para todos los estatales.

Por eso, la demostración de fuerzas de hoy golpea al gobierno de Schiaretti, que busca ubicarse intransigente pero está ante la posibilidad de que la lucha se haga fuerte en las calles y unifique reclamos. Y también es un mensaje para el gobierno nacional, que viene profundizando el ajuste en la educación y la salud recortando presupuesto de jardines infantiles, en áreas de asistencia a personas con discapacidad, o en la salud. Como se vio el martes en Santa Fé o hace unas semanas en Mendoza y otras provincias, la docencia de todo el país viene mostrando que hay disposición a luchar y que no estamos dispuestos a resignar condiciones de vida.

La lucha docente muestra el camino, ¿y ahora qué? Por una gran Asamblea abierta de las escuelas

Si miles mostramos que hay fuerzas para enfrentar el ajuste y que podemos contagiar y atraer la solidaridad de otros sectores para pelear en común, ¿cómo la seguimos? Es la pregunta que surge en las escuelas, en los grupos de whatsapp, que muchos compañeros y compañeras plantearon en las asambleas.

Sabemos que después de esta enorme demostración la conducción va a intentar pasivizar. Por eso su plan de lucha no contempla nuevas acciones donde pueda expresarse masivamente la docencia, buscando sólo acciones reducidas como la movilización de cuerpos orgánicos del viernes. Buscan desactivar la organización de las escuelas, que sigamos yendo a trabajar esperando para ver cómo nos entregan negociando a nuestras espaldas un salario que no alcanza y encima con descuentos.

Nosotros tenemos que hacer lo contrario: pensar como fortalecemos la organización, cómo coordinamos, cómo nos hacemos fuertes para que la conducción no pueda imponer una vez más su política. Tenemos que multiplicar las iniciativas que ya empiezan a surgir en algunas escuelas como ferias de platos para sostener el fondo de huelga buscando el apoyo activo de las familias, estudiantes y toda la comunidad educativa. Exigirle al sindicato que ponga todos los recursos a disposición de sostener el fondo de huelga para toda la docencia y que no haya ninguna negociación con descuentos. Desplegar distintas iniciativas para involucrar a toda la comunidad educativa como clases públicas, volanteadas en los barrios, etc.

Porque a esta lucha la ganamos si la damos en común con las familias, con otros sectores de trabajadores, con los estudiantes, en defensa de la educación. Por eso, desde Docentes D-Base creemos que para fortalecer esa coordinación, tenemos que poner en pie una gran Asamblea abierta de las Escuelas, este sábado a las 10:30 horas en Plaza de la Intendencia, abierta a toda la comunidad educativa. Que sirva para unificar fuerzas, discutir cómo la seguimos y qué plan de lucha necesitamos para ganar.