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Izquierda Diario.- La comparación realizada por Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA – Autónoma, toma en cuenta los ingresos de los trabajadores registrados. Si se incluyeran al conjunto de los asalariados la cifra sería aún peor. El Frente de Todos que prometió recuperar lo perdido con Macri, profundizó la caída de los sueldos.

El Observatorio del Derecho Social de la CTA – Autónoma publicó un informe analizando la situación económica y social al cierre del año pasado. Su coordinador, Luis Campos, destacó en Twitter los datos más relevantes. El especialista explicó que pese al crecimiento económico en 2021 y 2022 que permitió volver a un PBI similar al 2015 (antes de la pandemia y de la crisis del 2018) el porcentaje de población por debajo de la línea de pobreza es mucho más alto que en ese entonces por la caída en los ingresos de las grandes mayorías.

Los asalariados registrados, detalló Campos, terminaron el último año con salarios un 2,8 % inferiores a los del 2021, mientras que en el mismo periodo los haberes jubilatorios descendieron un 4,7 %; mostrando que la tendencia a la caída en los ingresos no se está revirtiendo. Entre 2015 y 2022 los trabajadores formales (medidos por el RIPTE) acumulan una pérdida del 23,2 % (siempre teniendo en cuenta la inflación), mientras que la actividad económica (EMAE) creció 1 %.

Además, el economista de la CTA agregó que “el retroceso salarial afectó con mayor intensidad a los asalariados no registrados que en comparación con diciembre de 2019 perdieron un 15,6%. Esto provoca que a pesar de una caída en el desempleo se registre un incremento de la pobreza y la indigencia”. Aquellos que no pueden cubrir sus necesidades básicas (tomando como parámetro las canastas elaboradas por el Indec) pasaron de ser el 28,6 % de la población en 2017 al 36,5 % en 2022 y los que ni siquiera pudieron acceder a una alimentación mínima del 6,2 % al 8,8 %.

Campos también resaltó que el Estado tiene una importante influencia directa en la baja de los ingresos al afirmar que: “El Salario Mínimo, Vital y Móvil perdió contra la inflación en seis de los últimos siete años. En diciembre de 2022 estaba un 8,3% por debajo de diciembre de 2019 y un 30,5% debajo de diciembre de 2015.” y añadir: “Los haberes jubilatorios en 2022 fueron un 9,3% más bajos que en 2019 y un 27,4% inferiores a los de 2015. Quienes cobran la mínima tuvieron una compensación con los bonos discrecionales que tienen que ser cada vez más altos para empatarle a la inflación.”

El Gobierno, al honrar la fraudulenta deuda externa y firmar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, se comprometió a realizar un fuerte ajuste haciendo caer las jubilaciones, salarios públicos y programas sociales. Además, la alta inflación, que carcome el poder de compra, y las pocas reservas de moneda extranjera, que podrían empujar a una devaluación (lo que aceleraría la suba de precios) provocarán un mayor deterioro de las condiciones de vida de la clase trabajadora. El Gobierno del Frente de Todos asumió con la promesa de terminar con el ajuste de Macri y recuperar lo perdido, pero la situación empeoró y las perspectivas de deterioro son aún mayores.

Las direcciones sindicales como la CGT y la CTA, que tendrían que estar a la cabeza de un plan de lucha para recuperar el poder de compra perdido durante el macrismo y el gobierno del Frente de Todos, son hoy cómplices de esta situación.