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"Dicen que no hubo fuga pero tenemos entre tres y cuatro chicos con síntomas de haber inhalado gas"

Un día antes de la llama (grande) que salió de una hornalla con perilla cerrada, en la cocina de la Escuela N° 49, una madre lleva a su hijo al médico y tras la atención recibe un certificado: inhalación de gas.

Este dato, de enorme importancia y gravedad, estuvo expuesto en la reunión que madres y padres impulsaron con las autoridades educativas, en ese lugar donde perdieron la vida el 2 de agosto de 2018 Sandra Calamano y Rubén Rodríguez.

Hoy lunes las clases normales (gas cerrado), pero solo concurrieron en el horario matutino menos de 30 alumnos /as.

A las 8: 30 se concentraron en la puerta del establecimiento las madres que no olvidan, que tienen memoria y exigen transparencia en la información porque antes que cualquier imposición jerárquica está la vida. En ese sentido, el enojo de la comunidad está situado en lo ocurrido el viernes con esa llama en la cocina. Si la hornalla estaba apagada, la perilla cerrada, ¿cómo se explica que emerja una llama?

«Para las autoridades, el día viernes no hubo fuga de gas pero nos enteramos que un nene fue llevado por su mamá al médico y se detectó que había inhalado gas y está el certificado médico. A partir de esto sucedió que otras mamás entienden que los ojos irritados de sus hijos /as el día viernes puede haber sido producto del gas», afirma Micaela, una de las madres que levantó la voz en el encuentro con los responsables educativos.

En la descripción aparecen los miedos, el temor y también la convicción que después de Sandra y Rubén en las escuelas no pueden legitimarse los parches, la información sesgada o la falta de claridad y transparencia hacia madres y padres: «Si la escuela hubiese informado de la fuga de gas nosotros hubiésemos estado más conscientes y alertas sobre ciertas cosas que le podían pasar a nuestros hijos, porque es la salud de nuestros hijos /as. El problema no es contra la escuela o los docentes sino contra aquellos que vienen a arreglar la cocina, contra el Consejo Escolar, pero lo que le estamos reclamando hoy a los docentes es la mala información. «Dicen que no hubo fuga pero tenemos entre tres y cuatro chicos con síntomas de haber inhalado gas». Pero ahora voy a un punto, ¿cómo se puede producir una llamarada si las perilla de la cocina están cerradas? Dos más son cuatro, es así de sencillo. El reclamo es que no se minimice, si hubo fuga de gas tienen que decirlo claramente. Entiendo que los docentes tienen que venir a la escuela, abrir las puertas, pero ellos tienen que entender que nosotros como madres y padres necesitamos la seguridad para nuestros hijos /as. Nosotros los dejamos 8 horas acá, y el reemplazo de una vianda en lugar de un plato de comida no es la solución. Ya tuvimos unos sándwiches de jamón y queso que estaban podridos, unas pizzetas con lengueteada de queso y una naranja. Si esa es la solución será hasta fin de años o hasta que se le cante el culo al Consejo Escolar para solucionar este problema. Nuestra decisión es no mandarlos hasta saber que en la escuela están seguros. Yo prefiero que mi hijo pierda día de clases y no la vida, no me importa quien es el responsable de esta fuga de gas. Después de las muertes de Sandra y Rubén no tenemos a ningún responsable en cana».

La reunión concluye. Se firma un acta. Ninguna autoridad brinda una explicación pública. Las clases, institucionalmente, continúan con normalidad. Madres y padres se plantan con una bandera: escuelas seguras YA.