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Por Ramiro Ciampa para ANRed.- El día sábado se llevó a cabo un plenario de las organizaciones del campo popular en el predio de la Universidad Técnica Nacional de Avellaneda bajo la consigna Luche y Vuelve, con el objetivo de romper el asedio y la proscripción a la líder peronista Cristina Kirchner.

El objetivo central de estas actividades, que algunos referentes sostuvieron como el primero de tantos, hasta el armado de las listas en junio, es garantizar la plataforma en la cual se desenmascare al partido judicial y su intromisión en la democracia del país. Esto busca crear una base en la cual el pueblo sepa que no se puede hablar de democracia si se persigue a dirigentes/as y así, Cristina Kirchner pueda presentarse sin condicionamientos.

Como en la década infame y la década del 60 principalmente los gobiernos de Frondizi e Illía (sin hablar de las dictaduras), los que asumían al gobierno estaban vigilados y sofocados por las Fuerzas Armadas. Hoy en día hay una modernización, y es el Poder Judicial quien sofoca y vigila a lxs gobernantes. Bajo una presunta legalidad persiguen, encarcelan y proscriben si la persona o su movimiento no se ajusta a sus intereses.

Como segundo punto, la “estrategia separación” que se llevó adelante en la actividad consistió en profundizar la distancia con una parte del Frente de Todos. Desde los dirigentes y funcionarios representantes de La Cámpora, ciertas organizaciones peronistas, y otras del campo popular, se buscó permanentemente marcar que todos los errores de su mismo frente fue, sin mencionarlo explícitamente, causado por el “ala albertista”. Se escucharon críticas hacia el período 2019-2023 como si se tratara de una alianza neoliberal, algo que resulta contradictorio. Más allá de las declaraciones de Máximo Kirchner sobre qué decidirán ciertos cuadros de cara a las presidenciales, hay un punto que se intentó pasar por alto: el gobierno que criticaban es el de ellos mismos. Quedan meses de armado, de gestión y de definiciones.


Nota completa: En ANRed