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El 20 de abril de 1971, joven aún, falleció a los 52 años Mario Darío Grandi, artísta plástico, cuyo nombre, desde 1984, lleva una calle céntrica de Paso del Rey. 

Porteño. Desde niño, a los 10 años, comenzó a estudiar dibujo y pintura en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes.  

En una apretada síntesis de su rica trayectoria artística, no debidamente reconocida, recordamos que realizó su primera exposición individual en 1941. 

En 1944 resultó segundo premio de cultura del XXX Salón de Acuarelistas y Grabadores. 

En 1945 expuso sus obras en la Galería Müller de Buenos Aires y en el Museo Genaro Pérez, de la provincia de Córdoba, donde estaba radicado. 

En 1953, se estableció con su familia en Paso de Rey, localidad que reflejó en varias de sus pinturas, donde también participó de distintas actividades del Club Amancio Alcorta, como el teatro de títeres El Retablo

Para entonces le llegó el reconocimiento por su obra, recibiendo distintos premios y distinciones, el Premio Adquisición de La Rioja, del SHA de Santa Fe, en 1954, obtuvo el primer premio del Salón Nacional de Artes Plásticas, con la obra Aromos.  

También llevo a cabo exposiciones en México y otros países latinoamericanos. Recibió becas de España, Francia y Suecia que rechazó.

Fumador de tabaco en pipa y frecuentador de las boliches de Paso del Rey donde compartía la mesa de café, Grandi manejó con maestria las técnicas del óleo, acuarela y el pastel. En 1965 realizó una muestra con motivo del centenario de la creación del Partido de Moreno.

Tuvo dos hijos, Silvia y Claudio Nicolás, este último secuestrado y desaparecido durante la última dictadura militar. 

En 1973, en conmemoración del 54° aniversario del nacimiento de Mario Darío Grandi, fue inaugurado un monumento en su tumba, del cementerio local, realizado por sus amigos, los escultores Mariano Pagés y Carlos De La Mota, en la ocasión hicieron uso de la palabra el profesor Roberto Díaz y el comisionado municipal José Gregorio