La sociedad entra en shock cuando la crueldad muestra sus fauces. No hay poros para que la racionalidad ingrese y entregue explicación posible. Surge un consenso homogéneo que circulará por todos los dispositivos electrónicos mirando a un niño de Moreno, alzando sus manos marcadas por el espanto de quienes lo torturaban.
Ese niño fue rescatado ayer porque una vecina de San Carlos llamó al 911 alertando de los gritos, llantos y dolor que escuchaba en la vivienda de la calle Echeverría 7903. Personal policial, funcionarias de Atención a la Víctima y de Servicio Local de Niñez, intervienen. Al ingresar a la casa encuentran al niño de 6 años de edad con «ambas manos atadas con un cinto, presentando lesiones en sus muñecas producto de la rigidez de las ataduras, como así también lesiones en brazo izquierdo y rostro». Las autoridades encuentran a su hermana de 9 años. Estaban solos. Luego llega la mamá quien «alega que lo había atado porque se portaba mal». Posteriormente queda aprehendido el padrastro.
Soledad Delgado (29 años) y Facundo Borrachia (28) acusados de privación ilegal de la libertad e infracción a la ley de estupefacientes (se incautaron en el patio de la vivienda ocho plantas de cannabis).
El niño y la niña fueron trasladados inmediatamente, bajo el resguardo del Servicio Local, Asesoría de Incapaces y Juzgado de Familia interviniente.
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