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Hasta la primera mitad del siglo XX la política era cosa de hombres y la mujer cumplía un rol subordinado en la sociedad, debía estar dedicada a la función reproductiva, el cuidado del hogar y la moralidad.
Estos parecen ser los motivos por el cual los distintos organismos del Estado no empleaban mujeres y la municipalidad de Moreno no era la excepción.

Sin temor a error se puede afirmar que el municipio local era un ámbito de masculinidad hegemónico. En efecto, en enero de 1940, siendo intendente Bartolomé Tavella, se registra la primera y única mujer empleada municipal, Rafaela O. de Campos, obviamente encargada de la limpieza del edificio comunal, sobre un total de tan solo 47 agentes incluyendo al intendente, secretarios y otros funcionarios. Para diciembre del mismo año, el intendente aumentó el plantel municipal a 71 personas, y Rafaela O. de Campos seguía siendo la única mujer, que al año siguiente no continúo trabajando.

Cabe aclarar que en el hospital Mariano y Luciano de La Vega, que formaba parte del ámbito municipal, pero contaba con administración propia, trabajaban mujeres en clásicas funciones femeninas, enfermería, mucamas, obstetricia, etc. pero no se contabilizaban como personal municipal.

Algunos años después, en diciembre de 1949, la totalidad del personal municipal, incluidos los funcionarios, ascendía a 97 agentes, todos hombres, ninguna mujer.

Fue el 18 de mayo de 1951, cuando ingresó como empleada municipal Shirley Doroty Pérez, con el cargo de auxiliar y más allá que sus padres seguramente eran admiradores de la afamada actriz norteamericana Shirley Temple, la joven llegó para poner fin a tanta rutina masculina. Su incorporación al plantel comunal estuvo relacionada con la reestructuración administrativo-catastral que la gestión del intendente Alberto Vera llevó a cabo mediante un acuerdo con la empresa Kraft, encargada de ficheros y la confección de fichas metálicas. El manejo de impresoras de recibos y grabadoras de boletas de impuestos, era la tarea a cargo de Shirley D. Pérez. Luego de algunos meses, el 13 de julio del mismo año, ingresó a la planta municipal la segunda mujer, Lucía Yolanda Mele, para cubrir  una vacante administrativa.

Casi nueve años después, en enero de 1959, el personal municipal sumaba un total de 258 agentes, de ellos 33 eran mujeres.

Lentamente la mujer irá ganando nuevos roles y estamentos laborales, en julio de 1975 la cantidad de mujeres alcanzaba a 121 sobre 329 empleados comunales.

Fuente: Libros de decretos y ordenanzas del Departamento Ejecutivo Municipal. Archivo Histórico, Museo Municipal Amancio Alcorta.