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A 6 años del primer #NiUnaMenos, la marea de mujeres continúa haciéndole frente a las injusticias patriarcales. Johana Gutiérrez es una víctima de aquella injusticia y hoy más que nunca, su voz suena más fuerte.

Vecina de Paso del Rey, desde el 28 de enero que vive una pesadilla interminable. Su hijo, de tan solo 3 años, fue llevado de su domicilio por su padre, sin explicación alguna, negándole el contacto total con su madre. “Desde esa fecha empecé a recibir amenazas de él, que me iba a matar, que iba a matar al nene, que me lo iba a mandar en un cajón, que me iba a ahorcar”, exclama Johana.

Hoy continúa con su lucha y reclamo, “de donde sea saco fuerzas porque sé que él va a estar conmigo, porque lo único que hice es luchar para que él vuelva. Lo único que quiero es que vuelva conmigo e irme lejos de acá donde él no nos encuentre”.

La causa está a cargo del Juzgado de Familia N° 3 de General Rodríguez, donde la Jueza, Silvia Mónica Baéz, dictaminó que el niño debía quedarse con el padre, Javier Alejandro Paz, quien posee denuncias por violencia de género y amenazas. “Desde que nació hasta enero estuvo conmigo, los 3 años, cuando el señor lo que hizo fue desaparecer y abandonarme y yo me rebusqué de todas formas para que a mis hijos no le falte nada”, comenta Johana. A pesar de todo lo registrado, la justicia no actúa ante una persona con todos estos antecedentes y el niño continúa bajo la tutela de aquel hombre.

El Servicio Local de los Derechos del niño, los abogados o la Jueza, ninguno sabe dar una explicación de porqué el niño se encuentra en manos de una persona de esas características y, mucho menos, porqué no escuchan a la madre en su reclamo. ¿Cuál es la perspectiva de género que tiene la justicia?

Acompañada por Gabriela y compañeros /as de base, Johana continúa reclamando por su hijo y convoca a otras para romper el miedo y el silencio: “No se queden, luchen, salgan, no se callen, no sufran, porque yo sufrí 7 años con este señor y vivía callada, vivía encerrada. Salgan, porque ellos no son nuestros dueños, ellos no son nadie para venir a decir “no, no podés”, si nosotras podemos, con nuestros hijos, con todo podemos” pronuncia Johana con firmeza.

Nos despertamos cada día con preocupación porque se ve como la violencia machista todavía no cesa. La lucha contra la misma, conlleva un compromiso grande de parte no solo la sociedad sino también, el Estado y el Poder Judicial. Si observamos como en estas situaciones la justicia es ciega y desconcertante, ¿qué tienen que hacer las mujeres para ser escuchadas?