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Sobrevivió a la explosión de la Escuela N° 49. Estuvo ahí en ese fatídico 2 de agosto de 2018 y a más de cinco años de las muertes de Sandra y Rubén, pide que su historia y testimonio sea escuchado. Antonio Ceferino Arias era auxiliar en ese establecimiento educativo. Fue compañero de Rubén Rodríguez en el nivel secundario y luego el destino laboral los unió en la 49.

Vivió la tragedia porque había ingresado antes de las 8 de la mañana del 2 de agosto, pero Antonio Celestino Arias no está convocado a prestar testimonio en el debate oral que se ventila en Mercedes. Sus recuerdos son claros, le dejaron huellas en su salud mental. Como auxiliar no ha tenido asistencia para su salud mental de parte del Estado. Explica que debe concurrir a un psiquiatra en CABA y pagar de su sueldo porque la obra social (IOMA) no cubre esa atención. Tras la explosión y muertes, Arias intentó procesar lo ocurrido. Se sintió abandonado, rechazado, invisibilizado. Dos personas lo salvaron en un momento que preveía un desenlace irreparable: Walter Collantes y el actual consejero escolar Nair Gómez.

En la actualidad Antonio Celestino trabaja en el Consejo Escolar, una rutina que lo mantiene vivo.

Pidió a Desalambrar un espacio para expresarse y pedir «que no se olviden de los /as trabajadores /as auxiliares de la educación, porque somos los primeros en entrar y salir de la escuela»: