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La Universidad Nacional de Moreno recibe 28 millones de pesos mensuales para cubrir los gastos de funcionamiento mensuales. Esa cifra llegó en los meses de enero y febrero teniendo como base el Presupuesto aprobado 2023. En ese ejercicio (año pasado) se amplió de acuerdo a la inflación, y es importante señalar que al mes de noviembre se había duplicado el monto mensual. Sin embargo en enero de 2024 la administración Milei regresa la partida a lo establecido un año atrás (28 millones).

«Eso provocó un shock porque el nivel de gastos que tenía la Universidad estaba próximo a 56 millones que a 28 millones de pesos, sumando a la situación el aumento de las tarifas que elevan los costos», explica a Desalambrar el Rector de la UNM Hugo Andrade.

El aumento – recomposición del 70 por ciento significó otorgado por el gobierno de Milei significó 20 millones de pesos que, tomando la incidencia del gasto en funcionamiento a noviembre – diciembre 2023, ni siquiera llegaba a cubrirlo. Traducido: un déficit de más de 12 millones mensuales.

Un día antes de la gigantesca e histórica marcha de estudiantes, trabajadores /as de la educación universitaria, funcionarios, autoridades, el gobierno mileísta «depositó los 20 millones de pesos» que corresponden al primer 70 por ciento prometido.

El mismo porcentaje, digamos un segundo tramo, anunciado como un acuerdo con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), noticia falsa porque no existe tal acuerdo hasta el momento, se materializaría cuando se produzca un verdadero acuerdo. De aquí nace la solicitada, ergo supuesta denuncia, del Ejecutivo respecto a las auditorias. Explica el Rector de la UNM que los instrumentos para el control no solo existen sino que se aplican: «Las universidades tienen tres tipo de controles, uno es el de la AGN (Auditoria General de la Nación), otro es interno que está bajo la órbita de la SIGEN (Sindicatura General de la Nación) que depende de la Presidencia de la Nación; y el tercer control es que todos los fondos que recibimos del Ministerio de Educación de la Nación por fuera del presupuesto son con cargo de rendición de cuentas. Ahora se busca un cuarto control que depende de la Presidencia, y esto sería parte de la negociación. Yo lo leo como un mecanismo de disciplinamiento y adoctrinamiento, direccionar fondos si la universidad satisface objetivos, y este método nuevo atenta contra la autonomía de las universidades».