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Izquierda Diario.- Desde un acto el presidente tiró dardos a Macri como un «ladrón de guante blanco» cuestionando la deuda contraída con el FMI, pero su gestión fue quien hizo votar el acuerdo de renegociación bajo el Congreso para pagar cada dólar.

El presidente Alberto Fernández, desde un acto en Cañuelas pronunció un discurso contra el gobierno de Mauricio Macri diciendo: “Estoy esperando que alguna vez un juez llame a esos ladrones de guante blanco y les pida explicaciones por la deuda que tomaron en nombre de la Argentina y para que expliquen los Parques Eólicos, la estafa al Correo, la estafa con los peajes”. Y agregó: “Esos ladrones de guante blanco andan dando cátedra de moral y ética por los medios, estoy esperando que alguna vez la Justicia los llame a rendir cuentas de lo que han hecho”. En el acto estuvo acompañado por Axel Kicillof, gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas.

Pero Alberto además aprovechó para reclamar al Poder Judicial: «Que alguna vez la Justicia se dignifique a sí misma y llame a los ladrones de guante blanco, a los poderosos, a rendir cuentas» y también a los medios de comunicación: «cansado de escuchar tantas mentiras en los medios«.

Las palabras pueden sonar duras, pero no salen de ser un simple discurso que se inscribe en la disputa electoral entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. No caben dudas de que la deuda externa es ilegal y fraudulenta pero a iniciativa del presidente Fernández, junto a su gabinete, no sólo se renegoció la deuda contraída bajo el macrismo, sino que impulsó que ese acuerdo sea aprobado por el Congreso. La crisis política que trajo este acuerdo en el Congreso por implicar abiertamente una entrega de soberanía al FMI y un plan de ajuste, finalizó con la decisión del Frente de Todos de eliminar cualquier cuestionamiento de cómo se tomó esa deuda por Macri, dándole legalidad a la misma, con el objetivo de lograr los votos justamente de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados. No sólo terminó convalidando la deuda fraudulenta contraída por Macri, además gracias a la ayuda de Juntos por el Cambio, sino que se va a pagar hasta el último dólar a costa de un ajuste a los trabajadores y las trabajadoras.

Alberto sigue sosteniendo un discurso que la propia realidad desmiente. Respecto al descontento social que se vive, lo adjudicó -para variar- a los efectos de la pandemia, evadiendo toda responsabilidad por el ajuste sobre los salarios, aumento de la inflación, empeoramiento de las condiciones de trabajo y de la vida de los sectores populares.

En pocas horas de reproducirse el discurso por los medios, Mauricio Macri aprovechó para dar su respuesta a las acusaciones de Alberto. «Está fuera de sí, desencajado» y agregó: «Cristina Kirchner inventó este gobierno con alguien que no tenía ni voto propio ni liderazgo alguno» intentando meter el dedo en la llaga de la interna que atraviesa el Frente de Todos para desgastarlo más a su favor. El expresidente negó las acusaciones sobre la fuga de capitales gracias a la deuda contraída en el 2018 e insistió que: «Esta vez con la excusa de la pandemia este gobierno de Alberto Fernández es el que está tomando más deuda en la historia de la Argentina. Nunca se tomó deuda a la velocidad que está tomando el de Alberto Fernández. Pero el relato de ellos, que es una sucesión de mentiras, dice todo lo contrario«.

El caradurismo no tiene fin. El préstamo otorgado por el FMI a la Argentina bajo el gobierno de Macri fue el más grande de la historia del organismo, y la velocidad con que se usó para la fuga de capitales al exterior con el protagonismo de funcionarios del gobierno. Cualquier intento de negar esa realidad, ya resulta irrisorio. Las empresas de la familia Macri además se beneficiaron desde el origen de la deuda externa contraída bajo la dictadura militar: una deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta mediante la cual el FMI somete al país a ajustes estructurales contra los y las trabajadores.

Macri sigue tomando protagonismo ofensivamente, intentando renovar su imagen como posible candidato a las elecciones del 2023, luego de una gestión que fue rechazada por un amplio de sector de la población luego de haber pasado un ajuste brutal. Del otro lado el gobierno de Alberto Fernández decepcionó a gran parte del electorado que esperaba recuperar lo que perdió con Macri, para ellos la respuesta del presidente sigue siendo mucho ruido y pocas nueces. Tanto el Frente de Todos como la oposición de derecha macrista pelean electoralmente, pero aplican ajustes a los trabajadores en favor de las grandes empresas y capital financiero internacional; sus cruces en discursos intentan frenar la fuga de votos, pero sus políticas son las que generan mayor empobrecimiento mientras se acrecienta la desigualdad.