Desalambrar NOTICIAS DE MORENO

Es un acierto del Grupo de Reflexión Rural que predijo la sustentabilidad de la política científica y en la síntesis de Lino Barañao, un hombre formado en los ámbitos del Partido Comunista que puede continuar con la tarea que tiene su inicio en 1991, en el gobierno de Menem, que crece con la ayuda de Felipe Solá a Monsanto, que aumenta su incidencia en los años de caos en la Alianza, retrocede muy poco con Duhalde y despega furiosamente en los doce años de kirchnerismo. No está de más comprender que esta política de Estado es aquello que no puede ni debe discutirse pero debe funcionar dando un simulacro de debate para legitimar esa política.

Jorge Rulli, integrante del GRR, se refiere a la épica kirchnerista como un fracaso colosal al haber construido al macrismo, ese enemigo tonto que aprendió el juego y ganó:

¿Qué puede ocurrir a partir de esta confirmación que tiene al Ministerio de Ciencia y Tecnología como el ejemplo más claro de lo que algunos llaman continuidad?

Hay espacios para el esclarecimiento y el debate pero a la vez hay muchísimos riesgos. El macrismo como tal fue generado desde el propio gobierno, primero de Néstor que en una decisión memorable le ordenó a Telerman y Filmus que no se unieran en la Ciudad y eso permitió que ganara Macri para tener un enemigo fácil a su medida. Después, durante años, la mesa chica que es el criptopoder, donde estaba Follonier, Zannini, y “El Chueco Mazzón", un montón de gente muy capaz para la manipulación y la ingeniería social. Operaron según ellos para ayudar a Macri. Se jactaban de haberle acercado a Durán Barba, de un montón de cuestiones, pero el asunto es que el “sparring” en un momento se llevó la corona y el cinturón, lo cual demuestra una incompetencia política memorable. Lo peor de esta derrota del progresismo es el papelón y lo ridículos que se deben sentir de haber sido vencido por alguien al que menospreciaron durante años, además al que inflaron para evitar que nacieran otras oposiciones. Este es el precio de haber jugado a Perón cuando tenían la estatura de un gorrión.

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¿Es claro y comprensible decir que el agronegocio y todos sus derivados es una política de Estado?

A mi costó entender que era una política de Estado. Por los años ’90 trabajaba en la Secretaría de Agricultura y en un momento tuve que ocuparme por un protocolo de semillas que se llevaba en la FAO. Se produce una reunión importante, aclaro que yo no tenia decisión, solo hacia un respaldo técnico, y pensé que esa era la ocasión para plantear alguna critica sobre los monocultivos. Recuerdo que estaba la Secretaria de Medio Ambiente con Piccoloti, ella decía en público cosas a nombre supuestamente del gobierno y resulta que en nuestra delegación decía otras, era una contradicción. En el recinto de Naciones Unidas nuestra delegación decía una cosa mientras que Piccoloti otra, entonces les hice un reproche a los jefes de la delegación, una de ellas me miro como si fuera un alumno que no entendiera y me dijo “Rulli, si usted sabe que la soja es una política de estado”. Yo no tuve nada que decir, el gobierno no lo había reconocido públicamente y me miraron con una sonrisa condescendiente. Las políticas de estado no se asumen públicamente pero existen, yo a partir de ahí descubrí que una cosa es lo que los candidatos dicen o hablan y otras son políticas de Estado, ellos saben.

Entonces este análisis no te debe sorprender

Me sorprendió porque es un límite, sino cómo se pelea. Uno pelea con, por ejemplo, el modo en que se van a llevar la negociación con los buitres, porque la democracia te permite no estar de acuerdo con algo y decir que harías otra cosa, entonces te permiten escribir, polemizar, hasta que llegas a un límite y te dicen que "es una política de estado”, que no perdamos nuestro tiempo. Es un muro que cuesta romper, ahí se desvirtúa la democracia porque entonces resulta que hay políticas de Estado que no son publicas, que no se hablan en las elecciones.

Esa es una extraordinaria definición de lo que es la democracia, es “hasta ahí”

Es una democracia con límites muy estrictos, es por esto que cuando debate Scioli con Macri el tema del ambiente se toca prácticamente de refilón y este tema no lo toca ninguno de los dos porque tendrían que haber dicho que son políticas de estado. A partir del momento en que ellos aspiraban a la presidencia era porque estaban dispuestos a obedecer esas políticas de Estado.

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De regreso al punto sobre el macrismo como construcción del kircherismo, ¿podemos decir que la idea de la antinomia bien entretenida puede continuar?

En estas políticas de estado el kirchnerismo, creo que de alguna manera, generó al macrismo porque necesitaba una oposición funcional, lo que a mi me atemoriza es que ahora el macrismo al llegar al gobierno necesite del kirchnerismo por lo mismo, como una oposición funcional y que aquellos que impugnamos las llamadas políticas de Estado nos quedemos sin voz y sin lugar, ese es el peligro ahora. Que los que defendieron el modelo hasta ayer no asuman la vanguardia y tomen estas banderas para dejarnos de nuevo sin voz.

¿No te parece que Lino Barañao cierra esa posibilidad? Yo escucho a estructuras, organizaciones, militantes y corrientes políticas partidarias señalar al unísono que lo mejor que ha hecho el kirchnerismo y como herencia al macrismo es la política de repatriación de ciencia y tecnología con mil técnicos especializados. Es en ese sentido que digo que hay una legitimación de creer que si ahora hay una papa transgénica que no es nacional, es nacional combinada con Bioceres y empresas multinacionales pero por ahí, más adelante logran que sea nacional. Lo que estamos discutiendo es que el modelo es de envenenamiento, saqueo e individualismo, ese es el fondo.

Sí, también en el plano tecnológico. He dicho muchas veces de un modo sencillos, teníamos una tecnología que era capaz de hacer locomotoras, vagones, y los alimentos los envolvían en papel de diario o de estraza pero era todo sano pero uno sabia que no había venenos. Ahora toda la tecnología está en los alimentos al cuete porque vivimos envenenándonos y las locomotoras las tenemos que traer de otro lado porque no somos capaces ni de fabricar tornillos, los clavos y tornillos vienen de China. Lo que estoy investigando ahora es desde cuándo la agroindustria se impuso por sobre la industria, teníamos los mejores alimentos del mundo y una industria media, liviana, que ambicionaba seguir hacia delante. Creo que esto tiene que ver con el dinero de los Born, con los 60 millones verdes que le sacaron los Montoneros y con el dinero que va a la campaña de Menem, porque cuando él asume la presidencia pone de ministro a los hombres Bunge y Born, no tenia plan propio entonces acepta el plan de la agroindustria que le traen ellos, es increíble. Luego esto se va reforzando en el año 1996 con la soja transgénica que aprueba Felipe Solá, hay un continuo que nos cuesta ver de cómo se va modificando el eje de la industria argentina que se entrega a la producción de comoditys y de grandes exportaciones de elementos transgénicos y el mercado interno se abre totalmente a las producciones de China, esta es la situación actual. No importa que camisetas se ponga este gobierno, este gobierno esta dispuesto evidentemente a continuar.

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En plena crisis de 2000 - 2001 se intenta familiarizar la soja como fuente mágica, nutritiva y salvadora

Yo recuerdo cuando estaba Duhalde en los años 2001, 2002 era tanta la presión en contra de la soja transgénica, que nosotros ejercíamos, que ese gobierno convocó a un gran encuentro de funcionarios y organizaciones no gubernamentales o sociales, incluso lideres religiosos, en la Biblioteca Nacional. Éramos 500, había de todo, desde directores del estado a pastores evangélicos, discutiendo el tema de la soja y se impuso el criterio de que la soja transgénica no era aceptable para niños menores de cuatro años, embarazadas, enfermos, ancianos y gente encarcelada, para nadie que tuviese bajas las defensas. Se hizo una cartilla para repartir que después se repartió poco, como siempre pasa. Los alfajores de soja que estaba proponiendo Chiche Duhalde lo suspendieron como plan porque fue muy fuerte; eran en lugar de maicena soja. Esto se levantó a raíz de esa presión en la Biblioteca Nacional, pero han sido varias las las pero han sido frustradas porque el otro que vino siguió con la política y nosotros nos hemos ido desgastando en una política que en realidad era de estado y no podíamos ganar porque deberíamos haber ocupado el poder para modificarla. Cambiábamos detalles nada más, a lo sumo retrocedía un paso pero el que seguía avanzaba tres, esto es la diferencia de la política de estado. Ahora me parece que esto queda al descubierto como nunca en la medida en que no solamente acepta el Ministerio de Ciencia y Tecnología y sus políticas, sino que Macri reconoce al propio hombre que conducía, plantea una absoluta continuidad del gobierno de Cristina con el mío. Esto tiene que ver con la globalización porque es un planteo que tiene gente de izquierda trabajando, Lino Barañao es un hombre del Partido Comunista de toda la vida y la gente que lo acompaña en general es de ese partido, no es de derecha, gente como Mentaberry (Ver http://desalambrar.com.ar/El-poder-de-las-corporaciones-los), que tiene un hermano asesinado por la dictadura, gente que viene de la cárcel pero del Partido Comunista de toda la vida. ¿Cuál es la oposición posible en un gobierno que se dice de centroizquierda? Cuando esto nos deja en una posición de tratar de ubicarte en un marco de derecha-izquierda donde si uno dice que está más a la izquierda del gobierno, igual se le está haciendo el juego al gobierno. Hay algunos brasileros que tienen el mismo problema con Lula y con Dilma porque dicen que manejarse con el esquema de derecha-izquierda es hacerle el juego a la gente como Dilma porque habrá que manejarse con otra antinomia que todavía no tenemos muy clara porque sino no importa en donde uno se ubica, siempre se termina reconociendo al gobierno como de izquierda o centroizquierda y en eso les hacen el juego. Esto es muy interesante para las corporaciones que han aprendido a jugar con Lino Barañao, con Filmus y en el campo popular te dejan a pibes que, por ejemplo, uno estaba en Plaza de Mayo casi llorando por la derrota de Scioli y decía “yo trabajo para el Estado pero no soy ñoqui, yo ayudo a los pobres”, pobre pibe que no se daba cuenta que habla de asistencialismo y paternalismo. Yo conozco muchos pibes de estos que andan visitando gente que tiene una vaca o dos, que hacen tambo en una escala minúscula y ellos les tratan de proveer un baño, una canilla y los pibes están convencidos de que hacen patria. Lo único que te deja todo esto es legitimar el modelo impuesto de la soja con estas pequeñas acciones de estos pibes buenos, es bárbaro sentir que estás ayudando a los pobres y más aún si te están dando un sueldo.

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