Desalambrar NOTICIAS DE MORENO

En la jornada de ayer se consumó un acto político institucional que demuestra, una vez más, que el peronismo en sus variables y gamas deja en segundo plano lo principal para convertir en ley propia lo secundario. La transparencia que se proclamó en campaña, la que se anunció el pasado 1º abril en el Club Los Indios, ésa que se anunció como parte de la nueva política prescinde de mirar hacia atrás en términos legales - judiciales el último año de gestión (jurisdicción) de Mariano West. Si el licenciado no sólo tuvo una mala gestión sino que "saqueó las arcas municipales", en el recinto de sesiones "nadie" acreditó documentación certera para llevarlo a la justicia. Más aún, el Frente para la Victoria ya conducido por Walter Festa ni siquiera elaboró un dictamen de comisión propio que revelara cómo ejecutó los recursos públicos el ex intendente quien hoy trabaja en La Matanza. Esta decisión puede contextualizarse en un "pacto de no agresión" que cuenta con un antecedente tal vez olvidado por la "comunidad". El año pasado, días antes de las PASO, Mariano West viralizó una denuncia contra Festa que tenía peso y forma al asegurar "que el candidato a intendente del kirchnerismo puro utilizó todos los recursos del Estado para hacer proselitismo". Ese instante pre anunciaba una derrota del Barón, pero también un compromiso de llevar las pruebas colectadas a la justicia. Las urnas sellaron la "gigante victoria de Festa" pero no los pasos de West. Sin embargo la organicidad del peronismo o lo que llaman mirada estratégica decantó en que la denuncia no fue causa. Es probable que la tarde de ayer fue una devolución de gentilezas, de códigos de la política, de comprender que el pasado no altera, que el presente es un enigma y que el futuro es un obsequio. Pero aquí yace la reproducción de lo viejo en lo nuevo, porque la desnaturalización de las funciones y obligaciones no son relativas.

El Concejo Deliberante que tuvo esta vez la oportunidad de mirar toda la documentación disponible porque Festa llamó a los ediles a "investigar lo ocurrido en todo el año 2015", promovió una sanción política sin impacto legal ni económico en los constructores de la destrucción de Moreno. El rechazo fue casi total, con excepción de José Luis Barreiro (el único que pidió la palabra para sostener con legitimidad su pertenencia al proyecto anterior), Patricia Giovagnola y el flamante concejal Javier Burgos. El presidente de la Comisión de Hacienda y Presupuesto, Pedro Camps, también pidió la palabra para argumentar su abstención. El amplio sector del peronismo en el Frente para la Victoria escuchó durante dos horas todo el desarrollo de investigación administrativa que tuvo como protagonistas a tres concejales: Claudia Asseff, Néstor Joao y María Melamed. Sólo tres legisladores de los 23 presentes entregaron un trabajo que responde a una Rendición de Cuentas. Esto no significa que el Frente Renovador (la otra variable peronista en el HCD), no haya trabajado, por el contrario la "decisión" fue compartir el trabajo realizado con el bloque de CAMBIEMOS, consensuar un dictamen pero sin hablar en el recinto. Una síntesis real y objetiva indica, entonces, que ningún hombre o mujer del peronismo cuestionó con papeles en la mano la "pésima gestión de Mariano West", el hombre que en teoría privó a los morenenses de disfrutar la Década Ganada. Incluso ayer se instauró un nuevo criterio, que deja pequeño a "gasto ideológico", "ganen una elección", "estas son cuestiones que las resuelve el Tribunal de Cuentas", (frases emitidas por "el peronismo" cuando defendió la Rendición de Cuentas de Arregui y West). El concejal Marcelo García instituyó el concepto que "la Rendición de Cuentas ya tuvo un fallo condenatorio el año pasado cuando el pueblo de Moreno decidió terminar con veinte años de conducción marianista. Es verdad que el pueblo vota y elige a representantes para que éstos, todos, puedan explicar con datos oficiales, documentos oficiales, recibos oficiales, facturas oficiales, etc, si el dinero público fue utilizado respetando la ley, porque eso es y debería tener una Rendición de Cuentas.
La oposición no peronista, esto es CAMBIEMOS y el bloque Vecinalista - UCR, cumplió su rol histórico de "denunciar lo insustentable, el mal gasto, la falta de papeles que acrediten el gasto, la sobre facturación sin mayores argumentos del Ejecutivo, la sub ejecución del presupuesto y la subestimación del mismo", todo un combo con números, expedientes, trimestres y categorías programáticas. Mucho para no "atreverse" en público a señalar que "se presentarán en la justicia para denunciar el saqueo". Es comprensible que ninguna de las figuras anuncie ese paso si "no están las pruebas mínimas", pero el no hacerlo representa al mismo tiempo que "el insoportable robo de West no fue tal" o bien "el licenciado fue extremadamente prolijo y no hay pruebas que lo llevan a comparecer aunque más no sea en calidad de testigo". De este modo y proceder, la política dice: "West es pasado y no vuelve; Festa es presente y tiene que demostrar que él si es transparente". La política desconecta que el pasado explica este presente y que incluso la proyección del futuro sólo será real si se comprende el pasado con todas sus consecuencias.

La Rendición de Cuentas 2015 cerró una etapa de veinte años con varios cadáveres en el placard que no podrán ser beatificados pero tampoco ubicados en el infierno. Pero tal vez lo más preocupante sea la fractura expuesta que hay en la nueva dirigencia oficialista. Cuando José Barreiro pidió la palabra comenzaron los abucheos e insultos. El hombre que tenía mucho poder está abajo mirando a la nueva figura del poder, Cintia González, la presidente del HCD. A los pocos minutos de una exposición respetuosa, leal, abierta incluso a reconocer coincidencias con el actual gobierno, hubo movimientos en el sector de la barra que se extendieron al patio interno del Palacio. El grupo de Festa, mayoritario, acorraló al grupo de Barreiro, minoritario. Fue una patoteada sin agresiones físicas, una muestra de poder, una expresión que los insultos, agresiones y descalificaciones personales producidas en la dura campaña de 2015 no fueron olvidadas.
Tanto Festa como Barreiro son dos hombres que, en el peor de los casos, tendrán incidencia en la vida del peronismo, de la política y el poder, en los próximos diez años, durante una década.
Si la fractura se expande, lo de ayer como comedia podrá ser mañana una tragedia previsible.

El llamado a la unidad, de pelear para reconstruir Moreno, comprende y es comprendido más por la oposición que por vastos sectores el mismísimo Frente para la Victoria. Pero a pesar de la "fractura" y sus "peligros", la acción política de ayer construyó un puente: Mariano West no será llevado a la justicia por el peronismo morenense, por lo menos hasta aquí.

A propósito de hechos, el ex intendente de Moreno se despidió del poder mostrando que tiene manejo: pagó 262 millones de pesos a la empresa Trébol por levantar la basura durante todo el año 2015 sin haber aplicado ningún descuento.

Los "duros " dictámenes irán al Tribunal de Cuentas, un órgano que no trabaja para la tribuna pero tampoco patea el penal.

PDTA: próximamente subiremos las declaraciones de lo ocurrido en la tarde de ayer.