Desalambrar NOTICIAS DE MORENO

El deficit habitacional es una realidad que golpea a las familias especialmente a las niñas, niños y mujeres. En el día de ayer en horas de la tarde la fuerza policial desalojaba violentamente a familias de un predio de Mariano Acosta partido de Merlo. Si bien la Constitución Nacional obliga al Estado a garantizar una vivienda digna, en Merlo como en tantos otros lugares del país el Estado se encarga de desalojar y reprimir. Carina Leguizamón de Moreno se solidarizó con pobladores de la localidad vecina a pocas cuadras al otro lado del río Reconquista. Con impotencia lo único que se podía hacer era filmar el accionar de los efectivos que realizaban el operativo. Esto molestó a las fuerzas de seguridad que rapidamente procedieron a la brutal detención de Carina y de Jésica, otra vecina, con insultos, golpes y uso de armas eléctricas. Horas después las dos mujeres fueron liberadas. Los celulares con las filmaciones nunca aparecieron. Los aparatos sustraidos irregularmente continúan en poder de la policía. Carina relata lo sucedido en el partido de Merlo.

- ¿Qué fue lo que sucedió?

Yo ayer recibo un llamado de una vieja amiga mía. Estaban reprimiendo. Estaban golpeando a las mamás que estaban con los chicos ahí adentro. Le prendían fuego a la casa. Eso hace que yo salga corriendo sin tratar de alertar a más compañeros para que se sumen. Pero me voy con la intención de concientizar a las compañeras de que es una zona donde naturalizaron la represión. Merlo es un municipio que ya tiene esa metodología, esa impunidad que no les importa que vos no tengas techo ni nada. No mostraron orden de desalojo. Vimos que estaban tirando abajo una casa y que no la podían tirar. Ya la estaban por prender fuego. Nos arrimamos a filmar. No nos dio tiempo para hablar con las vecinas que estaban ahí para tratar de convencerlas de que era mejor que nos fuéramos. Y ahí se arriman los policías a insultarnos con palabras sexistas, de machistas violentos, abusando de su poder a golpearnos. Y nos detienen rápidamente. Fue todo rápido en realidad.

- La filmación tiene que ver con una decisión de cuidado. Si alguien va a venir a golpear tengo un registro de quién es. Como una forma de protegerse.

Eso fue lo que les molestó. Si ustedes están haciendo las cosas bien que les molesta que filmemos. Nosotros simplemente queremos mostrar esto que se visibilice. No sé qué le había dicho yo pero con todo respeto a los policías, que no se lo merecen el respeto pero sin embargo me cuidé de esa manera: manejándome con el respeto que tenía que tener yo en ese momento. Éramos dos mujeres nada más contra un montón de policías e infantería alrededor. Eran como móviles del municipio... estaban todos juntos. Me daba impotencia. Yo en ningún momento reaccioné contra la vida de ella. Me caratularon como resistencia a la autoridad y decía que nosotros habíamos roto 2 móviles a piedrazos siendo que los videos demuestran que en ningún momento nosotros tiramos piedras. Dos mujeres contra una banda de policías.

- Ellos se acercan y te golpean ¿un tipo o una mujer policía? ¿Qué golpes recibiste?

Cuando el policía se acerca hacia nosotras siento que me quema la espalda. No pude ver qué era. Sentí que era electricidad, era como una picana. Fue dos veces rápido. Y cuando yo quiero mirar no me deja porque me sigue apuntando con eso que me tira contra el patrullero. Era un masculino el tipo, un tipo mayor era. No me olvido la cara. Después llaman a las mujeres policías y ahí empezaron ellas a agredirnos de la misma manera con el vocabulario, haciéndonos callar a nosotras. Nosotras les gritábamos que teníamos todo el derecho, y que eso era abuso de poder, que estamos en democracia. Obviamente que nosotros sabemos que es mentira, que no existe la democracia, es solo un título. Lo que vivimos en Merlo lo vivimos muchas veces en Moreno, en nuestros barrios.

Yo no quiero hacerle el juego a la derecha, ni al oficialismo, ni a nadie pero para nosotros no hay diferencia. Derecha y el Frente para La Victoria para nosotros es lo mismo. No cambió nada para nosotros sea en Merlo o en cualquier de cualquier provincia vivimos en la dictadura a cada segundo.

Por eso te digo que no fue nada nuevo lo de ayer. En ningún momento actuamos de una manera para que nos detengan así con tanta brutalidad. Amarrocarnos, ponernos los ganchos, rompernos las muñecas, torciéndonos los brazos y así poder inmovilizarnos físicamente. Verbalmente seguíamos gritando nuestros derechos mientras las policías mujeres nos decían "Cerrá el orto negra de mierda". Y otras palabras más agresivas re sexistas como sus compañeros. Eso me indignaba. Mirarlas fijamente y no bajar la mirada. De bronca que tenía yo les seguía gritando mis derechos y les decía que los iba a denunciar en el Comité Contra la Tortura. Eso hizo que una mujer de la infantería me pegara un tortazo en la boca mientras golpeaba otra policía de Merlo a mi compañera Jésica a la que dejaron inmovilizada mal. También le dieron tortazo a ella y también le pegaron con palos en las piernas.

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- ¿Cuál fue el trato recibido luego de ser detenidas?

Nos negaban el derecho de hacer una llamada. Les preguntábamos de qué se nos acusaba, por qué nos detenían. No nos decían nada. A la policía que nos estaba llevando en un patrullero a revisación médica le digo: "¿Por qué nos detienen? ¿Qué argumentos tienen?" "- Por negra villera." nos dice. Me dio una bronca. Yo ya está. Estaba re-jugada. Me quedé callada. No daba más del dolor de brazos. Nos lleva a una salita de Merlo. Y me hacen una revisación que es la que todos sabemos: El médico te pregunta: “¿Tiene algún golpe?”. “No, no tengo ningún golpe”, que le voy a decir, ¿que sí?, ¿para que después me tiren en la jaula de los leones ahí en Merlo? No sabés lo que me esperaba. Sentía la dictadura pura. La impunidad de llevarte a una salita en el medio de las nenas. Había nenas chiquititas que te miraban con miedo.

- ¿Estabas esposada?

Sí. Esposada en todo momento. Y las nenas que estaban en la salita me miraron y eso hizo que yo empiece a llorar. Pobre nena a lo que se tiene que acostumbrar a ver a personas esposadas. Pensé en mis hijos en todo momento. Yo siempre dije "Luche o no luche siempre voy a pensar en mis hijos." Si no lucho siento que hago mal y si lucho también siento que hago mal. Eso te desborda psicológicamente.

- Vas vos y la otra compañera ¿Qué les secuestran? ¿Qué no tenés hoy porque fue decisión de la policía quedarse con eso?

El teléfono mío me lo sacan en el patrullero cuando me llevan detenida. Los de Jesi los lleva encima y después se los sacan en la comisaría. Mi teléfono tenía toda la grabación. Justo me llama un compañero que escuchó todo y el dijo que estaba grabando desde otro celular lo que la policía me decía. No alcanzó a grabar porque se cortó, porque ahí es cuando la policía me saca el teléfono. Cuando me insultan. Ahí se escucha bien que yo en ningún momento le falté el respeto. Y me robaron el celular. Cuándo llego a la comisaría pido mi teléfono para que se registre en ese papel que vos entregas las pertenencias y me dicen "acá no hay ningún teléfono". "El mío es así, así", le dije. "No, pero acá no está". Y así callándome me ignoraban totalmente. Y me encerraron en la celda uno por dos, que apenas alcanzaba para estirar los pies.

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