Desalambrar NOTICIAS DE MORENO

La conciliación obligatoria propuesta por el Ministerio de Trabajo para los propietarios de la firma VIMAR Moreno y las trabajadoras que denunciaron una catarata de violaciones a sus derechos elementales terminó en la tarde de ayer con un resultado: Patricia, elegida como delegada en la planta, fue expulsada de la empresa. VIMAR se comprometió a regularizar a 3 empleados por año. Un escándalo que muestra el verdadero aporte empresarial.

Las trabajadoras que concurrieron a la Subdelegación Moreno del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, reconocen el aporte y acompañamiento de Karina Alvarez (Subdelegada) en la negociación. Lo importante es informar que el Ministerio tiene la obligación de auditar, inspeccionar, sancionar y hasta clausurar cualquier empresa que viole los convenios mínimos. Más aún, VIMAR, una empresa grande en el rubro alimenticio, sostiene contratos basura y en negro para su plantel que llega a trabajar 12 horas por día con un sueldo de 750 pesos semanales.

Si el Ministerio de Trabajo, Subdelegación Moreno, NO SABÍA de las ilegalidades de VIMAR, el miércoles pasado estuvo obligado a saberlo por un piquete en la puerta de la planta ubicada dentro del Parque Industrial de La Reja. Para descomprimir se acordó un encuentro para el jueves en las oficinas ministeriales de Nemesio Alvarez 220. El poder empresarial, el silencio gremial y la permisividad del Ministerio de Trabajo, arrojó un único y posible resultado. Patricia, la trabajadora elegida como delegada quedó en la calle. "Ayer fuimos a un convenio, porque ella (se refiere a una de las propietarias), cuando fue el Ministerio de Trabajo sacó a 40 trabajadores y los registraron. Nos ayudó mucho la Delegada que se llama Karina Alvarez. El sindicato está arreglado, ayer me echaron, me despidieron. Mis compañeros lloraban, se los llevaron de vuelta al trabajo y después me contaron que Jorge (otro de los propietarios) los amenazaron y les dijo "Patricia ya no estaba más para defenderlos, ahora vayan a pedirle a ella los pan dulce".

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La conciliación también se traduce en los dichos de la propietaria hacia Patricia, que afirma que "la amenazó con meterla presa, porque por lo que les hice Dios no me va a perdonar, porque ellos son evangélicos. Le respondí que ellos les roban la plata a los pobres. Quisieron arreglar conmigo para que no vaya más al Ministerio de Trabajo, pero todavía no llegué a La Plata y no voy a parar hasta que mis compañeros de trabajo tengan todo lo que merecen".

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Para descomprimir el conflicto, el Ministerio de Trabajo logró que la empresa "puede pagarle una indemnización a Patricia", pero además VIMAR ofrecer blanquear a tres trabajadoras /es por año, teniendo un plantel de cien operarios en negro.

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