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Outsider promovido por figuras instaladas en distintas esferas, ya sea política, deportiva, comunicacional, por supuesto del planeta de negocios. Como integrante de la escudería, Don Mario Pergolini, amigo del pastor, showman y empresario religioso.


Mañana 30 de diciembre será el lanzamiento de Dante Gebel como aspirante a la Presidencia de la Nación, todo un acontecimiento forjado en charlas, auditorios, estadios, encuentros y espacios más reducidos, roscas inevitables del Conurbano profundo.


El Pastor de los Jóvenes, así llamado tras un acto en el que cantó «Yo tengo fe» junto a Palito Ortega. De buen vínculo con el motonauta Daniel Scioli, la carrera de Gebel empieza a tomar otra velocidad. Desde los mas propios, pasando por hombres del sindicalismo y nuevos emergentes de la partidocracia, busca instalarse que el PresiDante es la llave para cerrar las grietas, el símbolo real de la avenida del medio, el antídoto a la polarización, el hombre que desde su prédica, estilo, empatía y conservadurismo popular «atraiga a los /as desencantados de la gran franquicia argentina y nacional», el «imán que necesita la hegemonía».




Mañana a las 18:30, en ese emblemático Club de Pescadores que se levanta sobre el Río de la Plata, Gebel proclamará los deseos de una Consolidación Argentina por afuera de los aparatos.. cimentada cuidadosamante por la política que clama por una nueva épica dibujada.


Marcos Carbonelli, sociólogo, investigador y docente, autor de “Los evangélicos en la política argentina”, expresó en una nota escrita por Alejandra Dandan en Página 12, que el caso Gebel «parece un globo de ensayo. Lo veo más parecido a una búsqueda desesperada de un sector tal vez peronista para construir su propio outsider y operar contra Milei«.


La Argentina del Dante, empresario religioso que vive en Estados Unidos pero posee lenguaje del Conurbano, es una apuesta de instalación y poder, un juego que descarta vacaciones y, más que nunca, porque la «síntesis popular» parece estar «vacante».