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La elección del pasado 9 de agosto confirmó la conducción gremial de Walter Cravero y ratificó que las «diferencias tenían otra fisonomía» a tal punto que ningún límite existe en la disputa por el control. Las urnas, los votos, parecen material estético porque en la práctica subsisten interpretaciones y cruces donde la «violencia» aparece en dos comunicados de dos fuerzas que antes de julio pertenecían a la misma corriente y que hoy son visceralmente antagónicas. Un plato frío que disfruta la patronal.

Como la elección de delegados /as tuvo inicio de mandatos antes de la contienda General de agosto, hoy pueden y deben recorrer los lugares de trabajo personas que integran el «oficialismo ganador» y la «oposición Verde y Roja 1 de Mayo«. La sede de ATE (calle Piovano) es un campo de peleas. No hay que olvidar que la última protesta y piquete contra el ajuste municipal, convergieron todas las corrientes de ATE pero dividas en dos espacios: oficialismo en una esquina, en la otra punta del ingreso a Moreno tres vertientes juntas en una lucha que no sólo es contra el gobierno de turno. Horas después del corte de ruta la oposición celebra una asamblea en la casa gremial.

Desde la Lista Verde y Roja se denuncia que en la jornada de ayer la Delegada Adjunta de Educación, Miriam Sandoval, realiza su función gremial y concurre para obtener la validación correspondiente (Ley 23.551). Cravero, Secretario General de ATE, no firma, desconoce la función y la ley, violenta a la delegada. ATE de los trabajadores, gobierne quien gobierne. La Resistencia vencerá

Desde el actual oficialismo, se denuncia que «integrantes de la Lista Verde y Roja, delegados /as de Educación, agrupación que conducen Alicia Meynard y Luis Ibañez, ingresaron de forma violenta a la seccional acompañados por personas ajenas a la nuestra organización sindical que responden a intereses ajenos a nuestra clase trabajadora». VIOLENCIA NUNCA MÁS:

Los comunicados prueban el estado en que se encuentra ATE y el futuro signado por fracturas que seguirán más expuestas que nunca.