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Por Juan Duarte y Rodrigo Godoy (Izquierda Diario).- Mientras el fuego ya alcanzó el 9 % del territorio de la provincia y avanza 30 mil hectáreas por día, el gobernador dio una conferencia naturalizando la catástrofe. Con apelaciones a la unidad buscó omitir el papel estructural de la producción forestal en los incendios y acallar las críticas. Responsable político, al igual que Cabandié, anunció medidas insuficientes y se encomendó a la lluvia.

En medio de imágenes desoladoras de bosques que arden con llamas de decenas de metros, manadas de yacarés que deambulan sin rumbo, perdidos ante la destrucción de sus hábitats y pobladores que intentan apagar el fuego que azota sus casas, el gobernador de Corrientes Gustavo Valdés (UCR-PRO) dió esta tarde una conferencia de prensa en la que declaró a la provincia “zona de desastre ecológico y ambiental”.

“Hoy llevamos 730 mil hectáreas quemadas, lo que equivale a un 8% del total de la superficie de la provincia de corrientes quemadas. De ellas, son unas 30.000 hectáreas incendiadas de bosques implantados, pero también tenemos cerca de 20.000 hectáreas de bosques nativos, con un gran impacto la flora y en la fauna de nuestra provincia en nuestra producción, en nuestra forestaciones, en nuestro arroz, en nuestra ganadería, en nuestra apicultura y en cada uno de nuestros rubros productivos”, enumeró.

En realidad, los números estaban desactualizados: el último informe del INTA, publicado el mismo viernes 18/2 (ver abajo), señala que son 785 mil las hectáreas alcanzadas por el fuego, el 9% de la provincia, alcanzando 408.846 mil hectáreas de malezales, esteros y otros bañados, 31.265 hectáreas de bosques cultivados y más de 28 mil de bosques nativos.

Valdés siguió con un recorrido por los 17 focos de incendio en la provincia, «tres frentes fundamentales, importantes y la zona más afectada en la zona norte de la provincia», y pasó a enumerar los recursos para enfrentar el fuego, que más allá del valioso trabajo que realizan los trabajadores abocados a la tarea, es a todas luces insuficiente: “Hoy hay más de 2600 bomberos trabajando brigadistas, donde tenemos 10 aviones hidrantes en este momento cinco helicópteros, estamos recibiendo otros aviones que nos están mandando de otras provincias se recibieron ayudas del gobierno nacional, pero fundamentalmente de las provincias argentinas.”

Y continuó con una largo agradecimiento en lo que parecían más guiños políticos a diferentes dirigentes de distintas fuerzas, que una evaluación realista de las situación y las necesidades: agradeció al gobierno nacional –omitiendo a Cabandié y Berni, que visitaron por la tarde la provincia–, a Jujuy (JXC), Mendoza (JXC), Córdoba (Schiaretti), Kicillof, Misiones (también afectada por el fuego), Chaco, Santiago del Estero, “el Jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos aires [Horacio Rodríguez Larreta] que también está mandando recursos para corrientes” y Entre Ríos.

Agradeció a la Policía de Corrientes y a los bomberos voluntarios. Luego de lo cual pasó a hablar del “rewinding”: “estábamos introduciendo especies que habían y que estaban extintas desde hace muchísimo tiempo y sufrimos fuego en todos los portales sin excepción” desde el comienzo del fuego “a mediados de enero”. “vemos como los animales están sufriendo”, señaló, ocultando que los incendios vienen ya desde diciembre de 2021. Greenwashing en medio del desastre.

Seguidamente apeló a los ciudadanía “para salvar a nuestros animales», lamentó las pérdidas humanas «accidentales» y agradeció los fondos del gobierno (200 millones de ATN, 100 millones de desarrollo social, 200 millones de Agricultura, Ganadería y Pesca) y el despliegue del Ejército.

El recurso de la “catástrofe” y el “cambio climático” para omitir las causas estructurales

“Vamos a estar declarando zona de desastre ecológico y ambiental en la provincia de Corrientes ante la magnitud de estos incendios que vemos”, planteó el gobernador. “El cambio climático hoy está, y que nos está golpeando fuerte […] esperemos que la naturaleza pronto pueda llegar a compensar con lluvias lo que hoy estamos sufriendo y que nos ayude a aliviar esto que estamos pasando. Uno puede tener previsibilidad pero realmente estamos ante una catástrofe”, agregó, omitiendo que la provincia ni siquiera cuenta con un cuerpo de brigadistas propio.

De este modo, Valdez ubica los incendios como una suerte de accidente con causas globales, delegando la responsabilidad política de su gobierno y del nacional, así como de la acción del Estado. No se trata de un “accidente” sino de políticas que preparan causas estructurales para los incendios, a saber: la industria maderera que introduce especies como el monocultivo de pino y el eucaliptus, que por su propia biología desertifican los suelos en un contexto de escasez hídrica, y están adaptadas al fuego en su propio metabolismo, promoviendo desde el Estado la acción de empresarios como Hugo Sigman (Pomera Maderas) y multinacionales belgas y austríacas (HS Timber Group). Diferentes pobladores, científicos y activistas ambientales vienen alertando desde hace años el peligro y la destrucción ambiental y social que conlleva este tipo de producción extractivista; por otro lado, el desfinanciamiento del plan de manejo del fuego; la ley de bosques; el cajoneo del proyecto de ley de humedales, que mantiene desprotegidos ecosistemas claves en la provincia que alberga el segundo humedal más grande del mundo.

Del lado del “cambio climático” –que efectivamente tiene su lugar en las altas temperaturas y la crisis hídrica– esta matriz extractivista que promueven tanto el macrismo como el Frente de Todos lo abona directamente: desde la deforestación (Argentina está entre los 10 países que más deforestan en el mundo), que elimina sumideros de carbono hasta la explotación de combustibles fósiles mediante fracking y el intento de instalar nuevas perforaciones petroleras en aguas ultraprofundas en el mar argentino, nuevas fuentes de gases de efecto invernadero. Con los incendios, esas causas estructurales se retroalimentan, en tanto destruyen aún más bosques nativos y generan más dióxido de carbono.

No es un accidente, es el producto deliberado de una estructura de negocios con la naturaleza, la salud y la vida de los territorios y las poblaciones, con el objetivo de enriquecer a un puñado de empresarios y pagar la deuda al FMI. Un verdadero crimen ambiental. No hay grieta en esta matriz y los agradecimientos a todo el arco político podrían leerse también en este sentido.

Medidas insuficientes, discurso de unidad para acallar las críticas e imploraciones de lluvia

“Tengan la seguridad que todo el equipo de gobierno está haciendo todo lo posible para tratar de salvar los recursos económicos, las vidas humanas en Corrientes y ni bien se sofoque (sic) vamos a seguir ayudando”, planteó cínicamente el gobernador. ¿Cómo? “Proponiendo mesas de encuentro para las distintas ramas de la producción porque hoy están absolutamente golpeados”. O sea, seguir abonando las mismas causas estructurales del desastre.

“Este es el momento de que estemos juntos es el momento donde no hay lugar a las grietas políticas a la chicana a los troles (sic) a las injurias personales, a las injurias que estamos recibiendo; tenemos que unirnos, este no es el momento de decir es el momento que nos tenemos que juntar los correntinos”, espetó Valdés. Acusa así recibo de la bronca y las críticas que circulan con fuerza en toda la provincia y se expresan en las redes sociales.

A la tarde habían circulado audios denunciando que la policía tenía instrucciones de privilegiar la residencia del gobernador frente al fuego y en redes se rechazaba también la prioridad que el gobierno le está dando a la organización de los carnavales en medio de este desastre.

“Voy a disponer que la Policía de la provincia de corrientes en todas sus zonas preste el máximo de colaboración que suspenda los francos y que se afilen y apoyen a las fuerzas que están llegando desde otras provincias”, cerró su discurso, previendo la contención del descontento popular.

Finalmente, apeló a la lluvia: “expectativas [sobre] cuándo podría parar o hasta que no tienen las lluvias no pararían los incendios nosotros vamos a seguir […] estas consecuencias de la naturaleza y el cambio climático, nunca vivimos una seca de estas dimensiones, nunca vivimos la bajante del río Paraná como estamos viendo hoy y realmente creo que es muy difícil trabajar en estas condiciones […] se puede mitigar únicamente con la naturaleza, y esperemos que ayude y colabore muchísimo si el fin de semana que está pronosticado lluvia que esperemos, que no falle que comience a mitigar”. Lo mismo había hecho por la tarde el Ministro de Ambiente y Desarrollo sustentable Cabandié: «Esperamos un frente de lluvias para controlar los incendios».

Ante otra pregunta fue aún más allá y planteó que “nosotros concebimos que somos productores de naturaleza […] esperemos que se recupere pronto esto se recupera con tiempo, con lluvias hasta que volvamos a una estacionalidad en dos meses; en algunos lugares no ha llovido, en otros lugares ha llovido 5 milímetros en los lugares que más subieron fueron 30 a 40 milímetros cuando tendríamos que estar en cerca de 400 milímetros y esto realmente está generando este cambio climático que lo único que puede mitigar en la naturaleza haciendo llover y ayudando a lo que estamos haciendo”.

Individualización de las causas

En respuesta a otra pregunta, apeló a otro recurso clásico: apelar a la responsabilidad individual en el inicio del fuego, omitiendo el papel de los incendios intencionales ocasionados por la producción ganadera y permitida por la desprotección de zonas de humedales. “está terminantemente prohibido encender fuego y pedimos a la población que esté atenta que estén vigilando que estén mirando pedimos a la policía el máximo de atención y que pongamos en poder ver cualquier foco ígneo que podamos ver en la provincia”.

Organización desde abajo

Frente a la demagogia desde arriba, pobladores, trabajadores de distintos sectores y activistas medioambientales no solo ponen el cuerpo en los territorios afectados, también se están organizando para hacer frente a la emergencia. Ayer se reunió –virtualmente– la cuarta Asamblea por las quemas en Corrientes con la participación de más de 70 personas.

Entre otras medidas, se resolvió:

  • Convocar para este Miércoles 23/2 a las 12 hs: manifestación frente a casa de gobierno (plaza 25 de Mayo), con el lema principal de #BastaDeQuemas #ElEstadoEsResponsable. La misma será acompañada en Buenos Aires por una actividad frente a la Casa de Corrientes (Maipú 271), organizada por la Coordinadora “Basta de Falsas Soluciones”;
  • Sábado 26/2 se realizará un puentazo y actividades abajo del puente
  • Se coordinaron varias acciones solidarias de provincias vecinas;
  • Se crearon comisiones de arte, diseño gráfico, comisión técnica y comisión de comunicación;
  • Seguir peleando para tener lugar en mesas de debate ambiental;
  • En relación a las declaraciones juradas por la emergencia agropecuaria, se va a armar una breve publicación con los requisitos. Se solicita se extienda la fecha y se agregue al formulario la situación de “poseedores” de las tierras para que agricultores familiares puedan ser comprendidos

A su vez, en todo el país se comenzaron a organizar colectas solidarias para enviar insumos a Corrientes y las asambleas ambientales de todo el país están debatiendo cómo fortalecer la lucha del pueblo correntino.

Todavía está fresca la experiencia del pueblo Chubutense: la avanzada extractivista y sus desastres se enfrentan con la organización y unidad desde abajo de ambientalistas, trabajadoras y trabajadores, jóvenes, mujeres y pueblos originarios.