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Las lesiones oculares causadas por balas de goma en Latinoamérica comenzaron a ser un fenómeno en 2019. La estrategia, creada por Israel para disuadir y controlar la lucha palestina, no es nueva ni la única delineada por el sionismo para el control de las poblaciones latinoamericanas que se oponen a los proyectos extractivistas.

Por Martina Kaniuka

(APe).- Una bala policial le vació el ojo a Misael:uno de los cientos jóvenes que se convocaron en Purmamarca para brindar su apoyo y ponerle el cuerpo a la lucha de cuatrocientas comunidades originarias de la Quebrada. La que llevan contra la Reforma Constitucional ilegal que Gerardo Morales quiere imponer para desalojarlas y ceder los territorios a las megacorporaciones que pretenden explotar los cerros, el suelo y  quedarse con el litio.

Si cerrar los ojos es perder, que en una protesta las fuerzas de seguridad del estado puedan dejarte tuerto de un disparo, entraña un mensaje mafioso aleccionador: todo aquel que vea una injusticia, elija alzar los puños y abrir los ojos, podría perderlos.

Las lesiones oculares causadas por balas de goma en Latinoamérica comenzaron a ser un fenómeno en 2019. En nuestro país, la policía Metropolitana se adelantó con un ensayo en 2017, que se cobró una decena de víctimas durante el intento del macrismo de aprobar la Reforma Previsional. En Chile, dos años después, los carabineros de Piñera hicieron que más de 200 personas pierdan alguno de sus ojos o sufrieron daños en la vista, en menos de un mes de protestas. Fue cuando el nuevo gobierno de Boric todavía no se había farreado la nueva constitución y el pueblo chileno soñaba con enterrar las cenizas de la opresión pinochetista.  En 2021, la estrategia de disparar a los ojos se repitió en el Paro contra Duque en Colombia, cuando los pacos de la ESMAD  (Escuadrón Móvil Antidisturbios) causaron lesiones a una centena de manifestantes.

Pero la estrategia, creada por Israel para disuadir y controlar la lucha palestina, no es nueva ni la única delineada por el sionismo para el control de las poblaciones latinoamericanas que se oponen a los proyectos extractivistas. Un ejemplo es el Grupo Golan que, fundado por ex Mossad e involucrado en el asesinato de Teodulfo Fausto Arce Vargas,  comunero que se oponía a la extracción del oro en San Marcos en Guatemala, distribuyó más de 3500 empleados entre siete países.

A través de distintas empresas fundadas por ex agentes de inteligencia, las estrategias de defensa externa y seguridad interna desdibujan sus límites apuntaladas por los servicios militares que Israel presta en Latinoamérica. “Servicios” que van desde cámaras, sistemas biométricos civiles, circuitos cerrados de seguridad y de monitoreo satelital y todos los insumos para poder dar lugar al traspaso de la tecnología militar al ámbito civil y estrategias y cursos de entrenamiento de las fuerzas de seguridad que, al servicio de gobiernos entreguistas, pretenden imponer a golpes y balas, medidas que atentan contra la vida y la supervivencia de los pueblos. También desde Israel, con la venia de la generala Richardson, además de Mekorot, arribaron las estrategias para criminalizar y reprimir la protesta.

Basta con mirar la Cordillera, como si fuera una torta, pensar cuánto se produjo de un lado y cuánto no se produjo y hay para producir del otro, para entender que Argentina tiene una gran oportunidad de desarrollo, no sólo en el litio, sino en el cobre, en el oro, en la plata, y en otros minerales y tierras que tienen un valor en términos minerales”, dijo Sergio Massa, actual ministro de Economía y candidato a presidente de Unión por la Patria, en la Rural yen consonancia con el PRO, porque a la hora de los negociados a expensas de la salud y el buen vivir de los pueblos, no existe oposición.

Pero ni los animales, ni las cosechas, ni la Pacha, ni los pueblos toman litio, o se bañan con cobre, o crecen regados por “minerales raros”. Y mientras siguen con el poroteo para elegir a los jetones que integrarán las listas de cara a las elecciones, Misael, que perdió un ojo luchando por la vida de las comunidades de la Quebrada en Jujuy, a pesar de todo, insiste: hay que seguir adelante y no dejarse pisotear, podemos seguir adelante con todo esto». “Yo me quedo en la resistencia”, repiten las comunidades. “El agua vale más que sus ganancias”, insistiremos con el espíritu de lucha y los ojos bien abiertos. Después de todo, cómo dice Guillermo Folguera, biólogo, filósofo e investigador de la UBA en Conicet«lo único que no podemos hacer es no hacer nada».