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A la medianoche del 23 de marzo de 1976 se consumó el golpe de Estado. Por la radio los tres comandantes informaron al país en su comunicado N° 1, que la Junta Militar se había hecho cargo del gobierno para llevar a cabo “un proceso de reorganización nacional”. 

Era el 24 de marzo, ya clareaba y una sombría noche de terror se cernía sobre la Argentina, que en el plano económico provocara un profundo debilitamiento del aparato productivo nacional, endeudamiento externo y especulación financiera.  

Por su parte en Moreno, en las primeras horas de la mañana de aquel miércoles, un oficial del ejército se presentó en la municipalidad afirmando que el intendente Luis Emilio Tulissi cesaba en el mando y ordenó la firma de un acta mediante la cual, Saturnino Frías, el funcionario de carrera de mayor jerarquía, quedó a cargo de la municipalidad hasta nuevo aviso. 

Ese día el municipio permaneció cerrado sin prestar atención al público

En horas de la tarde-noche un telegrama informo a Frías que debía reponer en el cargo a Tulissi

Sin embargo, el destino del intendente estaba marcado, una semana después fue destituido y el jueves 1 de abril el brigadier Antonio Diego López, jefe de la VIII Brigada Aérea, puso al Mayor Juan Carlos Lüscher, en el cargo de intendente interino de Moreno, como lo disponía el decreto N° 89/76, de la intervención provincial. 

Al día siguiente Lüscher designó al Vice comodoro Luis Héctor De Feo para llevar a cabo una auditoría contable del estado financiero de la comuna, luego nombró al Teniente Roberto Federico Mangini en el cargo de inspector general y al capitán Julio Cesar Farkas como Secretario de Obras y Servicios Públicos. 

Entre el día 7 y 13 de abril, el Mayor convertido en Intendente, desarrolló una agresiva acción contra empresas locales cobrando severas multas: a la Cooperativa Avícola del Oeste 40 mil pesos, a Montefiori S.A.C.I. diez mil, Reconquista S.A. 1.000 pesos, Cerámica Juan Stefani 5.000, otra vez Cooperativa Avícola del Oeste 30 mil, Establecimiento Planta Procesadora Avícola 40 mil pesos, Curtiembre Carlos Gibaut S.A.C.I. 25 mil, Frigorífico Juan Minguillón Rico cien mil, Fanaquimica S.A. diez mil pesos, Lavadero Moreno S.R.L. 5 mil pesos, textil La Industrial 25 mil, Tecnifos S.A.C.I. 40 mil pesos, Nine S.A. 32 mil, Granja Adriana S.C.A. 50 mil pesos, a la Empresa Atlantes y a la firma Azul por valor de 122.060 pesos, Plásticos Aerotom 3 mil y Fraccionadora de Vinos 2.500 pesos, en todos los casos las multas eran pagaderas en 48 horas. 

El 14 de abril Lüscher comenzó con sumarios y despidos del personal municipal, ese día fueron 40 agentes despedidos, el 20 se sumaron seis, el 21 de abril fueron 29 y el 27 quedaron cesantes 47 empleados, todos por “razones de servicio”. 

Fue numeroso el personal despedido o que renunció por persecuciones laborales, superando las 180 personas, sobre un total de 329 agentes municipales. Eran tantos los sumarios administrativos a que se sometió al personal municipal que, para agilizar las actuaciones en trámite, se contrató al abogado Rolando Epifanio López Luján.  

Así mismo el mayor Juan Carlos Lüscher, desmanteló las instalaciones del Concejo Deliberante, que hasta el 24 de marzo había funcionado donde hoy está el Teatro Municipal Leopoldo Marechal, así donó al colegio Manuel Belgrano 19 bancos-pupitres con silla adosada, utilizados por los concejales, otros elementos como un mimeógrafo, bancos, mesas, etc. fueron entregados a la Escuela Agraria. 

El 20 de mayo el Intendente interino autorizó la colocación de un busto del ex presidente Hipólito Yrigoyen en la plaza San Martín, a pedido de un sector de la Unión Cívica Radical, lamentable aval de un golpista al homenaje a quien fue víctima del primer golpe de Estado, durante el siglo XX.  

Lüscher permaneció al frente de la municipalidad 55 días, con su relevo se cumplió la primera etapa local del Proceso, el 26 de mayo de 1976 el comodoro Egidio José Eyherabide asumió el cargo de Intendente, pocos días después, el 2 de junio el Ejército cedió a la Fuerza Aérea el control operacional sobre el Partido de Moreno. 

En tanto, las calles seguían siendo patrulladas incansablemente por las temibles “tres Marías”, tres camionetas de la Fuerza Aérea, con una dotación de soldados, que circulaban lentamente, 

Infundiendo una sensación de miedo a quien se cruzara con ellas. 

Fuente: Libros de decretos y ordenanzas del Departamento Ejecutivo Municipal, Archivo Histórico Museo Municipal Amancio Alcorta, Semanario Para Ud, Revista Mi Lugar