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Mirko García, concejal peronista en Juntos por el Cambio, tiene mandato hasta el próximo 10 de diciembre. Peleó por encabezar la lista que fue confeccionada por el Dr. Aníbal Asseff. Como la oferta careció de valor atractivo surgió el rechazo. Comprende las generales de la política, todas y cada una de las instancias.

«Hoy estoy bien, mis compañeros y familia está bien, pero siento un remordimiento al decir esto porque veo que hay un pueblo que está sufriendo. Hoy hay hambre», declara García como plataforma de análisis y pensamiento: «Si la política no me puede ayudar a educar a mi hijo; si la política no hace que mi salario o changa me permite poner la comida en mi mesa; si la política me hace que tenga que mendigar durante cuatro horas un turno en el hospital, entonces la política se convirtió en una mierda. Hay que transformarla porque no concibo la democracia sin política, no la concibo con dirigentes multimillonarios y un pueblo hambreado. Nuestro pueblo no está en una zona de confort».

Mirko también aborda el escenario electoral y afirma que «está haciendo falta un enorme sentido común y una sana rebeldía de nuestro pueblo que sería en las calles o electoralmente».

El casi 30 por ciento de los votos que obtuvo Milei, ¿no es una rebeldía?

Yo hablo de una sana rebeldía no alocada porque lo que no puede hacer el pueblo es dar un salto al vacío.

¿Por qué ganó la interna de Unión por la Patria Mariel Fernández?

Porque hizo cosas, se esmeró, porque donde había barrio hoy hay un asfalto, bueno, el pueblo se lo ha reconocido. No es de Harvard el análisis, pero como decían ellos «el asfalto no se come» y entonces llevan un candidato a Presidente de la Nación que ha generado la mayor inflación después de lo ocurrido en 1990. Si siguen buscando culpables nuestro pueblo va a decretar que la política es mierda

Respecto a la interna de Juntos por el Cambio y la derrota de Aníbal Asseff, el actual legislador apeló a frases que a él lo caracterizan: «Hay dirigentes que tienen el orgullo tan elevado que despegan los pies de la tierra y terminan en una nube de gases. Sin quitarle mérito al triunfo de Agostinelli tengo que decir que hay dirigentes que les gusta tirarse un tiro en los pies»