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Nos parece interesante traer estas polémicas sobre la pandemia y sus consecuencias ,porque no han terminado , quiero decir que prosiguen actualmente, y porque sería bueno que también nosotros en la Argentina podamos escapar de la pura inmediatez y de la banalidad que nos aplasta para pensar las actuales distopías y la posibilidad de un mundo nuevo.

Tanto Han como Zizek , como Agamben o Berardi expresan las diversas maneras de pararse ante la actual catástrofe planetaria . Quizá sus reflexiones ayuden a que nosotros podamos pensar y pensarnos en esa opción que expresa Han entre la vida y la mera sobrevivencia.

Bruno Latour, filósofo, sociólogo y antropólogo de la ciencia francés. Es especialista en Estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad

Debo reconocer que cuando esta tragedia comenzó abrazamos las propuestas y las esperanzas del francés Bruno Latour porque insistía en que la pospandemia debía ser también el recomienzo de una tarea fundamental: la de cambiar el mundo. Eran los tiempos en que festejábamos que los cardúmenes habían llegado al Riachuelo antes contaminado y que en algunas ciudades chinas los niños habían podido ver por primera vez el cielo estrellado… Insistíamos en que había que rectificar las causas que habían conducido a la existencia del virus en especial, el respetar o remediar los ecosistemas devastados .

Una imagen inusual del Riachuelo: vegetación y aguas traslúcidas.

Lamentablemente se fue imponiendo gradualmente lo peor del capitalismo, basta mencionar que la explotación de la Amazonía ha continuado sin pausa y que la Argentina ha llegado al extremo de aprobar un trigo transgénico. Da la impresión que avanzamos enceguecidos hacia el abismo y que las élites del poder han aprovechado la pandemia para poner al mundo bajo el control total del poder financiero y hacer a una minoría infinitamente rica, y ello en medio de una creciente y extendida miseria. En la Argentina el neopopulismo colonizante ha persistido en su contumacia entreguista y devastadora de los ecosistemas .

Récord histórico de exportaciones en el primer trimestre de 2021, que afianza el modelo extractivista sojero transgénico devastador del ambiente.

Así , hemos visto el proyecto de los megacriaderos de cerdos y cómo ha crecido la sojización alentada por los precios del mercado de Chicago. Las grandes polémicas son respecto a quién se hará cargo de la hidrovía y ello solapa la naturaleza de nuestros ríos interiores y del modelo de los agronegocios que la justificaría. Es que la tiranía del mercado se ha impuesto de manera inexorable en estos meses de pandemia permitiendo a unos pocos acumular fortunas mientras sorprende la cantidad de pequeños locales de empresas y comercios cerrados o con carteles de alquiler o de venta . El desastre económico ha empujado a la mitad de nuestra población a la pobreza y las prioridades de la pandemia sacrificaron a una importante parte de la población con otras enfermedades que requerían tratamientos alternativos o cuidados paliativos.

Nosotros compartimos el criterio a esa expresión abstracta que es el mercado y a los mercaderes que componen «ese mercado» habría que ponerles nombres, quiero decir identificarlos. Porque la democracia pandémica es apenas la caricatura de lo que alguna vez fuera la democracia y estamos refiriéndonos a un país que no conoció sino grandes simulaciones y circos electorales. Tal como dice Alberto Buela: «Los griegos evolucionaron de las tribus a las polis, mientras que nosotros vamos en sentido contrario degradándonos de las polis a las tribus. Por si fuera poco con milanesas de soja transgénica y con alfajores Havanna preparados con trigo transgénico.

Pero nos habíamos prometido ponerle nombre y apellido a los dueños del mercado y es lo que ahora intentaremos: Gustavo Grobocopatel, Hugo Sigman, y Eduardo Elsztain, serían, entre otros los más emblemáticos como «dueños» de la Argentna. Dos de ellos provienen de la Federación Juvenil Comunista y ello está asentado en libros como el de Isidoro Gilbert y otros. El caso de Grobocopatel es más incierto, pero él mismo ha confesado que proviene de algún sector de la izquierda. Ninguno de ellos reside en el país, pero no tenemos ninguna duda de que manejan el destino argentino y que sus procedimientos ponen cada vez más en riesgo a la República.