En los primeros seis meses del año, el ministro de economía ajustó los fondos previsionales en $ 245.000 millones de pesos y aumentó el pago de intereses de deuda en $ 207.000 millones (actualizando los valores según la inflación). En el periodo de conjunto ajustó el gasto público casi un 10 %. Dice querer ser «el presidente de todos los trabajadores», pero es uno de los candidatos al servicio del FMI.
Con la devaluación indirecta por la vía de aumentar impuestos, Sergio Massa busca cerrar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, que ya salió a respaldar las medidas. Estos cambios son la cereza de una torta que viene cocinando desde su asunción al Ministerio de Economía mediante la aplicación de un duro ajuste. Así se ve reflejado en las cifras del primer semestre del año en el que recortó lo destinado a jubilaciones y pensiones casi un 5 % e hizo crecer la partida presupuestaria de intereses de deuda casi un 20 %, en comparación con el mismo periodo del año pasado y actualizando los montos según la inflación.
Las estimaciones surgen del último informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso, donde también marcan que los gastos primarios cayeron doce meses consecutivos en términos reales. En los primeros seis meses del año los gastos primarios de la Administración Nacional bajaron (en términos reales) 9,8 % en relación al mismo período de 2022. La poda afectó jubilaciones y pensiones (-4,6%), asignaciones familiares (-28,2%), subsidios energéticos (-27,3%), las transferencias a provincias (-25,3%), entre otros.
Los fondos perdidos por los jubilados, $ 245.939 millones (actualizando por inflación), son similares al aumento recibido por los bonistas privados, el FMI y otros acreedores, $207.642. Si Alberto Fernández había prometido elegir a los abuelos y abuelas por sobre los bancos (algo que no fue cumplido en todo su gobierno), con Sergio Massa la preferencia por el capital concentrado se profundizó.
La jubilación mínima se encuentra por debajo de los $ 88.000 y Massa sigue tomando medidas en favor del Fondo Monetario. Las últimas, que afectan los tipos de cambio, son una nueva presión al alza para la inflación que ya viene haciendo caer los ingresos de las grandes mayorías semana a semana. Es clave romper con el FMI y dejar de pagar la fraudulenta deuda externa para poder administrar los recursos en función de las necesidades de los trabajadores y sus familias.
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