UN RECUERDO NO GRATO TECNIFICADO-
Por V.M: Publico, acuerdo, intercambio y me voy. En el tiempo de las redes sociales, la inmediatez y la falta de fuentes laborales reales, donde abundan las necesidades y escasean las respuestas, se retoman viejas prácticas que se amoldan, se adaptan a la era de las comunicaciones y permiten que con un par de clics se pueda obtener todo aquello que se necesita pero no siempre se alcanza.
En nuestro país, el trueque nos recuerda a una no tan lejana crisis donde esta forma de intercambio era una de las pocas maneras de hacerle frente. Esta práctica consistía en cambiar uno o varios productos por otros, sin intermediación de dinero, en lugares y horarios determinados. Así, se obtenía aquello que se necesitaba y se entregaba a cambio algo que no era imprescindible.
Hoy esta práctica vuelve a tomar impulso , aunque reformulada: en grupos semi cerrados dentro de las redes sociales, sobre todo Facebook, las personas publican servicios, ropa o calzado que ya no utilizan y las intercambian principalmente por mercadería. En estas páginas, hay tablas de equivalencias que regulan que cantidades se pueden pedir por cada prenda y se fijan días, horarios y lugar de encuentro para el cambio. Estos grupos son administrados por personas que dedican su tiempo a cuidar que se respeten las reglas, que los productos a intercambiar estén en buenas condiciones y a registrar que personas deberían asistir a los encuentros para evitar pérdidas de tiempo, malos entendidos y discusiones innecesarias, sin cobrar absolutamente nada.
Las redes sociales juegan un rol fundamental en esta cadena, ya que al estar alcance de todos abre un panorama mucho más grande de acción y de coincidencias entre lo que unos necesitan y otros no, y además hace inmediata las publicaciones por lo cual se ahorra dinero, esfuerzo y se simplifica la tarea del intercambio: solo basta publicar una foto con lo que se desea canjear y lo que se desea obtener a cambio.
En su gran mayoría, las personas que recurren al trueque lo hacen porque están desocupadas, no tienen trabajo formal o porque necesitan complementar la economía del hogar. La falta de dinero que imposibilita la compra en un almacén o supermercado posibilita, por otro lado, el crecimiento exponencial de estas redes.
Desalambrar conversó con algunas de las administradoras de dos grupos distintos que comentaron cómo es el manejo y cuáles son las pautas a seguir dentro de ellos.
Grupo A- Patricia y Patricia.
¿Ustedes no intercambian dinero en ningún momento?
No, no en ningún momento.
¿Por qué no usan dinero?
Primero porque la Municipalidad no nos permite, porque para intercambiar dinero tenés que tener un permiso y es un lío con el IMDEL
¿Por uso de la vía pública?
Claro, exactamente. Pero como es un trueque, se troca una campera por una campera, una zapatilla por una zapatilla o mercadería, está prohibido el uso del dinero.
¿Qué es lo que más se intercambia? ¿Ropa o mercadería?
Ropa, calzado, piden mucha mercadería. Es más la demanda, piden ropa para cambiar por mercadería.
¿Cuánta gente participa en estos espacios? ¿Son cada vez más?
Y cada viernes se va sumando más, hemos llegado a tener casi doscientas personas un viernes, porque los viernes más que nada por el horario es donde más gente se concentra. Teníamos casi doscientas personas, los días de semana hacemos lunes y miércoles y ahí tenés como cincuenta o sesenta personas que vienen a mañana, y cada vez son más.
¿Hace cuánto que comenzaron con esta movida?
Desde febrero. Ocho meses.
¿Cómo surge la iniciativa?
Llegue al trueque por la necesidad más que nada. Mi esposo estaba sin trabajo, conocí el grupo, me agregaron y ahí empecé. Fueron pasando los meses, las chicas que estaban al principio por distintas razones, por estudio o por otras razones, se fueron alejando y quedamos nosotras como administradoras y tenemos moderadoras del grupo. Yo más que nada me acerque por necesidad, al no tener trabajo mi esposo ni yo encontré esto que me sirve y le sirve a otra persona, porque lo que yo no uso y está en condiciones lo puedo traer acá y cambiarlo por mercadería, a esa persona le sirve la prenda que yo le doy y a mí me sirve la mercadería que ella me da. Es una ayuda mutua que hacemos.
El hecho de que sea por redes sociales ¿facilita el encuentro, disminuye los tiempos?
Si, sí. Nos ayuda un montón, la red social nos ayuda un montón. (…)
¿Con lluvia vienen igual?
No se puede suspender, la gente necesita tanto que viene hasta con paraguas y los chicos. La gente viene igual. Hemos querido suspender, y no se puede. Te piden que no suspendas porque es como siempre digo, la gente necesita, hoy en realidad necesita no viene a perder el tiempo, hay mamas con chicos chiquitos, necesitan. (…)
¿Ustedes como administradoras reciben algún pago, tienen algún privilegio en el intercambio?
No, nada. Somos iguales a todas, tenemos las mismas equivalencias. Si no cambiamos no llevamos nada a casa. Subimos como todas, exactamente todas tienen que respetar las mismas reglas, no porque yo sea administradora puedo pedir un poquito más, no. Somos todas iguales en el grupo. Hacemos esto para ayudar a otras personas, porque nos gusta ayudar. No recibimos ningún pago, ni nosotras ni las moderadoras. (…) Tratamos de que todo lo que cambien no supere el precio de calle, porque si no serviría. La lista de equivalencias está hecha en base a lo básico. Tenemos una lista de higiene porque la gente también necesita, y de bebé, lo más importante. Permitimos que pidan pañales y eso, pero lo regulamos, pañales chicos, cosas básicas, óleo, algodón.
¿Ustedes tienen trabajo o solo se dedican a la página?
Por ahora acá, tenía trabajo pero bueno, me quede sin trabajo.
-Yo también.
¿En caso de que consiguieran un trabajo, continuarían con la página?
Sí, continuamos. A veces tenes una changuita pero venís igual.
Yo sí, yo amo al grupo. Amamos el grupo. Tratamos de ayudar a las chicas, sabemos la situación aparte, íntimamente te cuentan sus cosas y tratamos de ayudar.
-Ahí es donde ayudamos, cuando sabemos que alguien realmente necesita, ahí es donde ponemos el ojo y ayudamos con todo lo que más se puede.
AUDIO COMPLETO GRUPO A- PATRICIA Y PATRICIA
Grupo B- Estrella
Hay chicas que le dan de comer a sus hijos con esto y hay chicas que solamente lo hacen para conseguir los artículos a bajo costo. Vemos varias cosas, en la página por ahí te dicen de cambiar algo para poder darle de comer a sus chicos o chicas que cambian cualquier producto o lo que sea, tenemos chicas que tienen comedores que les donan ropa y la intercambian por uno o dos productos que les sirve para el comedor y las chicas que se llevan las prendas.
El punto de acceso seria Facebook y después utilizan un espacio público para el intercambio. Es como un trueque virtual digamos.
-Claro, si tal cual, con la diferencia de que tratamos de, hay nueve administradoras tratamos de organizar y que todas puedan venir, hacer los intercambios y que todas se puedan ir o con la mercadería o con las prendas que pidieron a través de la página. (…) Para poder tener un control y ayudar a las chicas, si no les cumplen se saca a esa persona. Como te contaba, tenemos consideración de que hay mamas que con frio o con lluvia vienen igual para poder retirar las cosas y llevarse la mercadería a la casa.
¿Tienen alguna ganancia?
-No, solo tiempo. Se lleva control en todo, que no se exceda en el momento de pedir, porque es ayuda mutua. Si es algo que a mí no me sirve dame algo, uno o dos productos que me sirvan para mi hogar y te doy la prenda, hay un control de cantidad de mercadería que se puede pedir. Abrimos los días miércoles para que se pueda vender, para que además de la mercadería se puedan llevar unos pesos también a la casa.
¿Cómo surge esta propuesta?
-En realidad Facebook, como sabemos todos es muy viral, creo que hasta los nenes tienen Facebook. Es más que nada de venir a lo concreto, saber que vos públicas y cuando te lo piden venís el día que entregas y te llevas la mercadería que pediste.
Se gana tiempo.
Sí, justamente, y asegurarse de que viene a lo seguro, que se puede llevar la mercadería. (…) Cuando empezamos con el grupo éramos 120 personas.
¿Ahora cuántas son?
Casi 12000.
¿Cuántas son las que cotidianamente sus productos? Tienen un registro veo de personas que asisten.
No es un número fijo porque hay personas que pueden los lunes, o lo miércoles o los sábados, son esos tres días que se usan para los intercambio, no son siempre la misma cantidad, no tenemos un aproximado de las chicas. Las que publican son bastantes, tenemos varias publicaciones por día.
¿Son productos nuevos, usados, todo tipo de bienes y servicios.?
Sí, yo soy peluquera y hago alisados por mercadería. (…) Estamos considerando que hoy por hoy es más accesible el tema de las prendas que la mercadería, hoy vas a comprar y con $150 por ahí no te hacés una comida y esto es una manera de solventar el día a día del hogar.
AUDIO COMPLETO GRUPO 2 – ESTRELLA
En el relato, puede notarse cómo en poco tiempo crecen a pasos agigantados este tipo de grupos y cómo viejas prácticas continúan siendo necesarias para soportar y hacer frente a la crisis. Ante la falta de respuesta, las personas se organizan y buscan la forma de satisfacer, mediante la solidaridad, sus necesidades básicas.
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