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GASES, GOLPES Y DOCENTES DETENIDOS –

Estaba en la fría tarde de domingo participando de una acción educativa, dentro de un plan de lucha. Pablo Díaz, Secretario General de SUTEBA Moreno, fue testigo directo de la violenta acción policial que impidió la instalación de una Escuela Itinerante en el mismo lugar donde se levantó la histórica Carpa Blanca. “Elegimos ese lugar para nuclear el debate de qué educación queremos en Argentina, qué país queremos, es decir, plantear toda la problemática de la educación. Vamos a plantar esa Escuela Itinerante y con ella recorreremos todo el país dando el debate. Nos concentramos en forma pacífica y mientras instalábamos la estructura llegó personal de Policía Federal con escudos y muy bien pertrechada, con clara intención de reprimir. Así como llegaron se agruparon y comenzaron a reprimir a los compañeros que estábamos ahí. Es una nueva actitud que nos retrotrae a otros tiempos, un claro síntoma antidemocrático de este gobierno. Nos pedían ser ingeniosos, cambiar la modalidad de protesta, pero tampoco se puede. Esa escuela está pensada como un espacio para poder discutir y denunciar lo que está haciendo este gobierno nacional. Además de esta represión también se intenta quitar la personería gremial (a SUTEBA) algo que no sucede desde los tiempos de la dictadura militar. Este gobierno no quiere escuchar los reclamos y las problemáticas que afectan a todos los trabajadores, llegamos al mes de abril y no fuimos convocados a la mesa paritaria nacional”.

¿Qué sucedió con las personas detenidas y los heridos?

Había cuatro detenidos que son compañeros de UTE que fueron acompañados rápidamente por abogados y legisladores que llegaron al lugar apenas vieron las imágenes por los medios. Los compañeros heridos por los gases y golpes fueron atendidos en la sede gremial (UTE) y luego trasladados a centros médicos. No hubo lesionados de gravedad pero la represión fue muy fuerte.

AUDIO 1 DIAZ

 

La represión expone la intención del gobierno de Mauricio Macri de limitar el legítimo derecho a la protesta social. Ya no apunta al control de las calles sino lo que se llama el respeto a los espacios públicos. Ajuste, represión y un coro mediático que construye el maldito consenso social que se monta sobre el insoportable sentido común.