Documento que pretende demostrar que posee fuerza para pelear la centralidad. Cristina Fernández de Kirchner sigue en el ring y el púgil libertario debe salir a tirar sus golpes, como un relanzamiento de la vieja grieta vaciada más que recargada.
La expresidenta calificó la gestión de LLA como «la primera experiencia global anarcocapitalista» a la que «como siempre» se le impone «la realidad» por sobre sus «teorías extravagantes, discursos incendiarias y frases marketineras». La expresidenta le reprochó a Milei que «no sólo interviene y controla, sino que además decide tres de los cuatro precios fundamentales de la economía».
«1) el precio del dólar, a través de la tablita de crawling-peg del 2% mensual; 2) el precio del dinero, mediante la fijación de una tasa de interés de
referencia ultra negativa; 3) el precio del trabajo, al fijar tope para los acuerdos salariales 4) solo ha liberado el cuarto precio de la economía; el de los bienes y servicios, aunque con ciertas limitaciones: las tarifas de luz, gas y el transporte todavía conservan exiguos subsidios», detalló.
Fernández señaló que a esta situación se suma «el ajuste fiscal» que promueve Milei, el cual tildó como «inconsistente e insostenible porque lo logra a partir del no pago de deudas» y del «retiro del Estado de funciones imprescindibles», una situación que genera «un combo letal». «Este escenario, en el marco de una economía bimonetaria como es la argentina, ha llevado a una caída brutal de la actividad económica y ha provocado que nuestro país sea hoy más caro en dólares que los países desarrollados del mundo», apuntó.
Para la expresidenta, esta situación convierte «la tasa de inflación del 3 o 4% mensual» que celebra Milei y «su inefable» ministro de Economía, Luis Caputo, en «una verdadera tragedia social al producirse en el marco de una profunda recesión económica».
Liderando el futuro, CFK ofrece autocrítica sin desperdicio alguno: «Las representaciones sindicales características del siglo XX y fundantes del peronismo ya no son la expresión mayoritaria de los trabajadores».
Con esta afirmación, Cristina señala que el panorama laboral ha cambiado drásticamente, y que los trabajadores registrados en la actividad privada representan una minoría dentro de la población económicamente activa. Además, solo el 40% de estos trabajadores están sindicalizados, lo que debilita la influencia de los sindicatos en la actualidad.
Para Fernández de Kirchner, este fenómeno evidencia la necesidad de que el peronismo revise su relación con los sindicatos y adapte sus políticas a una nueva realidad laboral, donde el sector formal ya no es el único ni el más representativo. Esto implica reconocer que las antiguas estructuras sindicales ya no son suficientes para defender a los trabajadores, en un contexto donde el empleo informal y las nuevas formas de contratación laboral proliferan.
Criticó la falta de «una revisión y reforma profunda de la educación pública», la necesidad de «un plan de seguridad de carácter integral» y resaltó que «el trabajo es un derecho, pero también es un deber». «Por lo que es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume», sentenció Cristina.
MÁS HISTORIAS
«Mariel Fernández no dialoga y siempre manda a la policía cuando hay un conflicto»
“El Estado Nacional decide no financiar el combate a los incendios”
Fuego en El Bolsón, el ecocidio se VE