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Izquierda Diario.- Por unanimidad se aprobó este miércoles el Presupuesto 2023 que ya contaba con la media sanción de Diputados. Se trata de un programa hecho a la medida de las exigencias del FMI, con fuertes recortes en áreas como Salud y Educación. Juntos por el cambio no dio quorum, en rechazo al punto de las designaciones de los representantes del Senado al Consejo de la Magistratura.

Con 37 votos a favor, el Senado de la Nación aprobó la ley de Presupuesto 2023 diseñado a medida del FMI, que tiene como meta central aplicar un fuerte ajuste, recortando el gasto en áreas sensibles como Salud, Educación y prestaciones sociales, entre otras. Al tiempo que garantiza millonarios beneficios fiscales a los empresarios y programa una suba en el gasto por intereses de deuda.

Con el consenso entre las coaliciones mayoritarias del rumbo de ajuste plasmado en el Presupuesto, éste ya había obtenido media sanción en Diputados, tres semanas atrás. Durante esa sesión, el oficialismo, con el acompañamiento explícito de Máximo Kirchner y el espacio político referenciado en la vicepresidenta, junto a parte de la oposición de derecha, dieron los votos necesarios para darle media sanción a la ley de leyes. Los diputados y diputadas del Frente de Izquierda Unidad fueron los únicos que lo rechazaron por el contenido de ajuste sobre las mayorías trabajadoras que contenía.

Para graficar, en el presupuesto hoy aprobado la partida de servicios de la deuda es la más alta: se lleva el 16% de los gastos totales, mientras que el gasto social se recorta un 21% respecto al 2021, aún con peores cifras de pobreza e indigencia. En asistencia social el recorte es de -21,8%, Vivienda y Urbanismo -56% y Seguridad Sociales (-7,9%); entre otras áreas ajustadas.

Para la sesión de este miércoles, el oficialismo replicó lo hecho en Diputados, e incluyó en la misma sesión del Presupuesto, uno de sus capítulos de la disputa que mantiene con el Poder Judicial. Aquella vez se había sumado al temario el debate sobre el pago del impuesto a las ganancias por parte de los jueces. Durante ese debate, a las coaliciones mayoritarias se les «olvidó» algo central: el proyecto pretendía que el pago de ganancias recayera también en los trabajadores de ese poder, que representan al 96%. El Gobierno buscaba recaudar centralmente de la confiscación al salario de los trabajadores judiciales.

Esta vez, en la sesión también se trató la convalidación de los representantes de Senadores designados al Consejo de la Magistratura; cuestión en disputa con la Corte Suprema y la oposición de derecha, quien no dio quórum, realizó una conferencia de prensa y amenazó con seguir judicializando la cuestión. Una rosca ajena a la vida de las mayorías trabajadoras.

De esa forma, por unanimidad (oficialismo más senadores aliados), la senadora Pilatti Vergara y los senadores Vischi y Doñate fueron votados como miembros titulares del Consejo de la Magistratura; y las senadoras Giacoppo y Fernández Sagasti y al senador Bensusán como miembros suplentes. A poco del inicio de la sesión, Juntos por el Cambio comunicó que no bajaría al recinto para votar a los representantes para el órgano judicial, lo cual calificó como «maniobra».

Esa votación se da luego de que la Corte Suprema revocara al senador Doñate del Frente de Todos como miembro del Consejo. En ese fallo, los jueces decidieron darle la razón a Luis Juez, senador del PRO que reclama el puesto que corresponde a la segunda minoría del Senado, contra la resolución de Cristina Fernández que dividió el bloque en abril para que el puesto fuera ocupado por Doñate. Una disputa sin fin entre los partidos tradicionales-empresariales por quién controla a los jueces.

Una rosca ajena a los intereses y necesidades de las mayorías trabajadoras, que ve decrecer sus ingresos y poder de compra ante una inflación sin freno, que arrojó un 6,3 %, alcanzando los 88 puntos interanual. Una situación económica ajena a los dirigentes y funcionarios de los poderes del Estado, consecuencia del acuerdo con el FMI para pagar la deuda macrista fraudulenta, del cual el presupuesto hoy aprobado es una pata central.

Programa que el Gobierno del FdT pretende profundizar, en función de complacer al organismo de crédito. En esa tónica, este miércoles desde la Cumbre del G-20 que se realiza en Indonesia, Kristalina Georgieva, calificó al rumbo de Argentina como “exitoso” y al ministro de economía Sergio Massa de “disciplinado”, valorando positivamente las medidas de ajuste.

Pero esta situación que imponen los de arriba no es una fatalidad, sino que puede ser enfrentada por los trabajadores ocupados y desocupados, las mujeres y la juventud, coordinando las luchas y saliendo a las calles, como lo hicieron las y los trabajadores de la Salud y, previamente, los del neumático. Se vuelve necesario construir un polo combativo para derrotar los planes de ajuste del Gobierno, la oposición de derecha y el FMI.