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La gestión municipal trabaja y desarrolla acciones claras: asfaltado de calles, limpieza, obras estructurales, seguridad, turismo, es decir, la plataforma que ha sido fuente de críticas y cuestionamiento de la oposición histórica bajo la órbita del asseffismo.

Ricardo «Lolo» Gómez, hombre y dirigente del peronismo, cuadro de ANCLA Moreno, analiza el actual escenario de la práctica política cuando la misma esta huérfana de conceptualización. Los modos y formas, dice Gómez, hacen a la esencia de las personas y por supuesto de la política:

¿Dónde se encuentra el debate en el distrito?

Sí, acá hay una cosa, a veces uno tiene que tener cuidado con su pensamiento porque el pensamiento se transforma en palabras y las palabras se transforman en actos. Entonces, hay un lenguaje, una palabra de la violencia y hay un lenguaje y una palabra que en todo caso por el cual se debe luchar, la palabra de la paz, la conciliación, el acuerdo, buscar en conjunto y salir de situaciones críticas como la que vive nuestra sociedad en general. Eso se tiene que dar con el otro, como el que no piensa para uno, en un marco de respeto y un marco de entendimiento. Ahora, nosotros para logar esa posibilidad de hablar con el otro que no piensa igual tenemos que primero lograr hacia adentro. Cuando nosotros tenemos un movimiento donde hacemos las discusiones a cielo abierto y no lo hacemos hacia el interior y escuchamos a todas las partes que componen ese colectivo, evidentemente vamos a tener una postura difícil para poder dialogar con el otro de afuera, que piensa distinto. Digamos, todos levantamos el respeto al otro pero el otro existe, debe haber un nosotros y ese otro tiene que ser parte de nosotros, es decir, vos fijate tanto a nivel nacional como local, el nosotros no existe o existe el nosotros más cerrado. Una vez, un rabino en una charla, decía y se le preguntaba por qué a la cigüeña en hebreo se le dice la piadosa, por qué no estaba dentro de las aves sagradas y el rabino le contesta que no está entre las aves sagradas porque ama solo a los propios. Creo que este es el problema, cuando amamos solamente a los propios, no somos capaces de amar, comprender, entender o acercarnos al otro, al que no es propio. Creo que este es un problema que tiene la gestión local, tiene una mirada muy sectaria, muy cerrada, creo que tiene un idioma muy etnocéntrico, de calificaciones donde se generaliza, se toma a “todos los peronistas tienen eso”, desgraciadamente lo he escuchado en boca del actual gobierno, “todos los peronistas” y hoy representan al peronismo desde el Partido Justicialista. No han escatimado calificaciones para aquellos que representamos de alguna manera el peronismo histórico o que venimos hace mucho tiempo sosteniendo las banderas del peronismo.

Yo le pregunté hace poco a Martín Arrizabalaga, si no estamos frente a la consolidación de otro sujeto histórico porque en el acto del 1 de mayo, que acompañó a Alberto Fernández, algunos dijeron “nosotros somos los descamisados del siglo XXI” y eran los representantes de la economía popular como se dice. Me parece que hay que prestarle atención a eso porque Alberto Fernández mirando Moreno ha acompañado todo lo que se pidió y ha gestionado Mariel

Ahora, dos cosas por un lado. Nadie puede negarle a otro la identidad que dice tener y que adopta. Yo no puedo hablar de quien es o no peronista, o quien es o no representación de los sectores populares, no soy quién para decir eso. Lo único que puedo decir es que tenemos concepciones distintas. Con otros compañeros puedo decir que es tan peronista como yo pero tengo una concepción distinta de la sociedad de la comunidad, de la vida, del hombre a la concepción que tienen ellos. Con respecto a los compañeros que se consideran que son los descamisados de hoy en día, puedo entender, puedo comprender que son sectores que están marginados y que necesitan una incorporación más real a la sociedad. Ahora, disiento cómo todos esos compañeros van a ser parte de una sociedad integradora, yo no creo que sea bueno considerar trabajadores a los compañeros que están haciendo un trabajo de emergencia, que están haciendo un trabajo para pucherear porque no les queda otra situación. Yo creo que esos compañeros están en una emergencia y como peronista debo lograr primero asistirlo y después integrarlo al mundo de la producción y del trabajo. Ese es mi objetivo como peronista, no es armarle un sindicato de la marginación, eso es un error, en todo caso estaría aparentado con el liberalismo. Esto es un debate de ideas y con todo el respeto que se merece el compañero que piensa distinto. Yo creo que lo que necesitamos es eso, es poder saber que no hay prejuicio en la propuesta o la mirada que uno tiene, simplemente es una mirada distinta. En mi caso creo que intento tener una mirada y una concepción fiel al origen del peronismo de Peron y Evita. Por eso es que digo, nosotros como peronistas tenemos las dos manos,la asistencia social y la justicia social, que es trabajo y conducción. El compañero debe estar en condiciones de ser un trabajador con todas las leyes que lo amparen, la que tienen todos los trabajadores. Eso es una mirada distinta, otra es como resolvemos a veces situaciones críticas. Valga el ejemplo de algo que sucedió hace días atrás, el desalojo de la Feria Las Flores. Tal vez había que hacerlo, tal vez era necesario que eso fuera recuperado para el manejo desde el Municipio de la causa pública, puede ser. Ahora, creo que debería haber otro método, como peronistas tener otro método. El peronismo nunca recurrió a la represión, nunca acudió a la fuerza para desalojar o impedir que otro se manifieste, nunca, porque nosotros siempre hemos sido las víctimas, las víctimas siempre hemos sido nosotros los que los hemos vivido, capaz otros no…

Pero ocurrió esto

Pero ocurrió, a ver, un peronista sería incapaz de mandar a otro primero a pedir asistencia a la fuerza pública para que apalee, desaloje o maltrate a una persona, aunque dude si esa persona está haciendo una actividad lícita o ilícita. Yo creo que se debió haber hecho otra cosa, se debió haber trabajado de otra manera y haberlo resuelto como el peronismo resuelve las cuestiones desde su concepción de comunidad organizada. Tal vez el fin hubiera sido el mismo, tal vez la idea era conseguirle un lugar en mejores condiciones para que puedan desarrollar su actividad, por supuesto. Pero nunca hubiera desalojado a seguramente algunos trabajadores que van a buscar el mango para pucherear, como también puede haber otros que no van de forma lícita a generar su sostén; pero para eso uno debe hacer un trabajo. Hacer un trabajo de tiempo, consensuado y de armonización. Con los sectores propios, los sectores populares, uno debe buscar y, lo digo también para el peronismo, esto es una crítica que siempre hago, en el peronismo lo que nosotros debemos tener son contradicciones. Ahora las contradicciones se resuelven en el debate. Lo que no vamos a resolver son los antagonismos, ahora, no considero que quienes actualmente tiene la administración local o provincial y nacional, no los considero con intereses antagónicos. Considero que tenemos contradicciones pero las tenemos que superar adentro, con el debate. Con quienes tenemos intereses antagónicos creo que sí, no tenemos discusión posible. No hay discusión posible con aquel que piensa que a los menores hay que bajarle la imputabilidad a 8 años, no hay comunicación o relación posible con aquellos que piensan que la sociedad argentina tiene que beneficiar a un 10 por ciento y el otro 70, 80 por ciento quieren irse a la marginalidad, es decir, para nosotros todos aquellos que generaron ese pensamiento de 1880 en adelante, no hay conciliación posible, hay intereses antagónicos. Nosotros defendemos los intereses de la comunidad, el hombre y de los más débiles.

Eso de dotar a la economía social de un ministerio, ¿no es un proyecto liberal?

Totalmente, digamos, es como armar el sindicato de los trabajadores marginados, es institucionalizar algo contra lo que yo tengo que pelear. Yo tengo que tratar que eso no exista más, voy a crear algo que después tiene que desaparecer si soy leal a mis principios. Tenemos que lograr que toda nuestra sociedad, los hombres y mujeres, puedan tener trabajo digno y no trabajos secundarios, trabajos que solo le sirven para sobrevivir al día. Queremos que tengan dignidad, queremos que tengan la posibilidad de un trabajo que le genere atención médica, la posibilidad de obtener su alimentación, que le de la posibilidad de adquirir una vivienda linda, que le de la posibilidad de enviar a sus hijos a una escuela pública en las mejores condiciones. Alguna vez discutí con alguno de los movimientos sociales cuando querían armar la obra social para los sectores marginados. La mejor obra social que se puede hacer es el hospital público, entonces, toda esa plata que pensaban manejar para una obra social, que a ver, la historia enmarca que cuando se quiere armar una obra social, se puede buscar un negocio. Acá hay dirigentes que viven muy bien gracias a esa pseudo representación de los sectores más postergados. Yo no puedo aceptar a un Grabois hablando desde donde habla, con la actitud que habla mientras negocia con Grobocopatel para darle a los pobres productores unas mejores condiciones. Grobocopatel no les va a dar ninguna de las condiciones a los trabajadores, me parece que hay una contradicción ideológica, yo considero que con esos compañeros diferimos y muchísimos…

Casi, al borde del antagonismo

A ver, Grabois, sería bueno socialice la cantidad de tierras y hectáreas que tiene su familia. Yo defiendo a los trabajadores y militantes sociales, no así a su dirigencia que se manejan muy bien en 4×4 y viven en muy cómodas viviendas, es decir, me parece que cuando se va a un programa o se mediatiza todo el tema de la lucha social, vestidos con ropa de fajín o de gaucho, o hablando de que nacieron muy pobres, esa autorreferencia a la situación dolorosa que vivieron, lo que hace, es estar encubriendo una herida que hoy tienen. A mí eso no me gusta, como no me gusta el dirigente sindical que tiene hoteles en Miami. La burocracia sindical a la que he cuestionado toda la vida, contra la que he luchado, hoy hay un vandorismo social, hay dirigentes que, de hecho, fueron el instrumento para parar la reacción social contra Vidal, Macri y Stanley, fueron socios de ellos para contener la protesta social, entonces, eso me hace acordar mucho al vandorismo cuando negociaba con Onganía para parar la lucha social de los trabajadores por una situación distinta. Hoy creo que hay un vandorismo social que utiliza todo esto y hasta creo que son socios de muchas manifestación, de muchos actos que se realizan en 9 de Julio que son de organizaciones de izquierda, a las que ellos creo que les conviene que vayan a protestar porque se posicionan como los intermediarios entre el Ministerio, el poder Nacional oficial, el Gobierno, porque cuando se consigue algo es para las dos estructuras. Esto es un juego que ya nos costó en el vandorismo hace muchos años atrás, los que alguna experiencia tenemos nos damos cuenta que acá hay un negocio con una serie de dirigentes de organizaciones sociales que realmente lo que están haciendo es un negocio de esta situación. No así los militantes ni los compañeros de organizaciones sociales que luchan. Nosotros tuvimos compañeros que en algunos barrios tenían subsidios y una serie de cosas que entregó el Partido Obrero, quien hoy, alguien debiera decirle, que es una contradicción ideológica si son trotskistas o marxistas, que agarren a Marx o Trosky un día para ver qué ue decían del Estado. Entonces, estos muchachos que van creciendo, el PO no tiene más esos localcitos pobres donde colgaban los cuadros de Marx o Lenin, tienen hermosos locales y tienen poder de movilización y capacidad económica porque están trabajando desde lo que entrega el Estado. Por eso, yo creo que se debería trabajar y creo que se está trabajando seriamente en la necesidad de un Salario Universal Básico extendido a todos y que no lo maneje nadie. Que sea del Estado al que necesita esa asistencia.