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TODOS LOS DERECHOS VULNERADOS –

El epílogo conocido no es el fin de la historia que edifica la barbarie. Si existiesen compromisos fundados en lo humano, social, político y de clase, tal vez habría sanciones a los adultos que tenían que ver y actuar, lo que incluye a tutores directos (responsabilidad familiar y penal) y a las autoridades públicas de competencia directa. Si la alarma – que ahora suena – sólo activa el análisis superficial, éste será alimento para el escudo que tienen las corporaciones y que revictimiza a quien es la víctima principal.

A partir de la nota que titulamos El encubrimiento de los adultos, la maternidad de una niña surgen algunos indicadores oficiales de cuándo la niña ingresa al sistema administrativo, lo que marca que ningún otro efector público (hasta lo que podemos reconstruir) tuvo registro del horror consumado, ese que creció destruyendo la infancia, arrasando con un cuerpo, dejando secuelas incalculables que quieren borrar.

La justicia penal (sería la Fiscalía N° 2 a cargo de la Dra. Carina Saucedo), es quien buscará la verdad, identificar al hombre que violó a una niña de 12 años que ayer parió a su hijo en el Hospital Mariano y Luciano de la Vega. Esto representa que sería la madre quien radicó la denuncia contra el violador.

La Escuela Primaria N° 39 de Cuatro Vientos comparte edificio con la Secundaria N° 81. Lo señalamos porque es la «orientadora social» que asiste al establecimiento quien refiere la situación de una niña que asiste a la Escuela 81 (concurre a la Primaria N° 39) y que cursa el séptimo mes de embarazo. Mes de noviembre de 2019. Sale la notificación, por supuesto a las autoridades educativas y al Servicio Local de Niñez. La acción siguiente fue la de entrevistas con la madre y tutora de la niña, cuyo contenido desconocemos, pero con seguridad fue evaluado y valorado para disponer la medida de abrigo que se aplica el pasado 2 de enero (ratificada por el Juzgado de Familia N° 3 con asiento en la localidad de General Rodríguez), cinco días antes del nacimiento del bebé.

En relación a los efectores de salud pública, podemos señalar que la niña de 12 años transitó a partir de los siete meses de embarazo, luego del informe de la orientadora social de la Escuela N° 39 de Cuatro Vientos, por el Hospital Materno Infantil Ramón Sardá (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), la Maternidad Estela de Carlotto y el Hospital Mariano y Luciano de la Vega.

Una vez más escribimos:

Los doce años de edad es la puerta de transición entre la niñez que se deja atrás y la adolescencia que aún no llega. Es la edad en la que, en su mayoría, los/las jóvenes comienzan a atravesar los cambios hormonales y corporales, muchas veces dolorosos, que modificarán no solo su cuerpo sino también su forma de relacionarse con los otros. Comienzan las búsquedas entre pares de aquello que motiva esa nueva corporalidad, que aún está en desarrollo.

¿Qué ocurre cuando esos descubrimientos son forzados, intervenidos, abusados por aquellos que ya no son pares? ¿Qué pasa cuando las moralidades, generalmente religiosas, y las miradas estrictamente biológicas se sobreponen abusivamente al devenir social y psicológico de las personas? ¿Cuáles son las consecuencias de los silencios y encubrimientos de quienes deben velar por la seguridad integral de los menores? ¿Qué puede sobrevenir de la decisión de todo un sistema social de “salvar la vida” pero destruir concertadamente a quién involuntariamente la engendra?