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Ansol. – Los números se desprenden de un informe elaborado por el Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV. A los beneficiarios que cobraron el programa en 2022, solo les alcanzó para comprar cinco canastas alimentarias en todo el año.

El Gobierno Nacional empieza a enfrentarse a las primeras cifras que marcarán su gestión en materia económica, marcada por la impagable deuda externa heredada, la pandemia, la guerra y la falta de respuestas sociales. Los más castigados estuvieron en los barrios populares, y sobre todo aquellos que tuvieron como principal ingreso al Potenciar Trabajo, el programa nacional de inclusión socio productiva y desarrollo local para personas sin empleo.

Un reciente informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) analizó la evolución del poder adquisitivo de los distritos trabajadores de la Argentina. En el caso del Potenciar Trabajo se destaca que en diciembre de 2019 el monto real de esta prestación había caído un 14,6% por debajo de los niveles de diciembre del 2015, cuando Mauricio Macri llegó al poder. A partir de diciembre de 2019 hubo unas leves mejoras, que llegaron a su pico en febrero del 2021, pero desde entonces volvió a desplomarse. La cuenta final da que, en lo que va de la gestión de Alberto Fernández, este programa sufrió una caída en términos reales de 6,2%.

Para entender mejor las cifras, el informe de la UNDAV explicó cuántas canastas básicas alimentarias (CBAs) lograron comprar los beneficiarios del Potenciar Trabajo. Mientras que en durante todo el año 2019 permitió adquirir 6,2 CBAs, esa cifra se redujo a 5,9 CBAs en 2020, a 5,8 CBAs en 2021 y a 5 en todo el 2022. Es decir que los que cobraron este plan social todo el año, apenas les alcanzó para cubrir la comida de cinco meses. Vale recordar que la última cifra oficial, de noviembre, marcó que una familia tipo necesitó $64.012 para comer, pero el Potenciar Trabajo implicó un salario de $27.275.

El informe destaca, además, que similar situación vivieron los que tuvieron su sueldo en términos similares al Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM). «Hacia diciembre de 2019 se encontraba que había caído un 21,1% respecto a su valor en diciembre de 2015. En la etapa posterior, comprendida entre diciembre de 2019 y noviembre de 2022 se registró una caída del 5,5%«, aseguró el informe.

A su vez, la dinámica general de los salarios reales desde diciembre de 2019 muestran una mejora en un primer momento, que rápidamente se topó con la recesión generada producto de la pandemia. Esto se explica porque la Remuneración Imponible Promedio De Los Trabajadores Estables (RIPTE) desde noviembre de 2017 hasta diciembre de 2019 perdió un 19,2% de su poder de compra. Y en el período
posterior, de diciembre de 2019 hasta octubre de 2022, el RIPTE en términos reales cayó un 3%.

Ahora bien, si se los discrimina por sector, desde diciembre de 2015 los salarios privados acumularon hasta 2022 una pérdida de 16% de poder adquisitivo, los públicos cayeron cerca del 23% y los informales cediendo alrededor de 37%.