El jueves 17 de junio de 1880 Carlos Herrero asumió el cargo de juez de paz y presidente de la municipalidad en el marco de la grave crisis entre el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires Carlos Tejedor y Nicolas Avellaneda, presidente de la Nación, que tras serios enfrentamientos armados culminó con la federalización de la ciudad de Buenos Aires.
Desde el 4 de junio existía un estado latente de guerra, cuando el presidente Avellaneda declaró rebelde al gobernador, abandonó la Casa Rosada y tomó posesión del edificio municipal de Belgrano, declarándolo capital provisoria de la República.
El día 17 Avellaneda designó al coronel José María Bustillo encargado de la campaña bonaerense, quien sin demora nombró a Herrero, desplazando del cargo al hacendado local Damaso Sánchez, partidario de Tejedor.
Lo cierto es que la situación de Carlos Herrero no era cómoda, a la gravedad de los hechos, el cariz bélico de los acontecimientos y el incesante movimiento y concentración de tropas en Moreno, el flamante funcionario debió agregar la desaparición de los archivos, documentación y fondos municipales que los concejales Emilio Gnecco y Joaquín Tuche, que respondían al gobernador Tejedor, habían escondido el 5 de junio, en la casa del vecino Domingo Luis Martínez, temiendo la intervención municipal.
Herrero emprendió una paciente investigación hasta dar con los libros de tesorería, documentos y los caudales municipales, estos depositados en el Banco Provincia.
El mismo 17 empezaron las hostilidades en Olivera, a pocos kilómetros de Luján, entre tropas del Ejército y la Guardia Nacional de la provincia.
La Guardia Nacional era una fuerza integrada por ciudadanos armados, que recibían instrucción militar.
Ya un año antes, el 2 septiembre de 1879, el Gobernador Tejedor, previendo la acción armada, había reorganizado la Guardia Nacional de la campaña y Moreno fue designado para la concentración del Batallón N° 2 de Infantería con 110 hombres y el regimiento de caballería N° 2 con 523 integrantes, de los partidos de Pilar, Merlo y Moreno, fuerzas que participaron activamente en los encarnizados combates en la ciudad de Buenos Aires, que comenzaron el día 20 y culminaron el 29, con un saldo de más de tres mil muertos e innumerables heridos.
Para finalizar, cabe agregar que José María Bustillo, siendo General, poseía una casa quinta en Moreno, ubicada en la actual esquina de las calles teniente Camilli y Piovano, construida a fines del siglo 19 y que aún se conserva. Una de las pocas casas sin ochava que existen, en 1902 fue comprada por Eduardo Victorica.
Por su parte, Carlos Herrero fue un importante propietario, en sus tierras surgió en 1909 el barrio que lleva su nombre, Villa Herrero.
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