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A DOS MESES DE LA MUERTE DE CHULI –

Por Pabla Luzmia Fava– El viernes 10 de marzo, familiares y vecinos de Gonzalo Pérez, el niño de 2 años de edad que falleció en la Clínica Alcorta el 11 de enero marcharon una vez más por el centro de Moreno y levantaron el pedido de justicia para Chuli y de condena a la Clínica Alcorta.

El silencio se hizo escuchar, ese silencio que aturde los sentidos, que interpela, que denuncia. Con carteles que hacen visible la inoperancia médica, la familia de Chuli se instaló con la denuncia explícita contra la Clínica.

En diálogo con Desalambrar, Paola Nocera, madre de Gonzalo Pérez, describió el calvario administrativo y de inoperancia que le tocó vivir desde el 7 de enero: “Hoy estamos movilizando pidiendo justicia por mi bebé que falleció el 11 de enero. El día 7 de ese mes comenzó a tener convulsiones y lo llevé a la clínica y me dijeron que podía ser apéndice, que tenía una infección muy grande y que no contaban con los medios para atenderlo. Lo lleve al hospital de Merlo y Morón, me dijeron lo mismo. En el Hospital Posadas me dijeron que tenía gastritis aguda, que no era apéndice. El domingo tuvo fiebre y lo llevé a la Alcorta y una doctora lo revisó y me dijo que tenía unas llaguitas en la boca que provocaba fiebre. El martes volví con mi bebé y ahí me dicen que tenía una dilatación y quedó internado. En ese tiempo solo vino una enfermera y a las 22:30 horas falleció sin ningún diagnóstico médico. Es decir, no sabemos aún de que murió Chuli”.

¿Hicieron la denuncia?

Sí, inmediatamente en la UFI N°4. Nadie nos da respuestas, es desesperante para toda la familia no saber qué pasó.

Abrazando a Paola está Walter, el papá de Chuli. Respira y dice: “Nadie nos explica nada. Hay médicos que nos dieron distintos nombres cuando hablaban con nosotros y cuando fuimos a verificar administrativamente sus credenciales no figuran en los libros de la clínica. Hay una tremenda irregularidad, médicos sin matrícula, es terrible y nadie hace nada para evitar que siga sucediendo lo que nos pasó a nosotros. Pese a todo seguimos esperando respuestas”.

¿Hablaron con algún funcionario municipal sobre esta situación?

No. Solo hablamos con el Intendente Walter Festa que “supuestamente” iba a acompañarnos y acá lo ves, brilla por su ausencia.

Paola, con lágrimas en los ojos, es honesta al sostener lo difícil que es exigir justicia cuando lo que recibe de las autoridades, con distintos grados de responsabilidad, es ignorancia o desidia: “Es muy difícil seguir la lucha, porque la angustia se te sube a la cabeza, pero sabemos que tenemos que seguir aunque a veces tengamos la sensación de que no sirve marchar. Entendemos que es importante para que mucha gente se entere lo que pasa en esa Clínica (Alcorta). Por eso todos los meses vamos a seguir movilizando hasta que alguien se haga cargo y nos diga qué pasó con mi hijo”.