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Por Matías Hof.- Entre el gobierno de Cambiemos y el del Frente de Todos hundieron una de las principales referencias para los sueldos de los trabajadores. Además programas como el Potenciar trabajo dependen directamente del salario mínimo. Un ataque a las grandes mayorías en función de recortar los gastos del Estado.

Es frecuente escuchar a Massa, Cristina Kirchner o Alberto Fernández responsabilizar a la pandemia, la guerra y la sequía por la crítica situación social, pero nada dicen acerca de los instrumentos que tienen a su disposición y que utilizan para profundizar el ajuste en curso. Uno de los principales es el salario mínimo, vital y móvil que es definido por el Consejo del Salario en el que el Estado tiene la última palabra. Según publicó este miércoles el centro de investigación CIFRA-CTAsu poder de compra cayó un 14,4 % desde diciembre de 2019, cuando comenzó el gobierno del Frente de Todos.

El salario mínimo de junio $ 87.987 equivale a menos del 38 % de la canasta básica total (pobreza), elaborada por el Indec, y a sólo el 85 % de la canasta básica alimentaria (indigencia) para una familia de cuatro integrantes. Es decir, que actualmente se necesitan dos salarios mínimos y medio para cubrir la canasta de pobreza. No es una coincidencia que el 40 % de la población se encuentre sumergido en la pobreza. La comparación con la canasta elaborada por los trabajadores de ATE-Indec marca un abismo, la última estimación para el mes de mayo fue de $ 345.151 (en el cálculo incluyen gastos esenciales que no son considerados por el organismo oficial, como el pago de un alquiler).

La pérdida de poder de compra, del salario mínimo, empezó a desplomarse bajo la gestión de Macri, cuando lo hicieron caer alrededor del 25% y terminó de tocar fondo en 2020 cuando fue hundido un 10 % más. Desde 2021, a pesar de las continuas instancias para su discusión y ante la elevada inflación, no se logra una recuperación de su poder de compra. En el promedio del primer semestre de 2023 el salario mínimo mostró una reducción de 0,6 % respecto del año previo. En el periodo de conjunto, 2015-2023, el salario mínimo real acumuló una caída del 35 %.

El impacto de la cifra que surge de lo definido en el Consejo de Salario Mínimo afecta directamente a algunos programas sociales. El más importante es Potenciar Trabajo, más de 1 millón de personas cobran un 50 % del salario mínimo. También determina el programa Acompañar, dirigido a mujeres en situación de violencia de género, ya que consiste en la entrega del equivalente al salario mínimo, vital y móvil por seis meses. Para los trabajadores informales, el salario mínimo influye indirectamente, ya que establece un piso de remuneraciones como referencia para ese sector de asalariados.

Según el último informe del Indec para el primer trimestre de este año, el 50% de los trabajadores percibió menos de $ 100.000 en el primer trimestre del año, mientras que el 80 % de los asalariados ganó menos de $ 180.000 en el mismo período. Esta situación crítica se debe a que durante el gobierno del Frente de Todos también perdieron todos los sectores (privados: -1,4%; público: -0,8%) con un mayor desplome para los trabajadores informales (-22,2%).

Una suba de emergencia del salario mínimo podría ser una medida clave para frenar la caída de los ingresos, como parte de un plan de conjunto como el que propone el Frente de Izquierda. Este incluye medidas como la reducción de la jornada laboral a 6 horas diarias y el reparto de las horas de trabajo en las grandes empresas, con salarios que partan de la canasta básica y se actualicen de forma automática con la inflación. Junto a rechazar el acuerdo con el FMI, declarar el desconocimiento soberano de la deuda, entre otras acciones para reorganizar la economía en favor de los intereses de las grandes mayorías.