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Desde el Gobierno salieron a decir que no aceptarían la extorsión, pero ya votaron una ley sin restricciones en la legislatura porteña. Juntos por el Cambio presiona para el negocio de sus amigos. Millones siguen a la espera de vacunas.

Después de un martes donde la discusión sobre las vacunas y los laboratorios estuvo en el centro de la atención, el lobby para las ganancias de Pfizer sigue a todo ritmo. Distintos sectores de Juntos por el Cambio insistieron con la modificación de la ley de vacunas para sacar la palabra «negligencia» y terminar de acomodar así toda la normativa a gusto de la multinacional.

Desde distintos medios se plantea que el Gobierno estaría dispuesto a discutir ese cambio, aunque representantes oficialistas como Santiago Cafiero y Pablo Yedlin salieron a negarlo. Sin embargo, no sería sorprendente que lo hagan: la semana pasada, en la legislatura porteña, casi todo el bloque del Frente de Todos votó una ley para habilitar a Larreta a negociar la adquisición de vacunas sin ningún tipo de restricciones. Myriam Bregman la llamó, no casualmente, «ley Pfizer».

En el congreso, la situación es que la bancada de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados presentó un proyecto para modificar la ley que regula la compra de vacunas en el país. Carmen Amorim Uribelarrea de Polledo, diputada por la Ciudad de Buenos Aires, fue la encargada de presentar la iniciativa.

La ley a la que se hace referencia fue votada el 8 de octubre del 2020. Con el pomposo nombre de «declaración de interés público de la investigación, el desarrollo, la fabricación y la adquisición de las vacunas contra el covid-19», implicó beneficios escandalosos a favor de los grandes laboratorios.

Entre otras cosas, garantiza la prórroga de jurisdicción a favor de los tribunales arbitrales y judiciales con sede en el extranjero. O sea que si algún laboratorio incumpliera contratos -teléfono para AstraZéneca-, el reclamo habría que hacerlo en otros países, como cuando fue la discusión con los fondos buitres.

También habilitaba que en los contratos se eximiera a estos empresarios de cualquier tipo de impuesto y del pago de los derechos de importación. Beneficios para los grandes responsables de que el desarrollo de la vacuna a nivel mundial haya empezado desde cero al inicio del covid-19. Desde la comunidad científica se venía alertando de la posibilidad de una pandemia pero las ganancias pueden más, y la inversión la centraron en enfermedades más rentables.

Durante el show montado por Sergio Massa en la Cámara de Diputados, de un lado y de otro se acusaron por sus vínculos con los laboratorios. Pero tanto el oficialismo como la oposición de derecha ya le habían garantizado unos beneficios enormes a los laboratorios al votar esa ley.

Yedlin había dicho, aquel 8 de octubre: “Sabemos que esto no es lo óptimo, pero son los requisitos que la industria farmacéutica impone”. Ocho meses después, se produjeron en el país el equivalente a 90 millones de dosis, pero AstraZeneca recién ahora empezó a entregarlas, cuando ya pasamos los 4 millones de contagios y más de 80.000 fallecimientos. ¿La soberanía? Te la debo.