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GESTION AMBIENTAL MUNICIPAL Y ROL DE LAS AUTORIDADES LOCALES –

Por María Victoria Marchisio (abogada especialista en Derecho Ambiental) / Que los primeros municipios o ciudades en ocuparse de la gestión ambiental hayan sido aquellas con mayor población/urbanización o alguna problemática muy particular que afecte directamente la calidad de vida de su población, no quita que el resto de los municipios deben enrolarse en esta senda.

De los 2260 gobiernos municipales de nuestros país –que albergan el 92{ebfc0320d477b9bbea922f3d779ceb9307bcd251c6f562ff196dc9e57bfc6fa0} de la población-, 70 son los que concentran el grueso de ella, y el resto son más bien comunas pequeñas de tipo rurales, dividas a lo largo y ancho del país, a las que se suman unas 1100 comunas, comisiones de fomento y municipales, que hacen obvias las diferencias entre unos y otros en relación a desarrollo económico, infraestructura, servicios, recursos, etc, lo cual a su vez se refleja en la gestión de las temáticas ambientales.

Algo para destacar es que en estos últimos años la mayoría de los municipios ha avanzado en torno al armado de un sistema de gestión ambiental local, pero, en muchísimos casos sólo con una estructura superficial y poca acción en los hechos, lo cual vislumbra que aún queda mucho para aprender y hacer. Lo que sí sabemos es que todos los municipios tienen problemas ambientales comunes indefectiblemente. Entre ellos podemos mencionar la gestión integral de los residuos sólidos urbanos, la necesidad de erradicar basurales a cielo abierto, el acceso al agua potable y segura, ciertos problemas energéticos y en aquellos poblados industriales o con polos o parques de este tipo el habitual riesgo/existencia de contaminación tanto del agua como del suelo, especialmente. Y no olvidemos del uso irresponsable o no normado de fitosanitarios, feed lots, entre otros. Es decir, cuando hablamos de problemas ambientales, no necesariamente hacemos referencia a una tragedia ambiental, sino que muchas veces hablamos de eso con lo que convivimos a diario sin demasiada conciencia de lo que puede implicar.

Considerando entonces este escenario común, la mayoría de los municipios verdaderamente interesados en abordar una gestión ambiental de modo tal que pueda contribuir a la mejora de la calidad de vida de sus habitantes, unifican su trabajo buscando dar respuestas y uniendo fuerzas a través del trabajo en red para optimizar la gestión de los recursos, compartir experiencias y hacer gestiones diversas ante distintos organismos de manera más efectiva, obteniéndose muy buenos resultados.

Lógicamente que para avanzar con esto los gobiernos locales deben asumir responsabilidades y funciones vinculadas a la gestión ambiental con el fin verdadero de buscar y encontrar soluciones eficaces para su realidad. Es decir, si no hay un real convencimiento de las autoridades municipales, ya sean intendentes, secretarios, coordinadores y asesores, y una firme decisión de incorporar la temática en la agenda pública ambiental y ejecutar acciones concretas con personas capacitadas e idóneas para abordar tales cuestiones, no se llegará a buen puerto y se frustrará la necesidad de resolver la temática.

Es verdad que existen ciertas restricciones para algunos gobiernos locales que pueden condicionar la ejecución de acciones ambientales tales como los escasos recursos financieros, la falta de equipo técnico idóneo, poco acceso a la información o investigación de carácter local que dificultan la posibilidad de abordaje integrado de los problemas, especialmente si el municipio no se maneja en red o busca contacto y asesoramiento externo de organismos especializados.

Como sea, la importancia del municipio para obtener resultados óptimos a nivel nacional, a mi modo de ver, es fundamental. Con la normativa que tiene la Argentina no hay excusa para que el sistema no funcione si hay voluntad política.

Digo esto para resaltar la importancia del liderazgo municipal, que tiene que ver con el simple hecho que en ese nivel de gobierno es donde efectivamente se tiene la cercanía necesaria con el vecino y las instituciones, y no hay manera de desconocer su realidad local, sus actores y la forma en que éstos se vinculan entre sí. Todos saben lo que pasa, incluido el municipio.

Este poder, esta herramienta fundamental con la que cuentan los gobiernos municipales, es la que debe perfilar a sus autoridades a accionar de forma activa e indiscutible en la comunidad. Un Poder Ejecutivo Municipal decidido es parte central de una política pública exitosa, que por tal necesita de los mayores esfuerzos, tanto personales cuanto del gabinete municipal, que sería perfecto con iniciativas idóneas y prácticas, un buen equipo técnico y brindando información al vecino para lograr una participación social, como prevé la ley.

Lo importante es que siempre estamos a tiempo de empezar, pero no hay que dormirse en los laureles.