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Izquierda Diario.- Con paros generales y bloqueos, logrando la unidad de los trabajadores de las tres grandes fábricas y enfrentando a grandes enemigos (las patronales, el Gobierno, la oposición de derecha y la burocracia sindical), lograron un aumento del salario real con «cláusula gatillo», aprobado hoy en asamblea general. Mostraron que la lucha vale la pena y el poder que tiene la clase trabajadora para hacer funcionar o paralizar el país, con sus métodos históricos de lucha.

Este viernes por la tarde, una asamblea general de 1500 trabajadores del neumático, convocada por la conducción del SUTNA en su predio de Pilar, aprobó la oferta salarial que terminaron haciendo las empresas en la noche del jueves en el Ministerio de Trabajo. La misma fue aprobada por unamidad. En la asamblea tomaron la palabra, además de Alejandro Crespo y dirigentes del SUTNA, los referentes de las listas Granate, Roja y Gris.

Se trata de un aumento del salario real, aunque quedaron demandas para pelear en el futuro.

Entre los trabajadores estaba el orgullo de haber dado una pelea ejemplar. Durante 150 días llevaron adelante un duro conflicto que comenzó enfrentando a Fate, Pirelli y Bridgestone, pero terminó haciéndole frente a una alianza que incluía a las empresas, pero también al Gobierno, la oposición de derecha y las cúpulas de la burocracia sindical. El tamaño de los enemigos es una medida para entender el enorme significado del conflicto.

Pero también hay otros logros que se mostraron en estos meses. Como la gran unidad que lograron los trabajadores de las tres fábricas, que los empresarios y la anterior conducción de Pedro Wasiejko (CTA) habían mantenido divididas durante décadas. Las acciones comunes, el apoyo mutuo para que no los dividan y derrotarlos, el paro general y las movilizaciones de las últimas semanas fueron un símbolo de esa unidad.

Además, pusieron nuevamente en escena los históricos métodos de la clase trabajadora. El paro espontáneo y los paros generales, los piquetes en los portones para frenar a los carneros, las movilizaciones con cortes de accesos o vías, asambleas.

Durante una etapa los paros parciales no conseguían quebrar la voluntad de las empresas, pero la intransigencia patronal obligó a medidas mas duras: paro total y bloqueos. Se empezaron a desabastecer las terminales automotrices y las cadenas de reposición. Ahí los medios y el Gobierno, con ayuda de la CGT, se lanzaron feroces a atacarlos. Pero no pudieron quebrar la lucha. Los ataques empresarios de las últimas semanas despertaron la bronca y participación de más compañeros, que sabían que estaba en juego más que las paritarias.

Con todo eso le mostraron a millones la capacidad de lucha de la clase trabajadora«Si no hay aumento / no hay producción» cantaban en las audiencias, aturdiendo a sus propios jefes y a las automotrices que sufrían el desabastecimiento. Ante la pasividad de las conducciones sindicales, ante la resignación que nos quieren meter y los burócratas que agrandan ante nuestros ojos el poder patronal para que no luchemos, el neumático mostró quiénes mueven los sectores claves de la industria y quiénes pueden detenerlo.

También hay que anotar a favor de los trabajadores la simpatía que despertaron en cientos de miles de laburantes, en gremios y también en amplios sectores de la población. “Hay que hacer como en el SUTNA”, se dice en muchos lugares de trabajo hace semanas. Hasta Moyano ya amenazó con tomar ese camino para sus paritarias. Esa simpatía que se transformó en solidaridad activa de otros sectores en lucha que acompañaron muchas de las medidas. Entre ellas hay que destacar la participación de las organizaciones sociales, piqueteras, que fueron parte de muchas de ellas. También se forjó un sentimiento de unidad con las y los estudiantes que fueron a apoyarlos, y en estos días protagonizan sus propias demandas. La izquierda, como siempre, estuvo ahí. La importancia de esa alianza quedó mucho más clara a medida que se profundizó el conflicto.

En La Izquierda Diario mostramos esa campaña día a día. La solidaridad atravesó fronteras con el mensaje del sindicato del neumático de Brasil y fortaleció la lucha. El agradecimiento sincero de los trabajadores de Fate, Pirelli y Bridgestone al terminar el conflicto muestra el valor que tuvo todo ese apoyo. Todo eso además obligó a muchas conducciones sindicales a pronunciarse. Incluso, sobre el final del conflicto, hubo pronunciamientos de sindicatos alineados con el oficialismo nacional, como Camioneros o la CTA.

Pero también lograron, con sus fuertes denuncias, echar abajo el discurso empresario y de los grandes medios sobre los supuestos “privilegiados”. “Nosotros podemos mostrar nuestros recibos de sueldo, ellos no pueden mostrar sus ganancias”, fue la denuncia de un trabajador en La Izquierda Diario, que se volvió viral. Mostraron ante millones cómo trabajan, cómo se “rompen” y cuánto ganan para hacer esas cubiertas que hacen girar el mundo y por las que los empresarios hacen fortunas.

Por último, fue una enorme experiencia para esos miles de trabajadores. Como decía uno de ellos al finalizar la última audiencia en el Ministerio de Trabajo, “ahora tenemos más claro quiénes son nuestros amigos y quiénes nuestros enemigos, y también del poder que tenemos los trabajadores”. El canto de «hay que saltar, hay que saltar / el que no salta, es patronal» contagiaba aunque fueran 10 horas de negociación y era parte de ese sentimiento cada vez más fuerte. Fue entonces un avance en la conciencia de clase que permite el surgimiento de nuevos militantes obreros, un avance que el sindicalismo combativo y la izquierda se tienen que proponer ayudar a desarrollar y extender a otros gremios.

Un sector combativo de la clase trabajadora irrumpió en la escena sindical y política, con sus métodos y logrando un triunfo. Eso puede ayudar a levantar la moral de quienes tienen mucho malestar, pero todavía sienten el peso de la burocracia y el peronismo encima.

La alianza anti-obrera fue derrotada

Como decíamos, esta lucha la tuvieron que dar contra las patronales del sector, pero también contra el Gobierno que actuó de manera cómplice con las mismas. Una lucha que en las últimas semanas enfrentó, también, una enorme campaña mediática en contra, lanzada por los grandes medios alineados con la derecha. «Intransigentes», «privilegiados», «partidarios».

A esa alianza se sumó el ministro de Economía Sergio Massa, que intervino recién en la última semana en el conflicto «para querer torcer la balanza a favor de las empresas», como denunció Alejandro Crespo (secretario general del SUTNA). Lo hizo para ponerse abiertamente del lado de los empresarios, extorsionando a los trabajadores con la apertura de la importación de cubiertas, con el fin de quebrar la lucha. Fue masivo el repudio y el odio de los obreros a las declaraciones carneras de este funcionario, que pusieron Alberto Fernández y Cristina Kirchner, de común acuerdo, hace dos meses. Los trabajadores lo van a recordar con un cantito, pero también con una fuerte conclusión política.

Hasta la conducción de la CGT jugó un papel completamente vergonzoso. Durante casi seis meses no tomó ninguna medida de apoyo. Cuando intervinieron, Héctor Daer y Carlos Acuña -dos de los integrantes de la máxima conducción- lo hicieron para pedir que el Gobierno «fuera duro» contra los trabajadores. Por abajo, en sus gremios, la lucha generaba enorme simpatía.

La derecha también hizo un ataque abierto, con los pedidos de «cárcel o bala» de José Luis Espert, los videos de Patricia Bullrich en defensa de Bridgestone o las mentidas de los oligarcas de la Sociedad Rural y los medios derechistas.

Pero esa gran alianza, que incluyó a las automotrices y otros sectores patronales, no pudo quebrar la huelga. Amenazaron con importaciones, suspensiones, operativos policiales, el desgaste, pero tuvieron que ceder.

Un aumento del salario real

El acuerdo conseguido abarca la revisión de la paritaria 2021/22 con 16 % adicional a partir del 1° de junio, alcanzando el 66 % en ese período paritario con una inflación acumulada fue del 64 %. De inmediato habrá una suma fija, por única vez, de $100.000 por trabajador.

Luego, la paritaria 2022-2023 arranca con un 25 % desde el mes de julio 2022. Un 12 % en octubre y un 12 % en diciembre. Luego un 12 % en febrero de 2023 y a partir de marzo 2023 la aplicación del índice de costo de vida hasta el fin del período paritario, el 30/6 de 2023. Lo que se llama una «cláusula gatillo».

Finalmente un 10% más sobre todos los porcentajes que será tomado en la base de la paritaria 23/24 a partir del 1° de julio del año que viene.

Esto significa, en medio de la preocupación de todo el pueblo trabajador por la inflación, en medio del ajuste que pidió el FMI, una defensa del bolsillo de los trabajadores y la garantía de no perder ante la inflación. La «cláusula gatillo» a partir de febrero de 2023 y la cuota del 10% en julio permiten eso.

El conflicto comenzó, como sabemos, con el pedido de la recuperación del pago de las horas de los fines de semana al 200%. Se trata de un reclamo sentido para quienes trabajan 6 o 7 días seguidos y pasan un fin de semana cada 40 días con sus familias. La escandalosa decisión de las empresas y el Gobierno de defender esa conquista «noventista» impidió que ese punto del convenio sea modificado esta vez. Pero el conflicto mostró ante todo el país cómo se trabaja en el neumático y la justicia de un reclamo que seguirá vigente.


Nota completa: Ganamos todos y todas.  Tras cinco meses de dura lucha: ¡Ganaron los trabajadores del neumático! (laizquierdadiario.com)