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EN EL OESTE –

Por Pabla Ochoa– El sábado 26 de agosto en el Churqui se presentó públicamente la Regional Oeste de la Campaña contra las violencias hacia las mujeres.

Las organizaciones que conforman este nuevo espacio son el FOL en FSyP La Brecha, Agrupación Victor Choque Ate, Mundanas, Frente Universitario de Luján y Espacio de Lucha Territorial Río Bravo agrupadxs en Subversión, Conurbanas, Agrupación Docente La Bordó, Frente Único Hombre Nuevo- Izquierda Revolucionaria, El Transformador de Haedo, Agrupación Estudiantil El Agite, Agrupación Estudiantil Oíme, Ferroviarias Independientes, Frente Popular Darío Santillán-Corriente Nacional, Compañerxs independientes.

En la jornada que tuvo la presencia de la Feria del Fin del Mundo y un panel con compañeras que describieron sus realidades y la importancia de organizarse y luchar, se pudo observar una fuerte presencia activa.

La lectura en la radio abierta del documento elaborado por las organizaciones que conforman este espacio fue contundente a la hora de graficar la situación de violencia: “En la Argentina no existen estadísticas oficiales sobre cómo afectan a las mujeres ni a lesbianas, gays, travestis, transexuales, transgéneros, bisexuales, e intersex (LGTTTBI) las violencias. Sin embargo, el esfuerzo de organizaciones de mujeres , feministas y de derechos humanos por sistematizar realidades aporta números: en 2017 muere una mujer cada 18 hs y estas muertes las provocan sus parejas o ex-parejas. Se estima que 500 mujeres desaparecen cada año por las redes de trata. Más de 100 mueren y 60.000 terminan hospitalizadas a causa de abortos clandestinos, además de ser perseguidas, criminalizadas y condenadas por la medicina y justicia patriarcal cuando tenemos abortos espontáneos como fue con el caso de Belén”.

El texto también remarcó: “Apenas 3500 se animan a denunciar cuando sufren una violación y son maltratadas, culpabilizadas y revictimizadas por las instituciones encargadas de tomar estas denuncias. Las travestis tienen una expectativa de vida que no supera los 35 años de edad. El 84{ebfc0320d477b9bbea922f3d779ceb9307bcd251c6f562ff196dc9e57bfc6fa0} de las publicidades televisivas promueven modelos de sumisión y estereotipos sexistas. Dichos medios de comunicación son quienes frente a los femicidios, imponen un discurso donde se plantea que las víctimas son las culpables, por la ropa que llevaba, por transitar a determinadas horas, por salir a bailar. El salario de las mujeres por la misma tarea que los varones es de un 30 a un 50 {ebfc0320d477b9bbea922f3d779ceb9307bcd251c6f562ff196dc9e57bfc6fa0} menor, el trabajo doméstico no es reconocido como trabajo y por lo tanto es no-remunerado, dentro de la pobreza las mujeres somos las más pobres. En este sistema, las mujeres somos triplemente oprimidas: por ser mujeres, por ser de países subdesarrollados y por ser parte de la clase trabajadora”.

La situación del oeste mereció un párrafo aparte: “En la zona oeste de la provincia de Buenos Aires las violencias hacia las mujeres también tiene sus hechos: tenemos el caso de las hermanas Jara, presas por defenderse de su violador; el hospital de Moreno se niega a practicar interrupciones legales del embarazo; en Hurlingham el refugio para mujeres parece más una cárcel que un refugio, mientras que en Moreno la construcción del mismo se encuentra detenida hace años. El juzgado de Moreno- General Rodríguez puede llegar a demorar hasta una semana en otorgar medidas cautelares de protección (restricción perimetral y exclusión domiciliaria); en Luján la municipalidad impide el funcionamiento abierto y público de las consejerías pre y post aborto, matan una mujer en la avenida principal y se silencia e intenta invisibilizar el femicidio, las organizaciones feministas y de mujeres logran que no se lleve a cabo un concurso de belleza, instancia que promueve estereotipos de belleza y genera violencia simbólica. Aunque recortadas y parciales, estas cifras dibujan el mapa de las violencias”.

La explicación de la conformación en la zona oeste fue apuntalada en el documento: “Somos muchas las que en todo el país nos organizamos cotidianamente para eliminar las violencias. Nos acompañamos entre compañeras, creamos grupos de pares en los que nos hacemos más fuertes y poderosas, enfrentamos a instituciones machistas, sacamos recursos hasta de las piedras para seguir adelante. En este proceso de lucha, vamos sumando experiencias, también broncas e indignaciones. En la zona oeste de la provincia de Buenos Aires muchas compañeras integrantes de organizaciones del campo popular, movimientos sociales, sindicatos de trabajadorxs, centros de estudiantes, organizaciones feministas, antipatriarcales, culturales y compañeras independientes nos unimos para forjar y poner en pie a la Regional Oeste de dicha campaña. Decidimos unir nuestras resistencias, nuestras formas de buscar soluciones y nuestras experiencias para ser más y más fuertes. Decidimos construir esta herramienta de lucha para enfrentar de forma conjunta al capitalismo y patriarcado, sistemas que nos oprimen, y asesinan (…) Decimos violencias hacia las mujeres porque entendemos que no todas somos iguales, porque también hay desigualdades y opresiones por clase, identidad sexual, etnia. Si bien las mujeres son el colectivo reconocido masivamente, entendemos que somos mujeres y lesbianas, gays, travestis, transexuales, transgéneros, bisexuales e intersex (LGTTTBI) todxs quienes nos enfrentamos a la violencia machista. En cambio, hablar de violencia de género invisibiliza las diversas y dispares existencias, y se convierte en un modo de decir superficial y políticamente correcto. Muy distinto es referirse a la violencia patriarcal, sin embargo es una palabra difícil para llegar a la mayoría de la gente.

En diálogo con Desalambrar,  Maria Adela Gambuzzi,integrante de la, so Agrupación de Docentes La Bordó se refirió al encuentro: “La importancia de esta presentación es consolidar la unión de fuerzas que venimos construyendo desde este año y que tiene ahora su síntesis en la conformación de la regional. La campaña no es la suma de organizaciones sino que es un espacio para construir resistencia y desarmar el sistema patriarcal”.

¿Se hace difícil desarmar al patriarcado?

Sí, porque es desarmar al sistema que es funcional al capitalismo. En las organizaciones debemos desarmar esa matriz con debate y entendiendo que las cuestiones de género son tan importantes como la cuestión de clase. El Estado es responsable porque reproduce este sistema y está en nosotras denunciar y construir fuerzas para desarmarlo