Ayuda precaria para pobreza extrema

FRAZADAS, COLCHONES, CHAPAS Y TIRANTES –

El pronóstico del tiempo indica lluvias y tormentas fuertes. No es difícil imaginar las consecuencias sociales cuando la infraestructura urbana es pobre, insuficiente, precaria. Cae la lluvia y arranca el plan de contingencia que tiene lo básico. Festa decreta la emergencia y ahí las Secretarías actuantes pueden hacer la compra directa cuando el stock de frazadas y colchones no cubren la demanda.

A una semana del temporal, hay puntos de información y análisis que permiten saber qué ocurrirá con el próximo fenómeno natural.

Inés Iglesias, Secretaria de Desarrollo Social, aseguró a Desalambrar que no hubo apertura de centros de evacuados y sólo tres familias fueron ubicadas en los dormis de Moreno Centro. La funcionaria dijo que “varias personas deciden permanecer en sus hogares, a pesar de las condiciones, para preservar lo poco que tienen” y agregó: “Algo de stock teníamos pero rápidamente el intendente decretó la emergencia climática y eso permite agilizar las compras que son necesarias y poder salir a recorrer, mientras que la Provincia nos envió chapas y colchones el día lunes pero en una cantidad mínima. Nos llamó la atención que el día domingo el depósito de Provincia estaba cerrado”.

¿Cuál es el número de familias asistidas por el temporal?

Alrededor de 250. Uno de los puntos es la situación habitacional, que es estructural, me refiero a viviendas muy precarias que al momento de una lluvia importante se moja todo. Nosotros tenemos que salir a socorrer básicamente con colchones, frazadas, almohadas, alimentos y chapas, cuando el técnico que nos acompaña considera que es necesario, y membrana cuando las chapas están bien.

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El equipo de trabajadores sociales y los secretarios han visto aquello que se denomina pobreza estructural

De toda la prevención que se puede hacer para que estas situaciones nos tomen mejor preparados, sabiendo que la emergencia climática es algo que lo sufrimos en forma permanente. Eso nos activa a pensar más en la prevención, a cuidar el hábitat natural, a no tirar las basura en lugares indebidos, pero al margen de esto nos encontramos con las viviendas que deberían tener un techo bien sostenido pero eso es imposible en un distrito como el nuestro donde la pobreza hace que todos los temas sean estructurales. Llegamos con la emergencia pero conocemos las situaciones, las venimos trabajando, pero el Municipio tiene un límite de ayuda en lo que hace al mejoramiento habitacional porque eso tiene mayores costos. Nosotros llegamos con la chapa, con el tirante y, salvo en situaciones que tienen que ver con la salud, reforzamos con un subsidio, pero tenemos que prepararnos lo mejor posible pero es difícil cuando se trata de familias con muy pocos recursos y con un Municipio que de a poco puede remontar sus cuentas en términos financieros, pero ante un fenómeno como el que vivimos todo se desborda.

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Iglesias destaca la solidaridad entre vecinos y explica cómo se inicia el trabajo de ayuda social: “Lo primero que hacemos es pedir un celular, una manera de comunicarnos. Eso nos permite avisarnos que vamos o combinar el abordaje. Cuando se trata de familias con mujeres solas y niños a cargo, siempre nos comentan que el vecino está ayudando a poner nylon en el techo. Esa solidaridad existe y tiene un valor importantísimo y lo que hace que no sea tan doloroso o cruel el resultado de la emergencia climática, lo que no quiere decir que asistimos con todo sino con lo que el gobierno tiene. Si las lluvias se sostienen pueden hacer que la situación sea crítica

Pienso en esto, el vecino puso el nylon y el gobierno llega con chapas de cartón. Que terrible

La situación es terrible pero nos obliga a sacar de donde sea los recursos que se necesitan para asistir y recuperar lo mínimo de una vivienda, donde una familia no quiere dejarla por el temor a perder lo poco que tiene. Por eso nuestra obligación es llegar con lo máximo que se pueda.

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