«La madre de Lucas González se cortó las venas con un cúter. La encontró la hija menor. Peca (Héctor) su marido alcanzó a llevarla al Hospital Mi Pueblo Materno Infantil de Florencio Varela. Mañana a primera hora la trasladarán. Desde ya solicitó ayuda para la familia. Es el tercer intento de suicidio. La psiquiatra de Cintia dijo basta. Mañana (por hoy) veremos cómo sigue en qué institución. Les pido a los políticos que ayuden a buscar un lugar para Cintia ya que se encuentra en un hospital que la sacó de la urgencia pero no es psiquiátrico», fue el mensaje que este domingo 20 publicó en su cuenta de Twitter Gregorio Dalbón, abogado de la familia, confirmando lo que fue el tercer intento de suicidio de Cintia López desde que la Policía de la Ciudad fusiló a su hijo Lucas González de 17 años en el barrio porteño de Barracas en noviembre del año pasado. Por su parte, Héctor «Peca» González, padre de Lucas y esposo de Cintia, contó detalles del calvario que viven desde el asesinato de Lucas: «esto en tres meses me arruinó la familia, me arruinó la vida». Por ANRed
Así lo expresó este domingo 20 de febrero en su cuenta de Twitter Gregorio Dalbón, representante legal de la familia: «la madre de Lucas González se cortó las venas con un cúter. La encontró la hija menor. Peca (Héctor) su marido alcanzó a llevarla al Hospital Mi Pueblo Materno Infantil de Florencio Varela. Mañana a primera hora la trasladadan. Desde ya solicitó ayuda para la familia».
«Es el tercer intento de suicidio – amplió el abogado – La psiquiatra de Cintia dijo basta. Mañana (por hoy) veremos cómo sigue en qué institución. Les pido a los políticos que ayuden a buscar un lugar para Cintia ya que se encuentra en un hospital que la sacó de la urgencia pero no es psiquiátrico. Gracias», puntualizó Dalbón en su pedido de ayuda.
En la misma línea, agregó: «solo tengo esa información: entró en estado crítico y mañana (por hoy) estabilizada buscarán un lugar psiquiátrico. A las 7 de la mañana calcula Héctor que tendremos idea del traslado», agregó Dalbón.
Esta mañana el abogado renovó el pedido de ayuda ante los medios de comunicación: «necesitamos la contención de la salud mental de la gente que sufre este tipo de situación. Con Cintia hubo dos intentos anteriores de suicidio, pero la vuelven a la casa siempre, lo de ayer fue peor», expresó Dalbón al canal de noticias C5N, y agregó que «la contención de la salud mental en la Argentina está muy floja».
«Cintia es la tercera vez que intenta suicidarse, esperemos que sea la última. A ver si nos ayudan a encontrar algún lugar de salud mental», insistió, y remarcó que «no puede venir a un instituto materno infantil para que después le den el alta y la manden a la casa empastillada».
Por su parte, Héctor «Peca» González, padre de Lucas y esposo de Cintia, relató detalles del momento: «la encontró mi hija de 14 años. Yo estaba mirando una película, tranquilos y en un momento me habré dormido y después me levanto y la encontró mi hija ya lastimada, llorando desconsoladamente».
Asimismo, se refirió al calvario que viven como familia: «esto en tres meses me arruinó la familia, me arruinó la vida”, remarcó.
Lucas González fue fusilado el 17 de noviembre del año pasado cerca de las 9.30, cuando la víctima y tres amigos de su misma edad salieron de entrenar del club Barracas Central a bordo de un Volkswagen Suran del padre de uno de ellos. Allí, fueron interceptados por un auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones de la Policía de la Ciudad, que se encontraba sin patente ni señales de ser un movil policial, del que bajaron tres efectivos armados y sin identificar.
De acuerdo a la investigación, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos, hecho en el cual al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impactó en la cabeza de Lucas, quien horas más tarde murió.
Hoy, por el homicidio de Lucas se encuentran procesados con prisión preventiva los policías Gabriel Isassi, Juan Nieva y Fabián López, mientras que acusados por el encubrimiento de su asesinato hay un total de 11 efectivos presos y otros dos imputados pero excarcelados.
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