Llegó la peor noticia, inexplicable desde una política pública que es responsabilidad gubernamental, aunque razonable para un Ejecutivo nacional cuya figura central aborrece al Estado. En otro tiempo, seis años atrás para ser preciso, el Hospital Posadas era tema central porque los despidos de trabajadores /as se volvían marchas, piquetes y abrazos a la salud pública.
Desalambrar accedió a la nómina de los 88 profesionales que en el día de ayer recibieron el telegrama de despido, expulsión, descarte; 88 profesionales de la salud pública que no ingresaron hace meses a prestar servicio: diez años, el que menos antigüedad tiene.
La reorganización libertaria avanza, arrasa, golpea, reduce, ajusta… en un servicio esencial ¿alguien deseará romper el silencio? ¿Habrá entidades gremiales dispuestas a expresar algo más que un rechazo virtual?
Menos trabajadores /as, menos salud. La ecuación no cierra…. Nunca.
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