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Por Liudmila Pavot –

Por estos días hablar del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania es moneda corriente. Bombas, ciudades tomadas, personas desplazadas, resistencia y nacionalismo completan el panorama.

Huyendo de la destrucción y la muerte, muchas familias marchan a la frontera de Ucrania con Polonia como refugiados de guerra.

Hasta este punto de la geografía llegó Alisa Povudina, una joven rusa, radicada en Polonia que sin vacilaciones ha convertido su casa en refugio. Una madre con sus hijos de 3 y 14 años,respectivamente, sintieron el calor de un hogar al ser acogidos por Alisa, mientras huían de la guerra a través de la frontera. Para la joven, evidentemente no hay justificación para tanta violencia y no halla límites en apoyar a los refugiados ucranianos.

Alisa ha llevado adelante una campaña para la recaudar de fondos, con los cuales adquirir medicamentos que permiten tratar heridas de guerra. Días atrás, Povudina, también tuvo el privilegio de acoger en su casa a un héroe de guerra, más allá del final que depare un conflicto de dicha magnitud. Un joven ucraniano, regresaba a defender su tierra, luego de haberse asentado hacía 6 años en Holanda. Sin reparos, volvía a Kiev para hacer frente a la invasión rusa. Alisa Povudina, es la Coordindora y apoderada ante los Tribunales de Varsovia, de la empresa de trámites “Mi pasaporte polaco”, la cual desde su oficina en Buenos Aires también ha enviado ayuda monetaria como muestra de solidaridad y apoyo con el pueblo de Ucrania, según dio a conocer el Dr. Jonathan Jablonski, especialista en ciudadanía polaca.

Los ucranianos hoy viven una pesadilla que no se sabe cuándo o cómo va a terminar. Nuevamente los recursos naturales, el reparto de territorios y el pretexto de la falta de democracia se convierten en el “motivo” para que un poderoso agreda sin miramientos.

Mientras, familias se van desmembrando ante el dolor y la incertidumbre de una guerra absurda que siembra el odio en las nuevas generaciones que deberían regalar sonrisas e inocencia en lugar de lágrimas.